El equipo británico regresará tras sus pasos con la entrada del nuevo reglamento. Leclerc saldrá desde la pole en Sochi
McLaren vuelve al punto de partida en el que se encontraba a finales de 2014, cuando anunció que después de 19 temporadas, tres títulos mundiales de pilotos (1998, 1999 y 2008), uno de constructores (1998), 77 victorias y 230 podios, su alianza con Mercedes como suministrador de motores había llegado a su fin. El regreso de Honda al Mundial de Fórmula 1 se interpretó entonces como una oportunidad inmejorable para tratar de rememorar los triunfos cosechados a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, tanto con Ayrton Senna (1988, 1990 y 1991) como con Alain Prost (1989). La aventura, sin embargo, estuvo a punto de llevarse por delante al segundo equipo con más éxitos de la F1, que después de tres ejercicios (2015-2017) en los que no logró subir una sola vez al cajón decidió cortar por lo sano y vincularse con Renault (2018 y 2019). Esta sociedad, inédita hasta entonces, ha permitido a la escudería de Woking salir de la zona más lúgubre de las estadísticas para recolocarse en la zona media de la tabla, por más que el número de podios siga estancado en 485 desde aquel Gran Premio de Australia de 2014.
El anuncio de que la marca de la estrella volverá a propulsar a McLaren desde 2021 y como mínimo hasta 2024, se vende ahora como un gesto de las intenciones de la estructura británica de volver a codearse con las mejores del certamen. Sin embargo, el sentido común lleva inmediatamente a plantearse porqué aquello que en 2014 se veía un lastre – el depender de la buena voluntad de Mercedes en el sentido de esperar que el fabricante alemán, con formación propia en el campeonato, fuera a proporcionar el mejor material disponible a un competidor directo– se vea ahora como un paso adelante hacia el éxito. El cambio de proveedor, en cualquier caso, coincidirá con la entrada en escena de la nueva normativa técnica que debe implementarse en 2021, pero que no contempla apenas variaciones en el ámbito de las unidades de potencia.
El cambio a Mercedes, en cualquier caso, supondrá que el constructor de Stuttgart motorizará ocho de los bólidos de la parrilla (Mercedes, McLaren, Williams y Racing Point), mientras que Renault, por su parte, se quedará únicamente con dos, los propios de la compañía francesa. Habrá que ver, por lo demás, qué consecuencias tendrá este movimiento en el trato que la marca del rombo dispensará a su todavía cliente en lo que resta de 2019 y 2020.
“El año 2021 será un momento importante en nuestro intento por volver a pelear por las posiciones de la zona delantera. Mercedes siempre ha sido la referencia en la era híbrida, y estamos deseando competir contra ellos”, declaró Andreas Seidl, team manager de McLaren. “McLaren ha iniciado su recuperación y esta temporada ha llevado a cabo actuaciones impresionantes gracias a la potencia de Renault. Esperamos que este nuevo acuerdo a largo plazo marque otro hito en la historia de McLaren, ya que su objetivo es pelear en la zona alta, que es por donde se mueve nuestro equipo de fábrica”, convino Toto Wolff, CEO de Mercedes F1.
Leclerc, intratable
Charles Leclerc volverá a arrancar el primero (13:10 horas, Movistar Fórmula 1), este domingo en Sochi, donde acumuló su cuarta ‘pole’ consecutiva y la sexta de su cuenta particular. Desde tiempos de Michael Schumacher (2001) que un piloto de Ferrari no era capaz de encadenar cuatro pole, circunstancia que permite hacerse una idea del momento que atraviesa el joven monegasco. A su lado saldrá Lewis Hamilton, mientras que Carlos Sainz lo hará el quinto, beneficiado de la penalización impuesta a Max Verstappen, lo que supone igualar su mejor resultado en una cronometrada.
Tomado del portal del diario EL PAÍS (ES)
