El Gobierno ‘autocompraría’ activos para financiar el déficit

Foto: Suministrada

El Fondes ahora se usaría para adquirir participaciones de la Nación. El Minhacienda pretende recibir unos $7 billones anuales hasta el 2022.

Por: Sebastián Londoño Vélez

Portafolio

Como estaba cantado, el Gobierno alista un plan de privatizaciones para financiar el Estado, pero lo inesperado será la forma cómo espera hacerlo.

La estrategia –que aún sigue en diseño dentro del Ministerio de Hacienda– estaría lejos de ser similar a la hecha por la administración anterior, cuando enajenó un paquete accionario de Isagen, y por lo cual recibió críticas y mociones de censura en el Congreso.

La hoja de ruta de ruta del Gobierno de Iván Duque cuenta con dos frentes de trabajo: uno de ellos involucra a la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), en tanto que el otro implicaría operaciones entre varias entidades, pero, solo en este último, se sacarían a venta pública los activos.

FONDES E ISAGEN

Para el primer caso, el Minhacienda está ultimando detalles de un decreto con el cual se le darían nuevas funciones al Fondo Nacional para el Desarrollo de la Infraestructura (Fondes).

Esta figura, que fue creada hace varios años, fue modificada por las leyes del Presupuesto del 2019 y el Plan de Desarrollo de Duque, y es administrada por la FDN, que, vale recordar, maneja los dineros que se recibieron por la venta de Isagen, durante la anterior administración.

En principio, estos recursos solo podían destinarse para proyectos de infraestructura, pero en el último año, el Gobierno cambió las reglas de juego y le permitirá al Fondes invertir en el “capital social de empresas de servicios públicos mixtas u oficiales”, según un borrador de decreto.

De acuerdo con una persona cercana al proceso, “una vez firmado este decreto, el Ministerio de Hacienda pondrá en funcionamiento el ‘nuevo’ Fondes y allí es donde comenzará una parte de las operaciones para obtener recursos. La idea es entregarle generadoras y electrificadoras al Fondes y, a cambio, recibir liquidez”.

En plata blanca, esto quiere decir que una parte de la financiación del Estado por venta de activos llegaría de la FDN, que también tiene aportes de socios, rendimientos financieros y unos dineros previos a su capitalización, entre muchos otros.

La idea con estos cambios es que, a través de una especie de fideicomiso –que en este caso sería el Fondes–, el Estado financie al mismo Estado a través de operaciones internas que no involucrarían salir a buscar inversionistas privados ni llevar a cabo procesos de privatización que, por ley, tienen un trámite que toma varios meses.

Esta estrategia se venía fraguando, incluso, al interior del Gobierno desde el año pasado, y le permitirían a la Nación comercializar, de forma indirecta, sus participaciones en empresas a través del Fondes, que haría algunas ventas a través del derecho público, pero otras podría hacerlas con las reglas del privado.

CONSULTORÍA 

Estas operaciones internas –que no son más que cambios de acciones por dinero entre el Fondes y el Ministerio de Hacienda– le representarían al Gobierno una parte de los 6 o 7 billones de pesos que pretende recaudar este año por este concepto, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo del 2019.

Para conseguir la otra parte, la Administración tiene todas sus apuestas en vender (esta sí con un proceso de privatización) el 51,47% que tiene invertido en Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), para lo cual ya firmó un contrato de consultoría con la firma de abogados Posse Herrera & Ruiz.

Según un conocedor del tema, “en este caso, se prefiere salir de todo, pero hay un problema; el Plan Financiero dicta que esa operación se tiene que hacer este año, y el tiempo se está quedando corto”.

Por esto, el Ejecutivo estudia otras opciones, similares a la operación descrita antes. En este caso, una subsidiaria (como Cenit) le compraría a la Nación su participación en ISA, cambiando las acciones de un lado al otro. No obstante, esto es aún objeto de estudio.

DESDE SANTOS HASTA DUQUE

Desde cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos comenzó a trabajar en la venta de Isagen, el Gobierno alistaba la creación de un vehículo financiero para canalizar dichos recursos.

Para esto, la administración anterior incluyó un artículo en su último Plan de Desarrollo, creando el Fondo Nacional para el Desarrollo de la Infraestructura (Fondes), administrado por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), con el fin de que por allí se manejaran los $6,5 billones que le entraron a la Nación por la enajenación de esos activos.

Sin embargo, para prevenir que terminaran ‘embolatados’, el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, reglamentó el Fondes y aprobó que los recursos se usaran solo en dos tipos de operaciones: “Otorgar financiamiento a la FDN para que esta pueda, directa o indirectamente, financiar o invertir en proyectos de infraestructura”, y “efectuar las operaciones de tesorería que se requieran para el manejo de los recursos del Fondes”.

Hoy, tres años después, el actual ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, prepara un decreto en el que amplía el portafolio de inversión de este vehículo financiero. Con los cambios, el Fondes podría adquirir títulos de contenido crediticio e instrumentos emitidos por la FDN, además de que se le abriría el campo de acción para obtener recursos, cuyo destino sea el sector de infraestructura.

Sin embargo, en un último punto, el Fondes podría “efectuar inversiones o desinversiones en el capital social de empresas de servicios públicos mixtas u oficiales”, lo cual –en plata blanca– sería pagarle al Minhacienda por unas participaciones estatales y, así, pueda cuadrar la caja.


Tomado del portal del diario Portafolio