La pesadilla de mujeres víctimas, en la cuarentena

Foto: Juan Manuel Vargas. EL TIEMPO

En el aislamiento, las líneas de violencia de género han recibido casi el triple de denuncias.

Por: NO ES HORA DE CALLAR

EL TIEMPO

“Mi única forma de escapar de la realidad en la que vivo es irme al trabajo. Por eso, cuando anunciaron la cuarentena, ya sabía lo que me esperaba. Yo he intentado denunciar, pero él me tiene amenazada con los niños… la gente no entiende…”. El testimonio de esta mujer, que llegó a través de un correo, es el viacrucis de centenares, multiplicado en el aislamiento obligatorio por el coronavirus.

Cuando el presidente Iván Duque lo decretó, dijo que se trataba de “una medida para la salud y la vida. Sabemos lo mucho que nos exige a todos (…)”. Pero 24 días después de iniciado el confinamiento, para muchos ha significado una realidad aterradora: pasar el encierro con su agresor.

En Colombia, las cifras demuestran que la situación es tan desalentadora como en los demás países que enfrentan esta pandemia. Desde que se inició el aislamiento en Bogotá y el resto del territorio nacional, la línea 155, que brinda orientación a mujeres víctimas de violencia a nivel nacional, duplicó el número de llamadas atendidas cada día.

Según la Policía, entre el 20 de marzo y el 7 de abril se atendieron de manera efectiva 2.054 llamadas; es decir, el doble de lo atendido a diario en los dos meses previos a la declaratoria de la cuarentena. Desde el primero de enero de este año hasta el 19 de marzo, la línea respondió 6.341 llamadas, lo que supone un promedio de 54 llamadas diarias, en contraste con las 108 que se empezaron a atender apenas se inició el confinamiento.

“A todas las colombianas les quiero decir que no duden en comunicarse a la Línea 155, en caso de ser víctimas de cualquier tipo de agresión física o psicológica en el entorno de una familia”, fue el llamado de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.

Según Ramírez, no se tolerará ningún acto de violencia contra un miembro de la familia, por lo que el hogar debe ser un espacio seguro para todos. Y anunció que se está trabajando en planes para la prevención de la violencia que incentiven a las personas a denunciar.

Una de las medidas fue el fortalecimiento de la Línea 155. Dentro de la estrategia para lograrlo se encuentra aumentar el número de mujeres policías que atienden el centro de llamadas, así como sicólogos que reciben y orientan los casos.

Cifras alarmantes

En Bogotá la situación también es preocupante. Según datos de la Secretaría de la Mujer, desde que inició el aislamiento preventivo en la ciudad, la Línea Púrpura, que brinda orientación y atención psicosocial a mujeres víctimas de violencia, ha registrado casi tres veces más llamadas y mensajes de WhatsApp que las que recibía antes de la cuarentena.

Entre el 20 de marzo y el 13 de abril, la línea recibió 11.792 llamadas y mensajes; entre el primero y el 19 de marzo se recibieron 3.446. Esto quiere decir que antes del confinamiento se recibían, en promedio, 181 solicitudes diarias a través de la línea telefónica y de chat. Una vez se decretó el aislamiento en la capital, este número aumentó a 471.

De las llamadas y mensajes recibidos, 1.434 requirieron atención profunda. De estos, la mitad por violencia psicológica y un poco más de una cuarta parte por violencia física. La violencia económica representó el 14 por ciento de las denuncias detalladas; la violencia sexual el 5 por ciento; la violencia patrimonial el 4 por ciento y la violencia verbal el 1 por ciento.

También se atendieron consultas sobre rutas de atención en casos de violencia contra la mujer e información sobre los servicios con los que cuenta el Distrito en materia de derechos humanos, así como de derechos sexuales y reproductivos.

“Esta es una situación que no tiene precedentes. Ningún país había enfrentado una situación así y ninguna institucionalidad estaba diseñada para lo que iba a pasar. Pero hemos respondido con agilidad a estas nuevas circunstancias y las cifras son una muestra de que las mujeres están atendiendo a nuestro llamado de no quedarse calladas, de buscar orientación y de denunciar si es el caso”, manifestó Diana Rodríguez, Secretaria de la Mujer.

Para hacerle frente a la situación, esta oficina decidió, además de fortalecer los canales de la Línea Púrpura, continuar prestando otros servicios. Tal es el caso de las Casas de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres en las localidades de Bogotá, que pese a estar cerradas, siguen prestando atención psicosocial y jurídica.

“Se organizaron equipos de sicólogas y abogadas que cuentan con celulares para atender a las ciudadanas en cada localidad”, señaló la funcionaria.

Además, la entidad revisó el número de cupos en las Casas Refugio, lugares dispuestos por el Distrito para mujeres con medidas de protección que requieran acogida gratuita, hasta por 4 meses, para ellas y para sus hijos. “Tenemos los cupos, no hay lista de espera, y estamos trabajando con todos los recursos disponibles para que durante su periodo de acogida se garanticen sus derechos”.

La Secretaría de la Mujer recordó que la Línea Púrpura no es una línea de emergencia. Para los casos en que la vida de una mujer esté en peligro, las llamadas deben hacerse a la línea 123 o al cuadrante de Policía más cercano.

Por su parte, la Veeduría Distrital encontró que “las cifras de violencia intrafamiliar muestran que desde que se implementó la medida de aislamiento preventivo en los hogares, las mujeres están sufriendo en mayor medida la violencia en sus hogares”.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad, y que fueron recopilados por esta entidad de control, de enero a marzo de este año los casos de violencia intrafamiliar aumentaron en un 14 por ciento con relación a los del 2019.

Otras ciudades en el limbo

Pero el caso de Bogotá no es el único. Colombia ha registrado 13 feminicidios en lo corrido de la cuarentena y graves denuncias de violecia física en las ciudades de Medellín y Cúcuta, donde las secretarías de la mujer han activado los protocolos regionales para atender la emergencia.

Sin embargo, el gran problema sigue siendo el poder denunciar. Las mujeres que están siendo víctimas tienen al agresor al lado, y en muchos casos, en los que se han atrevido a denunciar, las autoridades no han sido eficientes en la respuesta.

Por eso, la Procuraduría General de la Nación activó un número y un correo de emergencia para atender los casos. “Atendemos quejas de aquellas víctimas que no han logrado la atención”, manifestó Adriana Herrera, procuradora delegada para la Defensa de los Derechos de la Infancia, la Adolescencia y la Familia.

Afirmó, además, que se está trabajando con la Fiscalía y la Defensoría para verificar el cumplimiento del Decreto 460, por el que se dictan medidas para garantizar el funcionamiento de las comisarías de familia en esta emergencia.

A esto se suma la preocupación por la disminución en denuncia por violencia contra menores. Se creería que la reducción de las cifras podría ser un buen síntoma, sin embargo, las autoridades aclaran que, por el contrario, denota que el canal que los niños, niñas y adolescentes tienen para buscar ayuda, está en las escuelas y colegios, o fuera de su casa.

Entre el 12 de marzo y el 4 de abril, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar reportó 9.893 denuncias relacionadas con violencia. En las mismas fechas del 2019 recibió 15.024, lo que significa una disminución del 34 por ciento.

Esta cifra preocupa, y más teniendo en cuenta que en los primeros meses del 2020 se han recibido 49.431 denuncias, de cara a las 38.892 que se registraron del primero de enero al 4 de abril del año pasado. Esto es un incremento del 27 por ciento entre ambos periodos.

“Las denuncias provienen de la institucionalidad, de los colegios, jardines infantiles, Centros de Desarrollo Infantil, hospitales y demás. Muchos de estos lugares están cerrados u operando de manera virtual, lo que quiere decir que los establecimientos desde donde usualmente se reciben las alarmas no están funcionando”, aseguró Lina Arbeláez, directora del ICBF.

Así, el aislamiento ha privado de poder de acción a uno de los frentes que más denuncias hacía.

Las denuncias más recurrentes son por maltrato físico, psicológico o por negligencia. Este año se han recibido 34.701 reportes por esta razón; por violencia sexual se han registrado 12.203.

Son días difíciles, y más para miles de personas que tienen que vivir la cuarentena con su agresor. En redes sociales se han incentivado formas para pedir auxilio como “solicitar maquillaje a domicilio”. Tal vez solo al final del confinamiento se tendrá un mapa claro de lo que ocurrió en casa. Lo importante es saber que si una niña o mujer está en riesgo, y usted lo sabe, también le puede ayudar.

NO ES HORA DE CALLAR


Tomado de diario EL TIEMPO