El cofundador de Platzi Freddy Vega y el emprendedor serial Alex Torrenegra analizaron en Twitter Spaces los efectos que tendría el cálculo del valor intrínseco de las acciones en empresas para el impuesto al patrimonio de la reforma tributaria que propone el Gobierno.
Los colombianos Freddy Vega y Alex Torrenegra tienen historias similares. Ambos crecieron lejos de los privilegios y encontraron en la tecnología el camino para la movilidad social, convirtiéndose íconos del emprendimiento en el mundo hispano.
Vega es el cofundador de Platzi, la plataforma de educación en línea más grande de América Latina y Torrenegra es un emprendedor serial que ha fundado múltiples compañías tecnológicas, como la de empleos remotos Torre y ha ganado fama tras aparecer como inversionista en el programa Shark Tank.
Ellos se juntaron la noche del miércoles en un Twitter Spaces al que se conectaron más de 3.500 personas a reflexionar sobre el impuesto anti-startups que propone la reforma tributaria presentada por gobierno del nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro ante el Congreso.
El efecto colateral que ha encendido las alarmas entre los emprendedores se daría en la forma como se propone calcular el impuesto al patrimonio, teniendo en cuenta el valor intrínseco de las acciones de las empresas, tras dividir el patrimonio líquido por el número de las acciones. Los fundadores de startups argumentan que esta fórmula se llevaría por delante a los emprendimientos de base tecnológica que, por los mecanismos de financiación que existen para este tipo de empresas (como el capital de riego), quedan con valoraciones privadas sustentadas en proyecciones del futuro.
“Los impuestos hay que pagarlos porque sino el Gobierno no existiera, pero con esta propuesta quieren sacar dinero de donde no existe y aumentar la deuda de un emprendedor”, sostuvo Vega en Twitter Spaces. “No creo que ese Gobierno haya creado esta reforma para afectar a los emprendedores, quizás no se han dado cuenta que un impuesto como este crearía inequidades, porque las personas ricas crean estructuras fiscales en otros países y terminan afectando a quienes no tienen acceso a esto, a personas sin conexiones, que apenas están empezando y que el valor de sus compañías es una promesa, no un patrimonio líquido”.
Lo complementó Torrenegra: “Cuando un emprendedor recibe un millón de dólares de inversión, eso es para la operación de la compañía, no para su bolsillo y tendría que endeudarse para poder pagar un impuesto como este. En una startup el día que se vendan se tendrá el efectivo y ahí si se pagarán impuestos sobre ese efectivo”.
Y agregó: “Si algo como esto sale adelante yo le sugeriría al emprendedor muévete rápidamente de país y al equipo directivo que vas a traer intenta no contratarlo en Colombia”.
Según cifras de Confecámaras, cerca del 70% de los emprendimientos que surgen en Colombia fracasan antes de los primeros cinco años de haber iniciado operaciones. El acceso al financiamiento y los obstáculos legales son algunas de las principales barreras que impiden a que sobrevivan.
Vega reveló que en las últimas dos semanas ha hablado con ocho emprendedores que en conjunto crean cerca de 30.000 empleos y que tienen planes para mudarse a lugares como Panamá y Miami.
“Para ellos es fácil irse y esto lo que hace es aumentar la inequidad con personas que no tienen esa opción y les queda imposible emprender en tecnología, un sector en el que se trabaja con valuaciones altas”, sostuvo. “Yo creo que la industria de tecnología va a ser la más importante de Colombia y esto la mata”.
Ambos coincidieron en que crear empresa es la forma más efectiva de romper el ciclo de la pobreza.
“Un impuesto como este hace más difícil emprender, hace más difícil el mecanismo más efectivo de salir de la pobreza, algo que en Colombia tarda hasta 11 generaciones, más de 100 años”, concluyó Vega.
Desde el Ministerio de Hacienda y desde Innpulsa -la agencia gubernamental para el emprendimiento y la innovación- no se han pronunciado sobre el efecto colateral que tendría en las startups esta forma de calcular el impuesto al patrimonio.
Fuente: Forbes Colombia
