Desafíos y oportunidades de la navegabilidad por el Magdalena

Imagen: Tomada de Internet

El proyecto de navegabilidad del Río Magdalena, considerado dentro del paquete de contratos de concesiones 5G, se constituye en un hito en la infraestructura colombiana porque representa un paso indispensable para enfrentar el gran rezago que presenta la política de transporte colombiana en su desarrollo intermodal.

De acuerdo con el BID Invest, en Colombia, el modo carretero representó el 62% de la inversión en infraestructura de transporte en 2002, 2010 y 2019, y el modo fluvial tuvo una participación de alrededor del 1% en el total de carga movilizada en el 2014, según la publicación El Transporte Modal de Carga Fluvial: Un Estudio de La Reactivación del Río Magdalena.

En ese contexto, “el proyecto significaría un cambio en la tendencia actual de transporte concentrado en carreteras hacia un escenario de intermodalidad. Sin embargo, entre la estructuración del proyecto, la financiación y la ejecución se presentan desafíos importantes”, advierte la asociada senior de la firma Mendoza, Clara Robledo Sánchez.

Uno de los principales retos es, por supuesto, la novedad en la estructuración de este tipo de proyectos. A diferencia de la estructuración de proyectos 4G, en esta nueva ola de proyectos 5G, es la primera vez en la cual se presenta la posibilidad de ejecutar un proyecto fluvial para la navegabilidad.

En esa medida, el rio Magdalena cuenta con múltiples particularidades como la importante sedimentación que causa la necesidad de un dragado y mantenimiento constante. Además de lo anterior, es importante mencionar la gestión predial que deberá adelantar el Concesionario, lo cual podría implicar demoras en el inicio de la operación de las unidades funcionales.

Asimismo, los riesgos ambientales representan un foco importante para este proyecto y que el Concesionario deberá realizar una serie de acciones para mitigarlos, tales como capacitar a su personal y a la comunidad, realizar monitoreos de fauna y reducir residuos y gases.

En materia de financiación, uno de los retos es diseñar una estructura de la financiación eficiente que le permita a los concesionarios atender a las necesidades inherentes del Proyecto, como por ejemplo la protección y el traslado de redes, la ejecución del dragado de mantenimiento que cumpla con los indicadores de cumplimiento, la reparación y mantenimiento de las obras del Río, teniendo en cuenta los niveles del mismo.

“Consideramos que es un proyecto ambicioso que representa un desafío importante tanto para la entidad concedente como para los sponsors y los concesionarios. Como un proyecto de infraestructura de tal envergadura, los retrasos y sobrecostos del proyecto son un reto importante en su ejecución, especialmente considerando que, si bien es un proyecto que desde hace décadas se buscaba estructurar y ejecutar, siempre surgieron importantes obstáculos para su inicio y finalmente, su ejecución”, señala la experta en financiación de proyectos de infraestructura de Mendoza.

 

Las oportunidades

El Río Magdalena es considerado un corredor fluvial de gran importancia estratégica por su posición geográfica, que permite conectar los núcleos de producción y consumo del país con el mar Caribe. De acuerdo con el Ministerio de Transporte de Colombia, en su cuenca se genera el 80% del PIB de Colombia, lo que evidencia el enorme potencial, en gran medida desaprovechado, de esta vía fluvial para el transporte de mercancías.

En línea con lo anterior, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) estima que la inversión en navegabilidad del Río Magdalena reduciría los costos de transportar un contenedor desde Bogotá hasta la costa Caribe en un 50,4%, impactando de manera significativa la competitividad comercial del país.

Además, con el documento CONPES 4060 del 29 de noviembre de 2021, el DNP publicó ciertos lineamientos de política pública para la Quinta Generación de Concesiones con base en un enfoque de infraestructura sostenible. Con esto en mente, se espera que el proceso de licitación para el proyecto adopte algunos de estos lineamientos a través de medidas dirigidas a garantizar la sostenibilidad ambiental, social, financiera e institucional del Proyecto.

La principal razón por la que el modelo de concesión resulta atractivo para los inversionistas es el respaldo de la inversión a través de una corriente de ingresos futuros. De acuerdo con los pre pliegos del Proyecto, la retribución del concesionario provendrá de recursos del presupuesto general de la Nación asignados a la ANI a través de vigencias futuras, tasas por uso del canal navegable y títulos emitidos por la ANI, estos últimos continúan sujetos al estudio de viabilidad por parte de la ANI y Crédito Público.

“La navegabilidad del Rio Magdalena es un proyecto que representa para el país la posibilidad de afianzar el transporte multimodal y conseguir aumentar en un 200% la carga transportada por el canal. Desde Mendoza, nos encontramos analizando la bancabilidad del mismo, de acuerdo con los documentos públicos de la ANI, para poder determinar las estructuras de financiación más eficientes para el proyecto”, puntualiza Clara Robledo Sánchez. 


Fuente: El Nuevo Siglo