“Dios escucha el lamento”. Papa Francisco

Fotografía de EFE

La invitación del Papa Francisco es ser agradecidos y así poder obedecer a Dios 

Este miércoles el tema central  de la catequesis fueron los Diez Mandamientos. El Papa Francisco hizo la invitación a ser primero agradecidos, esto lo hizo desde la Plaza de San Pedro en la Audiencia General a la que asistieron miles de peregrinos que lo escucharon.

El Patriarca Universal  comentó el inicio del capítulo sobre los Mandamientos que dice: “Yo soy el Señor, tú Dios” y explicó que aquí “hay un posesivo, hay una relación, le pertenecemos, Dios no es un extraño: él es tú Dios”.

Todos debemos saber que “Esto ilumina todo el Decálogo y revela también el secreto del actuar cristiano, porque es la misma actitud de Jesús”.

Y afirmó que “Él no parte de sí sino del Padre”. “A menudo nuestras obras fallan porque comenzamos de nosotros mismo y no de la gratitud. Y quién parte de sí mismo ¡llega a sí mismo!”.

Se debe saber “la vida cristiana es ante todo la respuesta grata a un Padre generoso”, el Santo Padre también hablo sobre “los cristianos que siguen solo los ‘deberes’ denuncian no tener una experiencia personal sobre ese Dios que es ‘nuestro’”. Es decir, “poner la ley antes que la relación no ayuda al camino de fe”.

Así mismo, continuando con su discurso, se pregunto: “¿Cómo puede un joven desear ser cristiano si partimos de obligaciones, compromisos, coherencias y no de la liberación?” y agregó, “La formación cristiana no está basada en la fuerza de voluntad, sino en la acogida de la salvación, en el dejarse amar: primero el Mar Rojo, después el Monte Sinaí”.

El mensaje de hoy es entonces que de debe ser agradecido es una actitud necesaria por que “para obedecer a Dios se necesita ante todo recordar sus beneficios”. Incluso “alguno puede escuchar no haber tenido todavía una buena experiencia de la liberación de Dios”, es algo “que puede ocurrir”.

Ante esto, El soberano de Roma invitó a rezar porque “Dios escucha el lamento”. En resumen, “no nos salvamos solos, sino a partir de un grito de ayuda”, y esto “nos espera a nosotros: pedir ser liberados”.

Agradecer por medio e la oración “Este grito es importante, es oración, es consciencia de lo que todavía nos tiene oprimidos y no está liberado en nosotros. Dios atiende ese grito, porque puede y quiere romper nuestras cadenas”.


Redacción: Paz Estéreo