Evangelio del día: 11 de enero

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Meditación

Juan fue arrestado por Herodes porque denunciaba su comportamiento moral; en esto Jesús vio una señal para anunciar la llegada del Reino de Dios invitando a la conversión, a la fe y al seguimiento como discípulos. Así, el Tiempo Ordinario que hemos iniciado en la Iglesia y el evangelio de hoy nos presentan un itinerario para vivir el compromiso como bautizados.
En primer lugar, aprendemos del Señor a saber leer los hechos de la vida para saber lo que nos pide Dios. Jesús vio que la prisión a la que había sido sometido Juan Bautista por la tiranía y la corrupción de Herodes se convertía en el signo que confirmaba el inicio de su ministerio público. En el contexto actual cuando somos testigos de tiranías ideológicas y de sistemas de corrupción en todos los niveles de la sociedad, de burlas a los pobres que deben mendigar la salud y las condiciones para una vida digna, somos inquietados por las actitudes de Jesús. Él no se esconde, ni se acobarda incluso sabiendo lo que comportará su misión; está en medio de su pueblo y siente en carne propia el dolor de sus gentes que buscan vida, esperanza y liberación.
¡Cuánto daño hace esconder la misión que tenemos y pensar que las injusticias a los otros no son las nuestras! ¿Qué nos pide el Señor en nuestro contexto colombiano? No basta con decir que somos cristianos, que somos un pueblo religioso. Es necesario ponernos en camino como lo hizo Jesús estando dispuestos a transformar nuestras realidades. Alguno podría decir: “pero ¿qué puedo cambiar si todo está mal? Mejor preocuparme solo de mis cosas”.
Jesús se deja inquietar por la realidad y actúa. El cambio comienza ahí. Dejarnos inquietar desde dentro para transformar nuestra manera de pensar, de hablar y de actuar. Dejarnos inquietar para reconocer que siempre podemos hacer algo para que las cosas sean diferentes. Sí, empezando por nosotros mismos. Entonces puedo decir: “he entendido que empiezo por mí, continúo por casa, lo hago en mi trabajo y me convierto en un buen ciudadano”. Así vigilo que la corrupción y la tiranía no tengan cupo en mi vida y en mi entorno; y reconozco que tengo la libertad interior para decidir obrar el bien y evitar el mal.
Esto es vivir la Buena Nueva del amor de Dios que responde a las aspiraciones más profundas de la existencia. Este es el día para actuar: “Se ha cumplido el plazo”, no lo dejemos pasar. Vivamos la experiencia concreta de la cercanía del Reino, hagamos crecer las semillas de la presencia del Señor en nuestra historia. Este es el día para la conversión viviendo de una manera renovada, es el día para creer convirtiendo la fe en Jesús en un verdadero camino para vivir y convivir. Este es el día para seguir al Señor, pero no solos sino en comunidad. Hoy es el día en el que Jesús nos dice: “tú sígueme”.

P. John Jaime Ramírez Feria