Menos niños quemados, pero las capitales se rajan contra la pólvora

Foto: Jaime Moreno / Archivo EL TIEMPO

Laceración y quemadura siguen siendo las principales lesiones de ese flagelo.

Tras los esfuerzos que se están haciendo desde el sector de la salud para reducir el número de quemados con pólvora, el país amaneció hoy con 354 colombianos heridos por este flagelo, un 18 por ciento menos comparado con el 2018, periodo en el que se registraron 434.

No obstante, la cifra puede ser mayor, teniendo en cuenta que al cierre de esta edición buena parte de las entidades territoriales no habían notificado el número de heridos, según explica el Instituto Nacional de Salud (INS).

De todas maneras, en el último reporte del INS se evidencia una significativa disminución del 28 por ciento en el número de niños quemados, si se tiene en cuenta que hasta el momento se han presentado 128 casos, mientras que en el 2018 fueron 178.

“Esta disminución, pareciera, se está sosteniendo en los últimos días y, teniendo en cuenta el último boletín (25 de diciembre a las 2 p. m.), nos genera una ilusión. Pero es mejor hacer cortes y no hablar del futuro, sino de la realidad. Tener 50 niños quemados menos es realmente importante”, destaca Iván Darío González, viceministro de Salud.

El periodo de vigilancia intensificada (primero de diciembre hasta la mitad de enero) que ejerce el INS también permite establecer que a estas alturas de diciembre algunas ciudades capitales y grandes departamentos se rajan en la lucha contra la pólvora.

Bogotá, por ejemplo, pasó de 18 casos en 2018 a 30 en este año. Casi el doble. En Antioquia, por su parte, se registran 46 quemados este año, mientras que en el 2018 fueron 38. Entre tanto, Tolima pasó de 22 en 2018 a 37 en el último año.

Frente a los aumentos de las cifras en esas zonas del país, González asegura que son lamentables; sin embargo, cuando aún faltan las fiestas de Año Nuevo y de Reyes, pidió reforzar las estrategias de prevención e hizo un llamado a las autoridades no solo de esos lugares, sino de todo el país, para que prioricen este tema dentro de sus agendas y así la merma esperada en estas estadísticas sea general en la totalidad del territorio.

El periodo de vigilancia también permite evidenciar que la inmensa mayoría de las víctimas (94 %), sin distinción de si fueron niños o adultos, sufrieron quemaduras, laceraciones (68 %), contusiones (31 %), amputaciones (7 %) y daño ocular (8 %).

La manipulación sigue siendo, de hecho, el principal factor de riesgo (67 %) en el uso de pólvora, pero no se salvan las personas que están en el entorno: dos de cada 10 heridos en el país son espectadores.

En cuanto a los artefactos usados, el INS informa que los totes (249), papeletas y/o diablitos (209) y los cohetes (99) son los que más han causado heridas durante el periodo comprendido entre 2018 y 2019.

Se debe esperar

Pero más allá de esas cifras preocupantes, el temor que expresan las autoridades es que la situación pueda empeorar, si se tiene en cuenta que todavía faltan las fechas en las que históricamente suele haber más heridos: el 31 de diciembre y el puente de Reyes.

“No deja de llamar la atención que las cifras son de los lesionados que se reportan desde el punto de vista asistencial, de tal forma que hay un subregistro importante porque existen quemaduras menores, o incluso algunas que pueden ser un poco más severas en personas que, por temor o sencillamente por descuido, no acuden a los centros hospitalarios”, dice César Burgos, dermatólogo y presidente de Sociedades Científicas.

Es importante entender, agrega Burgos, que el número de quemados debería ser cero. “De todas maneras no deja de ser significativa la rebaja, por ahora”.

En una misma línea se encuentra Ernesto Barbosa, presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, quien, a pesar de que las cifras hasta ayer evidencian una reducción en el número de quemados, hace una invitación a reducir la manipulación de la pólvora durante las fiestas de fin de año.

“Aunque bajaron los afectados en Navidad, realmente las cifras en la noche de velitas fueron preocupantes. La reducción se debe, de todas maneras, a las fuertes campañas que se han hecho desde el sector de la salud para concientizar a las personas”, afirma Barbosa.

El especialista advierte sobre la necesidad de “seguir trabajando” en campañas de prevención en todo el país. De todos modos parece que es un problema de difícil solución, por lo menos en el corto plazo.

En enero pasado, al finalizar el periodo de vigilancia intensificada, se hizo evidente el quiebre de la tendencia hacia cada vez menos quemados por pólvora, que se logró desde el periodo 2015-2016.

No obstante, expertos se preguntan si las campañas de sensibilización tienen la cobertura regional necesaria. Por ejemplo, de 38 entidades territoriales que estudian el monitoreo, solo 10 redujeron la cifra de lesionados frente al 2018. Son ellas: Atlántico (-89 %), Barranquilla (-15 %), Casanare (-100 %), Cesar (-58 %), Magdalena (-36 %), Norte de Santander (-33 %), Quindío (-38 %), Santander (-67 %), Sucre (-63 %) y Valle (-8 %).

El viceministro de Salud, Iván Darío González, no considera que las campañas hayan fallado, sino que necesitan intensificarse.

En ese sentido, puso el ejemplo de ‘Porque te quiero y me quiero: cero pólvora, parcero’, campaña que adelanta este año su cartera para hablarles a las poblaciones más expuestas por medio de la música urbana.

Un muerto al intoxicarse con fósforo blanco

El fósforo blanco, que se usa para la fabricación de pólvora, es un tóxico que puede producir, según los especialistas, una falla hepática en los niños que puede llevar, incluso, a la muerte. Un reporte del Instituto Nacional de Salud indica que un niño de 3 años, en Barranquilla, murió al ser expuesto a ese elemento a principios del mes de diciembre del 2019.

En total, según el INS, se han presentado 6 casos de intoxicaciones por fósforo blanco en lo corrido de este mes.

Hay otros dos casos en Barranquilla, uno en Atlántico, otro en Sucre y otro en Caldas. La edad promedio de los niños afectados no supera los 11 años.

Entre tanto, el INS informa que hasta la fecha no se han notificado casos confirmados por consumo de metanol, un elemento presente en el alcohol adulterado.


Tomado del diario EL TIEMPO