El título de Egan, el prólogo de una historia que está por escribirse

Foto: AFP

Es increíble no dejar de pensar en este hecho, en esta hazaña que parte en dos la historia.

Por: Lisandro Rengifo

EL TIEMPO

Se hace difícil teclear. Por la cabeza pasan tantas historias que se quieren plasmar en el escrito, pero son tan numerosas que el papel, la tinta y el espacio son insuficientes. No es fácil saber por dónde comenzar, y más complicado aún, cómo acabar. El título del Tour de Francia de Egan Bernal es el culpable del cruce de cables. Es increíble no dejar de pensar en este hecho, en esta hazaña que parte en dos la historia del ciclismo y del deporte colombiano.

No sé cuántos pedalistas nacionales han disputado la carrera desde que en 1975, Martín Cochise Rodríguez lo hizo por primera vez, pero lo que tengo claro es que lo de Egan es épico, gigante, apoteósico. Se quedan cortas las palabras. No hay adjetivos que valgan. Es que es una victoria que Colombia buscaba desde 1975. En 1988, a Fabio Parra se le atravesó Pedro Delgado. 25 años tuvieron que pasar para que otro colombiano volviera al podio: Nairo Quintana, pero tanto él como a Rigoberto Urán, segundo en el 2017, se estrellaron contra la barrera de la época de Chris Froome, el dominador de la competencia en los últimos años. Fue precisamente el británico quien se encargó de predecir lo que hoy el país entero celebra. En la entrevista que le dio a EL TIEMPO advirtió que Egan sería su sucesor.

Esta vez nadie se atravesó. Y nadie lo hizo porque Bernal fue el mejor. El más regular de las tres semanas, el que más tuvo en el tanque de reserva y dinamita en sus piernas para sentenciar el Tour a su favor el viernes, en la caótica etapa hacia Tignes, una jornada que no tuvo ganador y terminó abruptamente por cuestiones de la climatología, un final al mejor estilo colombiano. Parece increíble que, a sus 22 años, Egan tenga hoy la camiseta de campeón del Tour. Y parece mucho menos real verlo con ese don de mando. Es de admirar la forma cómo hace los cambios de ritmo, cómo lee los momentos en cada etapa y cómo acierta al tomar decisiones bajo presión. Entiende cómo cerrar un hueco, sabe cuándo salir por un rival, cómo controlar y cuándo arrancar para hacerles doler las piernas a sus rivales.

Que Egan haya ganado el Tour de Francia indica que no fue en vano que en el colegio nos decomisaran el radio por escuchar de forma clandestina las etapas en las que Herrera y Parra abrieron el camino. Este domingo, la imagen de Bernal enfundándose la camiseta de campeón es para nunca olvidar. Tenía que ser precisamente en los Campos Elíseos, la avenida de 1.910 metros que une el arco del Triunfo y la plaza de la Concordia, la más emblemática de París y una de las más reconocidas del mundo.

Fue ahí donde se subió al primer cajón del podio, donde han puesto sus pies los mejores ciclistas de la historia, en una imagen imborrable. Colombia ha ganado las tres grandes pruebas del ciclismo, pero la página gloriosa de Egan Arley Bernal Gómez está por escribirse, este Tour es apenas el prólogo, porque está destinado a hacernos tragar nuestro orgullo, a entrecortarnos la voz y a sacarnos más lágrimas de las que ya hemos derramado.

Área técnica…

Lisandro Rengifo
Redactor de EL TIEMPO


Tomado del portal del diario EL TIEMPO