Hoy celebramos San Buenaventura, el “Doctor Seráfico”

San Buenaventura dirigió con sabiduría del Espíritu la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco hasta que el Papa lo declaró Obispo Cardenal.

San Buenaventura nació en Italia alrededor del año 1217, su nombre original era Giovanni di Fidanza. Fue hijo de Giovanni de Fidanza, un médico, y María de Ritella. Cuando apenas era un niño, Buenaventura cayó muy enfermo y, según sus propias palabras, se salvó de la muerte por la intercesión de San Francisco de Asís.

Al ser un joven, ingresa a la Universidad de París en el año 1235, se gradúa y recibe el título de maestría en artes en el año 1243.

Luego de esto, decide unirse a la orden religiosa fundada por San Francisco de Asís llamada hermanos menores, en donde lo nombraron Buenaventura en 1244, unos veinte años después de la muerte de Francisco de Asís.

Buenaventura estudió teología bajo la dirección del famoso maestro Alejandro de Hales, quien reconoció en él a un estudiante con una gran memoria y de una inteligencia inusual.

En el año 1248, comenzó a enseñar la Biblia; y entre los años 1251-1253 dio una conferencia sobre las Sentencias, un libro de texto de teología medieval escrito por Pedro Lombardo, un teólogo italiano del siglo 12.

Fue un gran teólogo medieval, ministro general de la orden franciscana, y cardenal obispo de Albano. Escribió varias obras sobre la vida espiritual y recodificó la constitución de su orden (1260).

San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia, iluminó la doctrina con santidad de vida y las obras distinguidas en el servicio de la Iglesia. Dirigió con sabiduría del Espíritu la Orden de los Hermanos Menores de San Francisco de Asís, en el que fue Ministro general y en sus numerosos unió una suma erudición a una compasión ardiente. Mientras se esforzó muy bien en el Concilio Ecuménico de Lyon, mereció llegar a la visión beatífica de Dios.

Murió el 15 de julio 1274 en Lyon. Fue canonizado 14 de abril 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1587.


Redacción: Paz Estéreo