Nairo demostró quién es el capo de Movistar

Foto: Agence France Press

Nairo Quintana atacó en el mítico Galibier, ganó la etapa y subió al séptimo puesto en una jornada que fue redonda para los escarabajos, porque Egan Bernal, quien también salió del grupo líder, es segundo en la general

Si esta edición del Tour de Francia, la 106, estaba al rojo vivo, a partir de hoy subió al límite de las emociones porque aparecieron los colombianos y en especial uno al que desde 2014 le ha sido esquivo el título, pero siempre da de qué hablar: Nairo Quintana.

El boyacense del Movistar, no solo acalló a sus detractores, a quienes lo ven como una máquina que debe salir no solo con la obligación de ganar, sino ganar en efecto, y sin abrir la boca, les dijo: ¡El capo soy yo!

Al boyacense, que ganó en solitario la fracción 18ª y tomó una ventaja que le permitió acomodarse en la clasificación general a 3:54, se le sumó el zipaquireño del Ineos Egan Bernal, quien ahora es segundo a 1.30 del líder Julian Alaphilippe.

Sin embargo, en esta fiesta en la que los escarabajos se pusieron de ruana el Tour de Francia aprovechando que “estas montañas -Los Alpes-, nos tratan muy bien”, queda una extraña sensación de que tanto ‘Nairoman’ como ‘El joven Maravilla’ pudieron obtener mejores réditos, una compensación más grande por su osadía.

De una parte, queda el sabor amargo por lo que hizo el Movistar, aunque las explicaciones dadas por Mikel Landa y el mismo Nairo, sirven para entender lo ocurrido. La estrategia era poner corredores en fuga y Quintana se involucró en una grande que alcanzó a tomar una cómoda ventaja cercana a los 8 minutos. Atrás su equipo quiso aprovechar para que Landa y Valverde recogieran los frutos del trabajo en equipo, solo que la estrategia falló.

La labor desarrollada por el Movistar solo sirvió para que el grupo del líder le descontara tiempo a los de la fuga porque ninguno de los rivales en la clasificación general desfalleció en la temible subida al Galibier.

Landa y Valverde no tuvieron con qué despegarse, pero sí hicieron el trabajo, y bien hecho, para que quienes los acompañaban, le descotaran tiempo a Nairo.

De otra parte, Egan también atacó, se soltó del grupo de Alaphilippe y tomó una buena diferencia, solo que su compañero de equipo y “capo”, Geraint Thomas, campeón defensor del título, quiso seguirle los pasos, unirse y en un trabajo conjunto alejarse del líder, solo que la estrategia tampoco funcionó y el Ineos ayudó a descontarle tiempo a quien hoy, por resultados, debe ser el capo, Egan Bernal. Cosas del ciclismo… o de estrategias que no siempre resultan como se piensa.

“Hemos trabajado a conciencia y bien, hemos seguido adelante y no hemos dejado de insistir, sabía que podía ser un buen día para mí”, dijo Quintana, de quien siempre se ha dicho que en este tipo de carreras de tres semanas, la tercera es la mejor.

Así quedó comprobado ayer cuando lanzó un ataque decisivo en el Galibier para lograr su tercera victoria de etapa en un Tour de Francia, superando en esta etapa de 208 kilómetros, que había comenzado en Embrun, al francés Romain Bardet (AG2R-La Mondiale) y al kazajo Alexey Lutsenko (Astana), segundo y tercero respectivamente en esta jornada.

Tras renunciar hace unos días a sus pretensiones en la general, Quintana demostró su categoría de estrella mundial con una actuación para el recuerdo; colándose en la escapada buena del día y guardando fuerzas para dar el hachazo definitivo en el último puerto.

Rigoberto Urán, otra vez con los mejores, completó el gran día del ciclismo colombiano, consolidando su novena plaza, a 5:33 del líder.

Lo que sigue

Ayer se echaron las campanas al vuelo. Y no era para menos. La fiesta fue completa aunque pudo ser mucho mejor. Y podría continuar siéndolo. Hoy y mañana sigue la montaña.

Hoy la 19ª etapa cuenta con todos los elementos para determinar la jerarquía final de la carrera, entre Saint-Jean-de-Maurienne y Tignes.

Tres subidas en la Haute-Maurienne, un valle expuesto al viento, que conduce a Iseran, con sus 2.770 metros. Los 12,9 kilómetros (al 7,5 %) de su vertiente sur, han sido pocas veces visitados por el Tour, que ha pasado solo en siete ocasiones por su cima.

El descenso lleva sin transición al ascenso final de Tignes, duro sobre todo en su primera parte. Esta subida de 7,4 kilómetros al 7% concluye con dos kilómetros en ligero falso llano.

“La dificultad es que a los pies, ya estamos a 1.800 metros”, señaló Thibaut Pinot, el hombre más fuerte en los Pirineos. “Vamos a medir el efecto de la altitud en el organismo antes de las primeras rampas, estamos a mucha altitud”, subrayó.

Tignes recibe al Tour por segunda vez, doce años después de la victoria, a olvidar tras su escándalo de dopaje, del danés Michael Rasmussen, que pocos días después fue sancionado.

Allí es de esperarse que los escarabajos intenten dar un paso más hacia su objetivo y que no es otro que ganar por primera vez el Tour de Francia.

Es claro que Egar y Nairo deben tener carta blanca para atacar y buscar recortarle más tiempo al líder y no sería extraño si el joven del Ineos se viste de amarillo o que el del Movistar se meta al podio.

“Todo puede pasar, creo que estoy ahí, aunque ganar el Tour es algo complicado”, señaló Bernal.

“Estoy segundo en la general, el mejor ha sido él que va primero. Es el más fuerte, en su carrera no había demostrado ser un escalador puro y ha estado fantástico”, agregó Bernal, que luce el maillot blanco de mejor joven.

“Me siento muy bien, es bueno para la moral ganar un poco de tiempo, recortar 30 segundos sobre Julian. Cada segundo contra él es bueno”, dijo.

El colombiano no quiso desvelar su estrategia para hoy y mañana, dos etapas que completan el decisivo tríptico en los Alpes antes del paseo de campeón en París.

“No sé mi plan, tengo que ver las sensaciones en la etapa, días en los que uno se siente mejor que otros”, dijo el corredor del Ineos, que superó en la general a su compañero Geraint Thomas, ahora tercero.

Lo que sí es cierto es que Nairo habló y lo hizo fuerte, aunque sin pronunciar palabra: el capo soy yo en el Movistar y ¿quién lo va a contradecir? Nadie porque Landa no está y Valverde ya siente los años.


Tomado del diario El Nuevo Siglo