‘Frontera verde’, una miniserie policíaca en la Amazonia

Foto: Juan Pablo Gutiérrez / Netflix

Codirigida por Ciro Guerra, la cinta explora la cosmogonía indígena a través del género negro

Por: Catalina Oquendo

EL PAÍS (ES)

Frontera Verde es una miniserie policíaca sobre la Amazonia, pero la utilización del cine negro para narrarla es, en realidad, un caballo de Troya para explorar los misterios más profundos de las culturas indígenas que habitan el vasto territorio amazónico que comparten Brasil, Colombia y Perú.

“Las historias policiacas son terreno conocido para los espectadores y eso nos permite transportarlos a lo desconocido, que es el corazón de la historia. Esta idea de que al conocimiento tradicional no se llega exclusivamente desde los cánones de la antropología, la etnografía, sino desde las acciones y la narrativa, es lo que estamos creando acá. Los códigos del conocimiento tradicional y del cine negro se complementan y dialogan”, explica Ciro Guerra, quien ya había explorado la Amazonia en El abrazo de la serpiente, nominada a mejor película extranjera en los Óscar en 2016. Guerra codirige esta miniserie de ocho episodios junto a Laura Mora (Matar a Jesús) y Jacques Toulemonde (guionista de Pájaros de verano).

Frontera Verde se centra en la historia de una detective citadina y un policía indígena que investigan una serie de muertes extrañas en la selva, entre ellas la de una mujer cuyo cadáver no presenta signos de envejecimiento. Al mismo tiempo, una comunidad nativa llamada Los Eternos lucha contra un extranjero que quiere arrebatarles un secreto que guarda la selva. Por esa vía, la serie aborda el enfrentamiento de la justicia indígena con la occidental; los problemas de tráfico y la deforestación que azotan al territorio; la sabiduría ancestral y, especialmente, los misterios que guarda la Amazonia.

La apuesta de Netflix por contar esta visión secreta del Amazonia surgió de la inquietud de sus creadores Diego Ramírez Schrempp, Mauricio Leiva-Cock y Jenny Ceballos, quienes buscaron a un director como Guerra, cuya conexión con la Amazonia es innegable. En El Abrazo de la serpiente había explorado el pasado de este territorio y ahora le interesaba preguntarse por la cosmogonía indígena en relación con la actualidad en el contexto de una triple frontera que reúne todos los conflictos y tipos de tráfico.

“La triple frontera es un lugar muy atractivo para el cine negro. Nosotros queríamos ponerle nuestro sello y Netflix confió en nosotros y nos dio toda la libertad creativa que necesitábamos”, agrega el celebrado cineasta. Así, se sumaron Mora y Toulemonde, quienes trabajan de forma colaborativa y se lanzaron a un lenguaje fuera del cine. Sin embargo, el cambio de formato de pantalla grande a plataforma digital ha representado una oportunidad para ahondar en “recovecos” de la historia con la profundidad que no tendrían en un largometraje. Guerra, que marcó un hito en el cine colombiano tanto con El abrazo de la serpiente como con Pájaros de verano, admite que esta miniserie es una producción más compleja y mantiene el desafío del trabajo “respetuoso con las comunidades indígenas”. Como en sus anteriores películas, trabajó con actores indígenas.

La miniserie da un lugar privilegiado a lo femenino y presenta a las mujeres como las tejedoras de hilos entre varios mundos, las guardianas de los misterios de la selva. Además, tiene un trasfondo medioambiental y plantea al Amazonia como “la casa del mundo”. “Mi expectativa es que los espectadores la vean, se monten en ella como una embarcación a lo desconocido, a lo que va más allá de nuestro conocimiento como seres humanos. Y que la completen con su propia mirada”, apunta Guerra, que competirá por el León de Oro en la Sección Oficial de la 76 Mostra de cine de Venecia, con su última película, Esperando a los bárbaros.


Tomado del diairo EL PAÍS (ES)