Colombia, en el ‘top’ 25 de países ‘falsificadores

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Luis Berenguer, portavoz de Euipo, alerta que en los últimos años el comercio global de productos ilegales ha crecido exponencialmente.

Por: Rubén López Pérez

Diario Portafolio

El comercio mundial de productos falsificados sigue mostrando un fuerte crecimiento de sus cifras, lo que hace que estos intercambios ilícitos lleguen a sumar, en estos momentos, US$509.000 millones, lo que supone ya el 3,3% del comercio total internacional.

Y, el problema, es que aunque los datos no se pueden comparar ni mucho menos con los volúmenes que tienen su origen en economías asiáticas como la china o la de Hong Kong, Colombia se ubica entre los 25 países desde los que más se exportan los productos falsificados.

Así se desprende de la última versión del informe ‘Tendencias en el comercio de productos falsificados y pirateados’ que realizó la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

En este documento, Colombia aparece ubicado en la posición número 22 del ranquin de economía de procedencia de los productos falsificados, lo que implica tanto que puede ser tanto el país en el que se fabriquen estos productos ilícitos, como que sea un punto de paso y tengan su origen en el territorio nacional. Aun así, como se dijo, el volumen está muy lejos de los líderes de la clasificación y movería alrededor del 1% del total.

Otro dato es de propensión a que Colombia sea un exportador de estos productos al resto del mundo, dato que recibe un 0,362 en la escala GTRIC-e (General Trade Related Index of Counterfeiting for Economies en inglés), de un máximo de 1. Este nivel es similar al de Senegal (0,361) o Gambia (0,335), pero inferior que el de India (0,708) o China (1,000).

Luis Berenguer, portavoz de la Euipo, habló sobre este último informe.

¿Cómo valoran los resultados?

Desde la Euipo, la verdad es que los vemos con mucha preocupación, pues en solo tres años el crecimiento del porcentaje de los productos falsificados en el comercio internacional ha sido exponencial. Asimismo, otro dato que vemos preocupante es que las importaciones de la UE de estos productos ha crecido en más de 1,5%. Son malas cifras y esto debería concienciar a la sociedad como demandante de estos productos; y a los legisladores para establecer normativas adaptadas más estrictas en materia de persecución.

¿Cuáles son las razones que siguen impulsando el comercio ilícito?

Hay muchas y de muy diversa índole. Desde un punto de vista técnico, el incremento del comercio internacional supone a su vez un aumento en la cifra global de los productos falsificados.

Pero, al mismo tiempo, se está dando un descenso en las ventas de materias primas, por lo que eso hace que tome más peso el comercio de productos finales, de consumo, los cuales son típicamente falsificados, y esto implica el aumento del porcentaje.

Todo esto no debe esconder que la situación no es en absoluto positiva, que queda mucho por hacer y que poner más esfuerzos en luchar contra la falsificación, pues es de índole mundial.

¿Este tipo de comercio también está innovando sus mecanismos?

En el estudio no podemos afirmar nuevas tendencias, aunque nos reafirmamos en algo que hemos venido hablando con la Ocde sobre que las rutas se originan en el lejano oriente y van destinadas a las principales economías mundiales, como Estados Unidos, la UE, e incluso Latinoamérica, con especial impacto en Brasil, así que estas son las zonas más golpeadas.

También, es que las técnicas utilizadas para hacer llegar el producto final son a través de grandes envíos que llegan a los puertos en transporte marítimo y luego son ‘paquetizados’ para ser enviados por correo postal o privado a sus destinatarios. Esto nos lleva a concluir, o a tener indicios razonables, respecto a que las falsificaciones está creciendo del mismo modo que lo hace el comercio electrónico.

¿Qué papel tienen las zonas francas?

Las zonas francas aportan enormes beneficios para el comercio mundial, porque bien es cierto que al ofrecer zonas de tránsito desregularizadas, facilitan la movilidad. Sin embargo, también es verdad que precisamente por esa desregularización han demostrado ser lugares que sirven como depósitos o de tránsito para las mafias de comercio de falsificaciones.

¿Cuáles son las políticas a adoptar?

Hace tiempo que venimos señalando básicamente dos vías de actuación. Por un lado, una mayor inversión hacia la concienciación, desde el punto de vista de que estos bienes derivan de la creatividad, de la innovación y del esfuerzo de creadores por hacer productos diferenciados y con valor añadido. Y por otro lado, los legisladores, para que adopten normativas más estrictas contra estas conductas contrarias a la ley y que dañan la economía de los países.

¿Cómo explica que Colombia esté en el ‘top’ 25 de países de origen de falsificaciones?

Colombia realmente no es una economía pequeña, es una de las principales potencias de la región, y por lo tanto, al igual que ocurre en otras potencias de Latinoamérica, tiene una mayor presencia de empresas, por llamarlas de alguna forma, de estos grupos de falsificadores, lo que implica un mayor riesgo de más asociaciones de naturaleza ilegal.

¿Tendencias como las ‘low cost’ impulsan este comercio?

Las falsificaciones no tienen que estar relacionadas directamente con la economía del ‘low cost’, que realmente lo que hace es democratizar el acceso de los usuarios a los bienes de consumo. Es clave diferenciar entre productos de bajo precio y artículos que son ilegales, que se aprovechan del esfuerzo de terceros, y ejecutan una conducta parasitaria.

¿Qué se puede esperar para los próximos años?

Lo que a nosotros nos preocupa es que siga creciendo el porcentaje de los productos falsos respecto al comercio internacional, por lo que esperamos que cifras como las que tenemos concienticen a la sociedad y a los gobiernos para tomar medidas y ponerle fin a esta lacra.


Tomado del diario Portafolio