Aportes de la Iglesia Católica a la mitigación del cambio climático

Foto: CEC

“La Iglesia Católica trabaja desde las bases de las comunidades en los territorios más afectados por la deforestación, la destrucción de los recursos hídricos y ambientales del país”,  así lo dio a conocer Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, durante el lanzamiento de la campaña de cuaresma 2019: “Cuando la tierra grita, los pobres también gritan.”

Monseñor precisó que a través de esta campaña hay un trabajo de concientización con  toda la comunidad católica para la protección del medio ambiente.  En el último año a través de esta campaña se atendieron alrededor de 20 emergencias en todo el país beneficiando 60 comunidades más de 11 mil personas y 3 mil familias. Con estas ayudas humanitarias se logró atender emergencias en todo el país tales como: atención a familias desplazadas en las comunidades de San José de Uré y Tumaco,  y afectados por la emergencia de la Represa Hidroituango. Frente a emergencias invernales se destacan las ayudas dadas por la emergencia invernal en Puerto Carreño, Unguía, Mocoa, Montería y Caracolí.

Estas ayudas humanitarias contaron con  los aportes solidarios que a través de una colecta en las parroquias del todo el país se realizó. Esta campaña se viene adelantando hace 38 años y se anima durante la época de cuaresma, animándose durante todo el año con el fin de  recaudar recursos para atender a ciudadanos afectados por emergencias de carácter natural y/o por la violencia.

270 mil hectáreas deforestadas en el año 2018

Según Monseñor Henao el 43 % de la deforestación se produjo en la Amazonía “existe una tendencia a tumbar bosques sin un control, olvidando que la amazonia es el regulador de las lluvias del mundo”.  El directivo lanzó un llamado urgente al Estado colombiano para que se garantice una política ambiental de largo plazo que garantice la sostenibilidad ambiental.

Desde la Red Eclecial Panamazónica (REPAM), Anitalia Pijachi, indígena de la comunidad Tukana  explicó: “hemos manejado una relación espiritual con nuestro territorio pero nos hemos visto afectados por proyectos destructores”. De este modo, la líder indígena hizo un llamado a unirse y reconciliarse con el territorio, lugar único posible para la vida humana, agregó que “si se acaba la selva se acaba el indio.”

Agroecología para la lucha contra el cambio climático en la Amazonía Colombiana.

Para resaltar, durante los últimos tres años  en los municipios de Valparaiso y Solano (Caquetá) la Iglesia ha venido trabajando en el fortalecimiento de las capacidades de los líderes para la gestión de desastres naturales enfocados a la prevención y respuesta a emergencias,  causados principalmente por prácticas no sostenibles que inciden en el cambio climático, esto con el fin de mitigar los efectos adversos del cambio climático en la agricultura y la vida rural de la Amazonía Caqueteña.

Esta iniciativa financiada por Cáritas Alemana y acompañada por la Iglesia Católica cuenta con la participación de 80 familias y 320 personas que pertenecen a las comunidades campesinas, que realizan mantenimiento y optimización de sus sistemas silvopastoriles, agrosilvopastoriles y agroforestales en sus fincas como estrategia de mitigación del cambio climático.

Las comunidades que participan vienen considerando los sistemas de agroforestería, es decir, modelos de producción sostenible en los que conviven los bosques, con las actividades agropecuarias propias del territorio, como una oportunidad para mejorar la alimentación de la familia y la recuperación suelo.

Actualmente, las familias han reducido la deforestación porque han comprendido la importancia que  tienen los ecosistemas amazónicos para la humanidad  y ahora en sus fincas de manera decidida han implementado: i) el uso y manejo responsable del suelo, ii) el cuidado, protección y preservación de las fuentes de agua y, iii) la disminución del uso de Agroquímicos para la producción agrícola, lo que ha provocado el retorno de la fauna y la valoración de la misma. El avance más importante en estas comunidades es el interés de las familias por aprender a aprovechar, recuperar y utilizar especies y semillas nativas y criollas de la región. Además, ha logrado que  campesinos no beneficiarios incentivados por estas prácticas amigables con el medio ambiente estén también participando de esta iniciativa y en favor de la protección de su entorno.

Como ayudar

Cualquier ciudadano puede acercarse a su parroquia  y hacer sus aportes durante el tiempo de la campaña. Para este fin el Secretariado Nacional de Pastoral Social ha dispuesto la cuenta del Banco de Bogotá N° 08133959-0.


Tomado del portal de Conferencia Episcopal de Colombia