Albatross, el nuevo sistema de geolocalización de náufragos

Foto: B.J.

El dispositivo pretende servir para rescatar migrantes a la deriva de manera más efectiva

Por: Belén Juárez

EL PAÍS (ES)

Los albatros son aves marinas de grandes dimensiones que cubren enormes distancias con poco esfuerzo. Y Albatross es el nombre que le ha dado Escribano Mechanical & Engineering, en colaboración con Salvamento Marítimo de España, a su nuevo dispositivo para encontrar náufragos de manera efectiva. La aplicación, que ha sido presentada esta mañana en Madrid, utiliza la tecnología de infrarrojos para cámaras térmicas que permiten la detección automática y geolocalización de personas en el mar en condiciones adversas.

Albatross supondrá toda una revolución para la búsqueda de migrantes que cruzan el mar Mediterráneo en duras condiciones y embarcaciones poco fiables con la esperanza de llegar a España u otros países europeos. Un total de 581 personas han perdido la vida en los seis primeros meses de 2019 en las tres rutas principales del mediterráneo (España, Italia y Grecia), según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

A 17 grados de temperatura, la supervivencia de una persona en el agua es de entre 1 hora y media y 2 horas y, por lo tanto, la velocidad de actuación y la precisión son factores fundamentales en los rescates. Las cámaras de Albatross permiten una visión global del mar. “El sistema [que va ubicado en las aeronaves] es más efectivo a una distancia de 800 pies y el campo de visión es de 1 kilómetro y medio a 2 kilómetros. Si el avión o el helicóptero vuelan más alto, se reduce el margen de precisión”, explica Ángel Escribano, CEO de Escribano Mechanical & Engineering.

Ante la oleada continuada de migrantes, en 2015 Salvamento Marítimo de España comenzó a buscar empresas que quisieran desarrollar un instrumento más efectivo para localizar personas en el mar. Pese a las modernas cámaras y dispositivos de búsqueda que se utilizan en España, el ojo humano es el que detectaba los náufragos. Con este sistema solo se necesita el dispositivo en el avión, un cable y una pantalla de recepción y aparecerá de manera exacta la ubicación de la persona a rescatar además, el programa es rentable para Salvamento Marítimo por el ahorro en horas de vuelo.

“Salvamento Marítimo de España ha financiado el 100% del proyecto y ellos han puesto a nuestra disposición sus aeronaves para testar el producto”, asegura Escribano. La empresa lo ha probado durante 400 horas de vuelo en helicóptero y 200 de avión e iban calibrando el sistema para funcione con precisión. “Como el dispositivo ya está finalizado y probado, a finales de año saldrá un concurso público”, añade.

Además de la cámara, el dispositivo de solo 2,7 kilogramos de peso, cuenta con un sistema electrónico inteligente. Un algoritmo detecta los grados de temperatura y el tamaño de la persona y se basa en la velocidad y la altura. Un número determinado de píxeles en la imagen significa que es una cabeza, si es más grande se presupone que es una chapa que se calienta o un vertido. El algoritmo empieza a funcionar a más de 20 grados. Se calcula la altura y la velocidad de la aeronave y marca la ubicación de toda masa que está entre 20 y 37 grados (la temperatura corporal de un ser humano). El dispositivo está hecho de aluminio. Se podría fabricar con fibra de carbono pero sería demasiado ligero. Además “no es necesario hacerlo más pequeño porque no cabrían los tres procesadores que van en el interior y además se necesita espacio para disipar el calor interior del cubículo”, explica Escribano.

El CEO de la empresa señala que varios países interesados en el dispositivo se han puesto en contacto con Escribano Mechanical & Engineering. Entre ellos, la Marina Real de Marruecos (Royal Navy), que colabora directamente con Salvamento Marítimo de España.

UN DISPOSITIVO CREADO “POR GENTE JOVEN”

Escribano Mechanical & Enginieering es una empresa que fabrica estaciones remotas de armas (pero no armamento). Ángel Escribano, CEO de la compañía, explica que su padre la fundó en 1987. En ese momento fabricaban piezas para sectores industriales y reparaban maquinaria industrial y agrícola. Entre 1995 y 1997 la empresa viró hacia las construcciones aeronáuticas y el desarrollo tecnológico (cámaras y lentes). En 2011 instalaron la fábrica a Alcalá de Henares (Madrid). “La edad media de la empresa es de 32 años”, asegura Escribano. Aboga por retener el talento en casa y por la I+D+i porque dice que “este dispositivo y muchos otros están creados por gente joven”. Además añade que “no es necesario salir de España para comprar nada, lo único que necesitamos son las oportunidades para poder demostrar nuestro talento”, concluye Escribano.


Tomado del portal del diario EL PAÍS (ES)