Egan ganó un puesto y aumentó diferencias sobre sus rivales

Foto: AFP

Julian Alaphilippe ganó la tercera etapa y es nuevo líder. 

Julien Alaphillepe le puso picante a la tercera etapa del Tour de Francia y se llevó la victoria tras un contundente ataque a 13 kilómetros de meta, que dejó a los candidatos al título relegados a llegar con el pelotón, mientras que el colombiano Egan Bernal subió un puesto en la general, es sexto, y aumentó cinco segundos la diferencia sobre sus rivales.

Bernal fue por la bonificación y por eso forzó la marcha. De sus contrincantes solo se movió Thibaut Pinot, que llegó con el colombiano detrás de Alaphilippe.

Ni siquiera Geraint Thomas llegó a la rueda de Bernal, no la aguantó y le dio el aval para que se fuera. No Bardet, tampoco Nibali, Nairo, menos Adam Yates y tampoco Jakob Fuglsang y Vincenzo Nibali se movieron.

La idea salió. Egan se montó en la general, les tomó cinco segundos más a los demás menos a Pinot, que se ha mostrado fuerte en los primeros días de carrera.

Nairo Quintana intentó irse en un premio de montaña, pero fue controlado. El colombiano, de los favoritos, al lado de Bardet, es el que más lejos está en la general.

Los primeros 150 kilómetros se presentaron tranquilos con el embalaje intermedio de Dizy-Le-Gros como principal punto destacado. 

Sin embargo, tras el paso por Reims, la carrera ganó intensidad en los últimos 70 kilómetros con las subidas a la Côte de Nanteuil-la-Forêt (4ª. 1,1 km. al 6,8), la Côte d’Hautvillers (3ª, 900 metros al 10,5%), la Côte de Champillon (3ª, 1,8 km. al 6,6%) y la Côte de Mutigny, de tercera categoría con sus 900 metros al 12,2% que otorgará bonificaciones a los primeros en coronar.

Fue en ese momento donde Alaphillepe hizo su ataque fulminante que le permitió escaparse del pelotón
 y dejar atrás al grupo perseguidor, que encabezó Mikel Landa, Woods, Lutsenko y Schachmann.

Este martes se llevará a cabo la etapa cuarta que unirá a Reims con Nancy, de 213 kilómetros, larga y con dos premios de montaña de cuarta categoría. 


Tomado del diario EL TIEMPO