En la homilía del día de hoy martes 06 de Noviembre desde la Casa Santa Marta, el santo padre invito a pensar en las veces que los cristianos rechazan a cristo.
El santo padre hace una petición expresa: “Que cada uno de nosotros piensa, a lo largo de la vida, cuántas veces he sentido la inspiración del Espíritu Santo para que haga una obra de caridad, para encontrarme con Jesús en una determinada obra de caridad, ir a rezar, cambiar de vida en algo determinado que no va bien y siempre he encontrado un motivo para excusarme, para rechazarlo”.
El santo padre reflexiono sobre el fragmento del evangelio de San Lucas en el que Jesús, cuenta la parábola del hombre que invita a sus amigos a una gran cena y estos, con palabras educadas, lo rechazan por distintos motivos. Por tal razón el hombre manda a sus criados a los cruces de caminos e invita a los “pobres, lisiados, ciegos y cojos”.
El papa afirmó que “cuántas veces sentimos la llamada de Jesús para andar con Él, para hacer una obra de caridad, para rezar, para encontrarlo, y nosotros decimos: ‘Perdona, Señor, estoy ocupado, no tengo tiempo. Mañana tampoco puedo…’, y el Señor permanece ahí”.
Sin embargo, el Pontífice también recordó que Jesús, además de bueno, es justo, y por eso al final entrarán al Reino de Dios aquellos que no rechacen a Jesús o que Él no rechace.
Citas bíblicas de los evangelios referidos por el papa Francisco en su homilía de hoy.
Evangelio comentado por el Papa Francisco:
Lucas 14:15-24
15 Habiendo oído esto, uno de los comensales le dijo: «¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!»
16 Él le respondió: «Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos;
17 a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: "Venid, que ya está todo preparado."
18 Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses."
19 Y otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses."
20 Otro dijo: "Me he casado, y por eso no puedo ir."
21 «Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos."
22 Dijo el siervo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio."
23 Dijo el señor al siervo: "Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa."
24 Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena.»
Redacción: Paz Estéreo