25 túneles atraviesan la cordillera central de Colombia

Foto: Cortesía Invías

Con una inversión de $2,9 billones y el esfuerzo de siete mil hombres y mujeres entre ingenieros, topógrafos, geólogos, técnicos y operarios, Colombia culminó la construcción del Cruce de la Cordillera Central, una de las mayores obras de infraestructura de toda la historia del país.

Esta moderna vía que conecta en menor tiempo la región central con el suroccidente, disminuye entre 30 y 50 minutos el viaje entre Calarcá (Quindío) y Cajamarca (Tolima) por una moderna autopista de doble calzada.

Luego de muchos contratiempos por el mal tiempo, los constantes derrumbes e inconvenientes con el manejo y desarrollo de la obra que fue puesta en servicio por el presidente Iván Duque, ahora los colombianos pueden transitar a través de un complejo vial de 25 túneles, 31 puentes y tres intercambiadores.

Al inicio del Gobierno, el presidente Iván Duque Márquez priorizó este proyecto, que registraba una ejecución del 54%, se encontraba desfinanciado y con problemas de calidad de obra, debido al abandono desde 2016 de esta doble calzada que une a Quindío y Tolima. No obstante, su decisión de concluir estas obras lo llevó a implementar una gerencia especializada y a asegurar recursos adicionales por $620 mil millones para darles continuidad y culminarlas.

Inversiones

Las obras adelantadas por el Invías contaron con una inversión total de $2,9 billones; en ellas se emplearon 1,5 millones de m3 de concreto y fueron necesarias 140 mil toneladas de acero. Su construcción requirió el esfuerzo de siete mil hombres y mujeres entre ingenieros, topógrafos, geólogos, técnicos y operarios, que se convirtieron en los verdaderos héroes de este proyecto, gracias a su tesón, entrega y trabajo.

Cabe destacar que de los 30 kilómetros que conforman el proyecto, 22 kilómetros son túneles y 5 kilómetros son puentes. Además, de las 60 obras, 25 se ubican en el Quindío y 35 en el Tolima.

El Cruce de la Cordillera Central incluye el túnel más extenso de América Latina, el túnel de La Línea (con 8,65 km de longitud, entregado el 4 de septiembre de 2020) y el viaducto Yarumo Blanco (con 643 metros), una particular estructura en forma de herradura que cuenta con barreras de seguridad únicas en el país, especialmente construidas para proteger a los usuarios en caso de una eventual colisión.

Los retos

El ingeniero Juan Esteban Gil Chavarría, director del Invías, destacó la resiliencia para superar los retos de índole ambiental, técnico y climático, así como factores exógenos, durante la construcción de este gran complejo vial.

“Afrontamos retos ambientales por los cuales emprendimos una serie de actividades dentro del proyecto que permitieron mitigar el impacto de las obras, teniendo en cuenta que su ubicación, en un área de reserva forestal, requería tanto la preservación de las cuencas hídricas como de la rica flora y fauna de la región. Para mitigar el impacto sembramos más de 2.600.000 árboles, recuperamos 553 hectáreas de bosques y realizamos el mantenimiento de 1.247 hectáreas de plantaciones establecidas”, sostuvo Gil Chavarría.

 

Operación y seguridad

El Cruce de la Cordillera Central opera como un par vial con dos calzadas por sentido entre los municipios de Cajamarca (Tolima) y Calarcá (Quindío). Lo pueden transitar tanto los usuarios que se movilicen desde el suroccidente hacia el centro del país, como quienes lo hagan desde la capital hacia el puerto de Buenaventura.

Quienes viajan en sentido Armenia-Ibagué ascenderán por la vía existente en dos carriles en un solo sentido, llegarán al sistema del túnel de La Línea, lo atravesarán y descenderán por la nueva vía en dos carriles en un sentido hacia Ibagué. A su llegada al departamento del Tolima, en el sector de Bermellón, los usuarios iniciarán su recorrido por la nueva vía conformada por 16 puentes y 15 túneles.

Entretanto, los viajeros que se desplazan en el sentido Ibagué-Armenia ascenderán desde Cajamarca hacia el alto de La Línea por la vía existente de dos carriles en un sentido. El descenso lo harán desde el intercambiador Américas hasta Calarcá y será por la nueva vía en dos carriles unidireccionales, conformada por 15 puentes y ocho túneles.

Para garantizar la seguridad vial, el proyecto cuenta con equipos de última tecnología y con un Centro de Control de Operaciones (CCO) que a través de un circuito cerrado de televisión monitorea permanentemente el flujo de tráfico, así como las eventualidades que llegaran a ocurrir. De igual manera, todos los viaductos están iluminados. Dentro del túnel de La Línea se cuenta con una emisora que informa a los usuarios las principales recomendaciones en materia de seguridad y alerta en caso de que se presente una eventualidad.

Además, con el fin de que los colombianos tengan viajes más tranquilos, también se prestarán los servicios de atención al usuario como ambulancias de transporte medicalizado y brigadas de bomberos con sus respectivas instalaciones, al igual que grúas y carros taller.

Proyección al turismo

El Cruce de la Cordillera Central cobra más relevancia si se tiene en cuenta que el primer Mandatario se propuso dar un vuelco al desarrollo económico regional y potencializar al Eje Cafetero como un nuevo destino turístico nacional e internacional.

“Este proyecto supone un cambio histórico para la movilidad del país; con él impactamos positivamente las condiciones de vida de los transportadores, que requerían una vía expedita y más segura para mejorar el flujo de las exportaciones desde y hacia el puerto de Buenaventura, con importantes ahorros en tiempos de viaje y menores congestiones, lo que representa mayor productividad. También se convierte en una gran herramienta para promover el desarrollo turístico del Tolima, del Quindío y sus alrededores”, destacó la ministra de Transporte, Ángela María Orozco Gómez.

De acuerdo con las proyecciones del Gobierno nacional, este megaproyecto permitirá la generación de recursos anuales reflejados en:

  • Ahorro de 850 horas al año en tiempo de cierre de la vía.
  • Reducción en los índices de accidentabilidad.
  • Menor tiempo de recorrido entre Calarcá y Cajamarca (entre 30 y 50 minutos para vehículos livianos y pesados).
  • Incremento en la velocidad de operación vehicular del corredor Calarcá-Cajamarca, que pasará de 15 km/h a 60 km/h en los 30 kilómetros de doble calzada.
  • Mejor movilidad gracias a estabilización de taludes y la construcción de muros que reducirán considerablemente los deslizamientos que se presentan en la zona, lo cual evita los cierres viales y las fatalidades de los usuarios del corredor.

    Fuente: El Nuevo Siglo