Así es el documental que habla de las batallas de una familia

Foto: Séptima Films

Está en cine ‘Después de Norma’, película colombiana que explora el valor de los seres queridos.

Revelar una parte de la vida en un documental no es fácil, sobre todo si se trata de un retrato familiar con detalles muy personales.

Pero el realizador Jorge Andrés Botero, con Después de Norma, no solo abrió las puertas de su hogar y de una experiencia muy profunda y personal alrededor de su madre y su padre, sino que consiguió una conexión importante con quienes ya han visto esta producción que se encuentra en las salas de cine del país.

De hecho, el año pasado, durante una función especial en el Festival de Cine de Cali, un joven se acercó al director luego de ver la película y le habló.

“Él me pidió de manera muy emotiva que le firmara las entradas: ‘Podría poner para Ángela, por favor’, me dijo, y cuando le pregunté quién era, me contó que era su mamá que había fallecido”, ahí me di cuenta de que había logrado algo muy emocional”, explicó Botero en entrevista con EL TIEMPO.

Después de Norma sigue la historia del director, que al conocer el diagnostico de una enfermedad terminal de su madre decide comenzar a grabarla y, a la vez, a su entorno familiar para rescatar los recuerdos de infancia que muestran fragmentos de una mujer joven, alegre, desinhibida y vital.

“La experiencia me ha dejado como aprendizaje que al revisar un poco la familia, al final me convencí de que la mía es muy chévere (…) Durante mucho tiempo no estuve seguro de eso, pero al hacer el documental ratifiqué esa idea”, explica.

Este documental ofrece un viaje catártico, nostálgico y muy sincero en el que también se revelan procesos de transformación con otros miembros de la familia, la ausencia y el poder sanador del perdón.

“La película habla de muchas cosas, pero plantea como tema central lo importante que es estar acompañado de tus seres queridos y elegir el destino que uno tiene que definir”, explica, haciendo referencia a hechos que se exploran en cuanto a la relación con los parientes.

Botero grabó desde el 2004 al 2006 y “luego, entre el 2007 y el 2009 no lo hice mucho. En el 2010 grabé más (…) En el 2012 abandoné otra vez. Y en el 2016, unas amigas que hicieron películas muy personales, como Looking For y Parador húngaro, me dijeron que organizáramos el material”, recordó.

“Ellas se encargaron de eso, hicieron una matriz y me ayudaron a reconectarme con la historia”, recalca Botero.

Se hizo un primer montaje en el 2017. “Conseguimos el apoyo del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en post documental y el de Señal Colombia en el mercado de coproducción e hicimos la película en el 2018”, agregó.

Cuando volví a filmar en el 2009 pensaba que la película iba entonces sobre las relaciones padre-hijo y sobre la necesidad que todo hijo tiene de reconciliarse con sus padres, porque usualmente hay una relación conflictiva con alguno de ellos. Mezclaba aquí el drama del duelo con el de la confrontación y la búsqueda de una reconciliación. La película sigue siendo eso, pero creció.

Es cierto que ha sido un viaje lleno de claroscuros, de sentimientos de dolor, pero a la vez de momentos de transición positiva y de mucha luz .

“Ver como la recepción del público sí genera una alegría, que la gente se conecta con la historia y que sienta que la historia de alguna manera le pertenece, tiene mucho valor”, afirma.

Para él, además, evolucionó como narración. “Se trata de comunicar algo propio, de reírse, de tratar de usar todo lo que tienes para construir una obra, buscando que sea poderosa. Quiero mostrar esta película que me tomó 15 años terminar, porque creo que detona cosas en la gente de las que usualmente no se habla, de cosas que se esconden en la familia como si fuera mugre debajo de la alfombra”, sigue.

“Dejo esta película al público con el ánimo de reírme más de la vida y de hacer reír. De jugar de nuevo a hacer una película, de empezar a hacer la siguiente, de seguir”, finalizó Jorge Andrés Botero.

Andrés Hoyos Vargas

EL TIEMPO


Tomado del diario EL TIEMPO