En Cúcuta, el cierre económico ha orillado a mujeres y niñas a acudir a los parques locales, donde los hombres les pagan por sexo.

Roraima Daversa, a la izquierda, y su hijo Amado, con cubrebocas, caminaron aproximadamente 400 kilómetros desde Bogotá a Bucaramanga, tratando de regresar a Venezuela.
La joven de 17 años y su hijo, antes de irse al parque

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