Encuentran la secuela perdida de ‘La naranja mecánica’, de Anthony Burgess

El manuscrito de ‘A Clockwork Condition’ nunca fue publicado y se encontró entre los archivos impresos de la casa de Burgess en Bracianno, un pueblo a las afueras de Roma.

A Clockwork Condition, un manuscrito de 200 páginas, recoge los pensamientos de Anthony Burgess sobre la condición humana y desarrolla los temas de su novela de 1962, A Clockwork Orange (La naranja mecánica), donde narra cómo el Estado intenta “curar” a un delincuente adolescente. La secuela, inacabada, ha sido descrita como “protofilosófica y protoautobiográfica”.

En ella, Burgess hace comentarios respecto a la controversia que rodeó a la adaptación al cine que hizo Stanley Kubrick, en 1971, de La naranja mecánica. En esta película de culto, protagonizada por Malcolm McDowell como Alex, el personaje principal y narrador es un joven de obsesionado por la violencia y en su momento fue acusado de inspirar a imitadores en la vida real. Las acusaciones hicieron que la película fuera prohibida por diferentes juntas locales del Reino Unido.

Tan solo después de la muerte de Kubrick, en 1999, se volvió a proyectar la película en los cines de Reino Unido y el filme fue habilitado para ser distribuido para proyecciones en espacios dómesticos. Sin embargo, en Estados Unidos, La naranja mecánica fue un éxito en taquilla y fue nominada al premio Óscar a Mejor película en 1972 (ese año la ganadora fue Contacto en Francia).

El manuscrito de A Clockwork Condition nunca fue publicado y se encontró entre los archivos impresos de la casa de Burgess en Bracianno, un pueblo a las afueras de Roma (Italia). Cuando la casa fue vendida después de la muerte del escritor en 1993, el archivo fue trasladado a Manchester donde esta siendo catalogado por la Fundación Internacional Anthony Burgess.

La obra fue descrita por Burgess como “una ambiciosa reflexión sobre la condición humana del mundo contemporaneo”, haciendo énfasis en sus preocupaciones sobre los efectos que puede tener la tecnología, en particular los medios, la televisión y el cine en el ser humano.

En el manuscrito, Burgess también explica el origen del título de su novela más famosa: “En 1945, después de regresar del ejército”, según el extracto, “escuché a un cockney de unos 80 años en un pub de Londres decir que alguien era ‘tan queer como una naranja mecánica‘ (…) Con queer no se refería a homosexual, sino a alguien desquiciado. Durante veinte años quise usar la expresión como un título para algo… Era un tema recurrente y sentía que podía ser la forma de llamar a algo que combinara una preocupación por la traidición con una técnica inusitada”.

El profesor Andrew Biswell, director de la Fundación Internacional Anthony Burgess, dijo: “Esta secuela sin publicar de La naranja mecánica abre nuevas miradas sobre el mismo Burgess, sobre Kubrick y sobre la controversia que rodeó a la célebre novela”. Además, “The Clockwork Condition da el contexto al trabajo más conocido de Burgess y amplía su visión sobre el crimen, el castigo y los posibles efectos de corrupción a los que lleva la cultura visual”.

Biswell, que también se desempeña como profesor de Inglés en la Universidad Metropolitana de Manchester, dice que el autor abandonó el proyecto cuando se dio cuenta de que “era un novelista y no un filósofo”. Entonces, en 1974, Burgess publicó una corta novela autobiógrafica titulada The Clockwork Testament donde aborda los mismos temas.

El próximo viernes, el Museo de Diseño de Londres lanzará una exposición sobre Stanley Kubrick que incluye material de su adaptación de La naranja mecánica.


Tomado de la Revista Arcadio / BBC Mundo