Llamado de los obispos en favor de las realidades indígenas, campesinas y afros

Foto: CEC

Ante el avance de la pandemia en la Amazonía y Orinoquía colombiana, obispos de estas regiones hacen un llamado urgente a las autoridades y a toda la ciudadanía, para que se actúe de manera efectiva y responsable en la atención a la población, considerando las condiciones y limitaciones que hay en estos territorios.

En un comunicado de prensa los obispos reconocen el esfuerzo que viene adelantando el Gobierno para otorgar las ayudas a la población necesitada. Sin embargo “lo exhortamos, a actuar de manera eficiente, al constatar que muchas personas en condiciones económicas precarias y que no están incluidas en los programas de ayuda, no han podido acceder al circuito de entrega de víveres o dinero”.

Hacen especial énfasis al recordar que si bien esta pandemia afecta a todos los colombianos, las desigualdades sociales que se viven en estos territorios pueden llegar a afectar en mayor escala a los más débiles y desprotegidos. Resaltan de manera especial su preocupación por lo que está aconteciendo en la cárcel de Villavicencio y con los habitantes de Puerto Leticia.

Igualmente, ratifican el llamado a toda la población para que se mantengan cumpliendo con las medidas decretadas por el Gobierno Nacional, para la prevención del contagio masivo del virus. Aunque apuntan “reconocemos que estas medidas son difíciles de cumplir debido, a que, desde antes de estallar la crisis por el COVID19, la población amazónica y en especial los indígenas, campesinos y afros, ya se encontraban en situación de pobreza estructural, en condiciones de inseguridad alimentaria y malnutrición, sin acceso a la salud y al agua potable”.

Los obispos se unen al llamado de la Organización de Pueblos indígenas de la Amazonía Colombiana –(OPIAC), en la que solicitan un diálogo urgente con el Gobierno Nacional, regional  y otras organizaciones afines al tema, con el fin de buscar soluciones que ayuden a enfrentar este mal de la pandemia. Para este diálogo consideran ellos, es importante contar también con la “participación de las organizaciones indígenas y populares e implementar una estrategia que asegure alimentos y productos de higiene y limpieza, con el fin de afrontar en mejores condiciones la pandemia y la cuarentena durante los siguientes meses”.

Por otra parte y en comunión con el llamado que hace la Conferencia Episcopal, de rechazar todo acto violento que atenta contra la vida de las personas, de manera especial contra los líderes y lideresas, instan al Estado a “hacer todos los esfuerzos para avanzar en la implementación de los acuerdos de paz, que daría un respiro y una esperanza al país y en general a las comunidades tan azotadas por las violencias”.

“Pedimos acciones urgentes de las autoridades, para tomar las medidas necesarias que permitan frenar esta realidad dolorosa; así como, el poner punto final a la devastadora deforestación de la Amazonía, que en estos tiempos de cuarentena se ha agudizado de manera alarmante”, señala la misiva.

Igualmente, animan para que durante este tiempo de pandemia se fortalezcan los espacios de espiritualidad y oración dentro de los hogares, se mantenga alerta frente a cualquier tipo de violencia intrafamiliar y se esté cercano a los más necesitados desde lo que permite el aislamiento social establecido.

Finalmente, reafirman el compromiso de la Iglesia para seguir ayudando desde la Pastoral Social y las parroquias, tanto con recursos económicos, materiales y humanos, para aliviar de alguna forma la crisis que está generando esta emergencia sanitaria en la población más vulnerable de estos territorios.

El comunicado que fue emitido este primero de mayo fue suscrito por: Mons. Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y Arzobispo de Villavicencio;  Mons. Omar de Jesús Mejía Giraldo, Arzobispo de Florencia;  Mons. José Figueroa Gómez, obispo de la diócesis de Granada ; Mons. Francisco Javier Múnera Correa, obispo diócesis de San Vicente del Caguán;  Mons. Luis Albeiro Maldonado Monsalve, obispo diócesis de Mocoa-Sibundo; Mons. Nelson Jair Cardona Ramírez, obispo diócesis de San José del Guaviare;  Mons. Edgar Aristizábal Quintero, obispo diócesis de Yopal; Mons. Jaime Cristóbal Abril González, obispo diócesis de Arauca; Mons. José de Jesús Quintero Díaz, Vicario Apostólico de Leticia; Mons. Héctor Javier Pizarro Acevedo, Vicario Apostólico de Trinidad; Mons. Francisco Antonio Ceballos Escobar; Vicario Apostólico de Puerto Carreño; Mons. Medardo de Jesús Henao del Río; Vicario Apostólico de Mitú; Mons. Raúl Alfonso Carillo Martínez, Vicario Apostólico de Puerto Gaitán;  Mons. Joselito Carreño Quiñonez , Vicario Apostólico de Inírida; y Mons. Joaquín Humberto Pinzón,  Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano.

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Tomado del portal de la Conferencia Episcopal de Colombia