En los sitios pobres y violentos está la población más joven

Foto: Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial / Archivo Particular

En 96 % de los 170 municipios Pdet el promedio de población, entre los cero y 14 años, es del 29 %.

Por: Carlos A. Camacho

EL TIEMPO

Los municipios más afectados por la violencia y la pobreza son los de mayor población joven. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en los 170 municipios en donde se ejecutan los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), el 96 por ciento de la población es más joven que en el resto del país.

Mientras que en el promedio nacional el 22 por ciento de la población es menor de 14 años, en el 96 por ciento de los 170 municipios Pdet el promedio de población, entre los cero y 14 años, es del 29 por ciento.

En poblaciones como Bojayá, Chocó, la media es del 47 por ciento, casi que uno de cada dos habitantes es menor de 14 años.

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Las cifras también muestran que en 100 de los 170 municipios Pdet su población aumenta de forma acelerada. En Carmen del Darién, Chocó, el número de habitantes pasó de 5.000 en el año 2005 a más de 20.000 en el 2018, un incremento del 261 por ciento. Y en La Jagua de Ibirico, Cesar, pasaron de 22.000 habitantes a casi 50.000 en el mismo periodo, la variación fue de 112 por ciento en esos 13 años. En Arauca, el número de jóvenes aumentó 108 por ciento y en Chocó, el 80 por ciento.

La población joven entre los 14 y 28 años de edad en el promedio nacional creció 11,2 por ciento. En los municipios Pdet entre el censo de 2005 y el de 2018 ese segmento poblacional creció 22,6 por ciento.

Las estadísticas revelan que 1’300.000 niños entre los 4 y 14 años de edad, en una década, serán jóvenes cuando se estima que estén implementadas en su totalidad todas las iniciativas pactadas en el acuerdo de paz.

Esta es una de las razones por las cuales la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), y otros programas enfocados a implementar el acuerdo de paz destinen gran parte de sus esfuerzos y recursos para evitar y prevenir la vinculación de niños, adolescentes y jóvenes a cualquier tipo de violencia.

En la región de Urabá, por ejemplo, 37,6 por ciento de jóvenes entre 12 y 28 años ha sufrido un hecho de victimización en el conflicto armado, de ahí la necesidad de fortalecer los entornos de protección para este sector de la población en los municipios Pdet.

Carlos Eduardo Campo, de la Agencia de Renovación del Territorio, precisó que de las 32.808 iniciativas que se concertaron con las comunidades de los 170 municipios, 2.500 impactan directamente a los jóvenes.

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Entre estas, hay iniciativas con el Sena y la Esap, entidades con las cuales se iniciaron programas de pasantías para jóvenes de estos municipios que concentran una población de unos seis millones de habitantes. “Los jóvenes garantizan la irreversibilidad del Pdet en estos territorios”, dice Campo.

Precisamente, las iniciativas para proteger el entorno de los niños y jóvenes y evitar su vinculación a cualquier tipo de violencia están enfocadas en apostarle a su proyecto de vida a través de emprendimientos, educación, música y danza, entre otras actividades.
Una de estas es ‘Mambrú, este es otro cuento’, que llega a su quinta edición y que además de prevenir la vinculación de los niños a diferentes tipos de violencia, promueve el liderazgo, escenarios de reconciliación y convivencia en los territorios.
Andrés Stapper –director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización– asegura que ya hay más de 142 intervenciones que trabajan en este objetivo. Hace un año, en la quinta edición de ‘Mambrú,’ esta iniciativa llegó a 27 municipios y a 1.300 participantes.

A su turno, el consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio Archila, asegura que es clave “promover y apoyar las iniciativas creadoras de los jóvenes en todos los frentes para fortalecer su capacidad de emprendimiento y convertirlos en jóvenes autosostenibles”.

CARLOS A. CAMACHO
REDACCIÓN POLÍTICA


Tomado del diario EL TIEMPO