Así sería la regulación nacional del vapeo y cigarrillos electrónicos

Foto: Minsalud

Dos proyectos cursan en el Congreso y en su esencia tienen respaldo del Ministerio y la academia.

“Los productos sucedáneos o imitadores del tabaco, los que tienen nicotina y los que no, así como los que calientan tabaco, tienen que ser regulados y tiene que ser pronto. Aquí no cabe espacio para otras opciones como solo hacer pedagogía o depender de la autorregulación”.

Con esa afirmación, el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, marcó el punto de partida para regular en el país los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (Sean), los Sistemas Similares Sin Nicotina (SSSN) y los calentadores de tabaco, popularmente conocidos como vapeadores o cigarrillos electrónicos.

Su declaración, que se enmarca dentro del fuerte tono que a partir de la evidencia ha adquirido el Ministerio para calificar como nocivos estos dispositivos que llevan pocos años en el mercado, se dio este miércoles en una audiencia pública en la comisión séptima de la Cámara de Representantes, donde se recibieron conceptos sobre dos proyectos de ley que buscan ponerle normas al uso de estos productos.

El primero es el 054, cuyo coordinador ponente es el representante Henry Correal, y el segundo el 218, presentado por la congresista Norma Hurtado.

A la cita asistieron, además del ministro Uribe, representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las principales sociedades científicas, de organizaciones civiles y de la industria; todos -salvo estos últimos- enfilados en un solo propósito: que estos nuevos dispositivos que han causado una crisis de salud pública en Estados Unidos (ver más adelante) sean incluidos en la regulación que ya contempla la ley 1335 del 2009 para los productos de tabaco tradicional.

El ministro Uribe argumentó que crear una regulación adicional para estos dispositivos, como pretende la industria, es peligroso para la salud pública y echaría por la borda los avances en control del tabaco que ha logrado el país en la última década.

En ese sentido y conforme con lo que plantea el proyecto de ley 218, el Convenio Marco Antitabaco del que Colombia hace parte, la OMS y el Banco Mundial, el ministro fue claro en que los vapeadores y los cigarrillos electrónicos deben estar prohibidos para los menores de edad en cualquiera de sus formas, así como toda clase publicidad, promoción o patrocinio de eventos; deben incluir advertencias sanitarias claras sobre sus riesgos; y se deben abolir de los espacios públicos.

“Asimismo, buscamos que el espíritu de desincentivar el uso de aquellos dispositivos sea similar al del uso del cigarrillo tradicional, postura que se soporta en los estudios científicos y técnicos de la OMS y las revisiones del Ministerio de Salud, quienes manifiestan que el mejor camino a tomar es su regulación”, explicó la representante Norma Hurtado.

“Tenemos que propender por los espacios libres de humo, no podemos volver a lo que sucedía hace algunas generaciones, donde convivíamos con el humo del tabaco. Esto implica una acción decidida para minimizar los riesgos y evitar el inicio temprano del consumo partiendo del hecho de que hay que desnudar esa falsa apariencia de que esto no hace daño”, aseguró el ministro.

Esto último en contravía del argumento de la industria de que supuestamente estos dispositivos sirven para dejar de fumar cigarrillo tradicional, algo que carece de evidencia sólida, según Sociedades Científicas.

Dos proyectos, un mismo tema

Por otra parte está el proyecto de ley 057, que de acuerdo con el representante Henry Correal, su ponente, también pretende regular estos dispositivos, pero haciendo una diferenciación con aquellos que no contienen nicotina y que a su juicio no deberían ser cobijados por la misma normatividad.

“Se trata de no mezclar peras con manzanas en un tema en el que todos estamos de acuerdo hay que parar antes de que sea un problema de salud pública”, sustentó Correal.

Sin embargo, Blanca Llorente, directora de investigación de la Fundación Anaas, que trabaja en temas de control de tabaco, afirma que esta iniciativa es peligrosa para la salud pública por hacer esta distinción, ya que cualquier flexibilidad podría ser la puerta de entrada al consumo, y porque este proyecto también permite publicidad con condiciones, “algo que no sirve pues la literatura científica muestra que la prohibición de publicidad debe ser total”.

El ministro Uribe tampoco está de acuerdo con esa diferenciación porque, tal como ha demostrado la ciencia, “hay otros riesgos que no están asociados a la nicotina y que aparecen con la inhalación de sustancias. Hoy la prevalencia de consumo de estos dispositivos es tanta como el tabaco tradicional, con diferencia de que está más presente en grupos vulnerables como los jóvenes”.

Este proyecto plantea igualmente que el Invima ponga reglas y haga seguimiento a las sustancias que se usan para vapear.

En cualquier caso, Correal le dijo a este diario que buscará fusionarlo con el 218, que ya ha sorteado dos debates.

En lo que se ha discutido, aun no se menciona el tema de impuestos saludables para estos productos, pero el ministro Uribe afirmó que debe ser parte del debate por los buenos resultados que esta medida con el tabaco tradicional ha dado en el país.

Sigue la crisis

Mientras Colombia comienza a discutir la regulación de estos dispositivos, la crisis por el vapeo se extiende más allá de las fronteras de Estados Unidos. Este jueves se confirmó que un joven de 18 años murió en Bélgica a causa de una insuficiencia respiratoria atribuida por las autoridades al vapeo y a una mezcla de productos nocivos en un cigarrillo electrónico, lo que es una novedad en el país.

“La conexión con el cigarrillo electrónico está establecida. No hay en este paciente ninguna otra explicación para una neumonía tan grave”, declaró la ministra de Sanidad Maggie De Block, interrogada al respecto por diputados de la Cámara.

En México, las autoridades sanitarias analizan el caso de un joven de 18 años quien falleció por una neumonía atípica que tendría relación con el uso de cigarrillos electrónicos y sería el primer caso de muerte por vapeo registrado en ese país.

El deceso del paciente ocurrió en el estado de San Luis Potosí, el pasado 29 de octubre. El joven, de quien no se reveló su nombre, ingresó al servicio de urgencias del Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” el 14 de octubre.

Y en Estados Unidos, donde comenzó la alerta, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han confirmado 2.051 casos de enfermedades pulmonares y 39 fallecimientos vinculados al vapeo.

Según han encontrado, el tocoferol, una forma sintética de la vitamina E presente en los productos de vapeo, es uno de los posibles causantes de las lesiones pulmonares, aunque no se descarta que haya otros ingredientes de los cigarrillos electrónicos que también originen las afecciones pulmonares.

La vitamina E, es un aceite que se encuentra en muchos productos comunes, desde comidas a suplementos alimenticios y lociones para la piel, y no hay pruebas de que cause daños cuando se ingiere o se aplica a la piel. Los problemas surgen, al parecer, cuando este compuesto se inhala y crea una cubierta que se adhiere en parte de los pulmones.


Tomado del diario EL TIEMPO