Estas son las 9 cosas que usted debe saber del Domingo de Ramos

El Domingo de Ramos da comienzo a la Semana Santa, en este día se conmemora la llegada de Jesús triunfante a Jerusalén.

A continuación presentamos las 9 cosas que debe saber del Domingo de Ramos

  1. El primer día de la semana Santa es conocido con el nombre de Domingo de Ramos

El primer nombre proviene del hecho de que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud agitaba ramas de palmeras. La Semana Santa comienza entonces el Domingo de la Pasión o de Ramos, que une a la profecía del triunfo real de Cristo y el anuncio de la pasión.

2. Antes de la Misa de lleva a cabo la procesión

La conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, según la costumbre antigua, se celebra con una procesión solemne, en la que los fieles hacen el canto y el gesto imitando a los niños hebreos que salieron a recibir al Señor cantando “Hosanna”, la procesión puede tener lugar sólo una vez, antes de la misa, que tiene la mayor asistencia, la congregación debe reunirse en una iglesia o capilla secundaria o en algún otro lugar adecuado fuera de la iglesia donde transcurrirá la procesión. Las palmas o ramas son bendecidas para que puedan ser llevadas en la procesión.

  1. Durante la procesión se pueden utilizar palmas u otras plantas

La procesión, que conmemora la entrada mesiánica de Cristo en Jerusalén, es de carácter alegre y popular, los fieles suelen mantener ramas de palmas o de oliva u otra vegetación, también se encuentran veladoras, agua entre otros elementos representativos.

4. En la celebración del Domingo de Ramos los fieles deben ser instruidos

Los fieles deben ser instruidos sobre el significado de las palmas, se les debe recordar oportunamente que lo importante es la participación en la procesión y no sólo la obtención de ramas de palma o de olivo, las palmas no deben mantenerse como amuletos, estas  se mantienen en el hogar como un testimonio de la fe en Jesucristo, y su victoria pascual.

5. Jesús reclama el derecho a los reyes en la entrada triunfal a Jerusalén

El Papa Emérito Benedicto XVI  explica en su libro “Jesús de Nazaret desde la entrada en Jerusalén a la resurrección” que Jesucristo reclamó el derecho de los reyes, conocido a lo largo de la antigüedad, de demandar modos de transporte particulares.

El uso de un animal “el burro” en el que nadie se había sentado aún es un indicador más del derecho de la realeza. Jesús quería que su camino y su accionar sean entendidos en términos de las promesas del Antiguo Testamento cumplidas en su persona.

6. Los peregrinos reconocen a Jesús como rey mesiánico

Lo que los discípulos hacen es un gesto de entronización en la tradición de la realeza davídica, y apunta a la esperanza mesiánica que surgió de la tradición davídica, los peregrinos que vinieron a Jerusalén con Jesús están atrapados en el entusiasmo de los discípulos. Ahora, tienden sus mantos en la calle a lo largo de la cual Jesús pasa arranca las ramas de los árboles y recitan versos “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en el cielo¡”

7. La palabra “Hossana” es una expresión de alegría, esperanza por la llegada del Mesías

En la aclamación Hosanna, nos encontramos con una expresión de las complejas emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos.

Alegría y alabanza a Dios en el momento de la entrada procesional, esperanza de que había llegado la hora del Mesías, y al mismo tiempo una oración para que el reino de David, y por lo tanto la realeza de Dios sobre Israel, fuera restablecida.

8. La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión

Los tres evangelios sinópticos, así como San Juan, dejan muy claro que la escena de homenaje mesiánico de Jesús se produjo en su entrada en la ciudad y que los participantes no eran los habitantes de Jerusalén, sino las multitudes que acompañaron a Jesús y entraron en la Ciudad Santa con él. Este punto se ve con mayor claridad en el relato de Mateo del pasaje inmediatamente después del Hosanna a Jesús, Hijo de David: Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este?

Y la multitud decía, Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea  La gente había oído hablar del profeta de Nazaret, pero Él no parece tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente no lo conocía. La multitud que rindió homenaje a Jesús en la puerta de entrada a la ciudad no era la misma multitud que luego exigió su crucifixión.

 9. El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en la liturgia

Así lo afirma la Carta de fiestas pascuales en el numeral 33:

“Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote”.

Para la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces ni incienso, ni se hace al principio el saludo al pueblo como de ordinario para el Evangelio, ni se signa el libro. Tan solo los diáconos piden la bendición al sacerdote.

“Para el bien espiritual de los fieles conviene que se lea por entero la narración de la Pasión, y que no se omitan las lecturas que la preceden”.


Redacción: Paz Estéreo