‘No se afecta para nada lo hecho por el Congreso: Secretario de Senado

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Gregorio Eljach, guardián de las decisiones jurídicas en el Legislativo, explicó lo que viene.

Convencido de las bondades de la virtualidad en entidades públicas como el Congreso, el secretario del Senado, Gregorio Eljach, le explicó a EL TIEMPO los alcances de la decisión de la Corte Constitucional del pasado jueves. Ese día el alto tribunal dejó sin piso la norma que habilitaba a los cuerpos colegiados –como el Legislativo– a sesionar virtualmente y de paso, según Eljach, le dio mayor “autonomía” al Congreso.

¿Cómo interpreta el fallo de la Corte Constitucional que impactó las sesiones virtuales del Congreso?

Los fallos judiciales son para cumplirlos. Ese es el deber institucional de todo funcionario. En esta oportunidad estamos ante un fallo histórico de gran trascendencia, porque reivindica y pone de presente la intangible autonomía institucional del Congreso de la República, como cabeza de la Rama Legislativa y eso lo protege de intromisiones ajenas y lo presenta a la sociedad como una institución fuerte, sólida y robusta que requiere de la legitimidad que la misma Corte le está concediendo. Con este fallo de la Corte el Congreso se ha fortalecido en su autonomía.

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¿El Senado citó a sesiones virtuales con base en el artículo que dejó sin vigencia la Corte Constitucional?

Sí. Tomó ese artículo 12 del Decreto 491 de marzo de 2020 entre muchos otros fundamentos de rango constitucional y legal para hacer la convocatoria a sesiones plenarias a partir del trece de abril. Pero no fue la única norma que se tuvo como fundamento y por lo tanto las demás fuentes de derecho están vigentes y tienen plena aplicabilidad.

¿Lo aprobado en estos meses de trabajo virtual del Congreso está vigente?

Ya lo explicó claramente el señor presidente de la honorable Corte Constitucional, el honorable magistrado Alberto Rojas Ríos. No se afecta para nada lo hecho por el Congreso de la República, ni en plenarias ni en comisiones durante el ejercicio que terminó el pasado veinte de junio. Todo está a salvo, todo se considera con el amparo de constitucionalidad. De tal manera que los efectos, como ya lo explicó el mismo Presidente de la Corte, son hacia futuro y la Legislatura pasada quedó a salvo.

¿Por qué el Congreso no reformó su reglamento como lo hicieron otras entidades del Estado?

El reglamento del Congreso de la República está recogido en una norma que es la Ley Quinta, una ley de carácter orgánico que tiene muchas cargas adicionales para ser modificada más allá de las leyes ordinarias. Se inició el trámite por Cámara, se evacuaron los dos primeros debates y se quisieron iniciar en Senado el tercero y cuarto, pero no se alcanzó. Por eso una de las primeras tareas en la nueva legislatura para los congresistas es adelantar lo que faltó de esa reforma de la Ley Quinta para introducir, como norma modificatoria del reglamento interno, la posibilidad de la virtualidad o las sesiones no presenciales, o la actividad remota o la votación telemática, en fin, para adecuar el procedimiento legislativo y el trámite legislativo a la modernidad que ofrece la electrónica en estos días.

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¿Mientras tanto es posible que el Congreso siga sesionando virtualmente?

Es posible y se determinará en su momento por las mesas directivas de acuerdo con la necesidad y condiciones materiales y objetivas que se presenten. Sabemos que esta es una situación excepcional, lo de la pandemia, que fue la que generó todo este cambio de metodología, y por eso sigue gravitando para determinar qué tipo de actividad se van a hacer, en qué orden, si presencial o virtual.

¿Y qué debe hacerse para ello?

Solamente tomar la decisión por parte de las mesas directivas. Es un asunto al que jurídicamente ya la Corte le puso punto final. Está claro: el Gobierno, en decretos legislativos, no puede modificar normas y mucho menos orgánicas, ni mucho menos las de funcionamiento del Congreso de la República. Eso ya quedó establecido así y se lo agradecemos a la honorable Corte Constitucional. Es un espaldarazo muy importante que va a marcar la historia en el tratamiento de la normativa interna del Congreso, por parte de la Rama Ejecutiva. Gracias a esta determinación de la Corte hoy tenemos un Congreso más autónomo. Una Rama Legislativa más independiente.

Ante esta decisión de la Corte Constitucional algunos congresistas han dicho que se debe sesionar de manera presencial, ¿usted qué opina?

Como le dije antes, las mesas directivas de cada corporación lo van a decidir.

¿Las condiciones de salud de los 108 senadores permitirían sesionar presencialmente?

Es lo deseable, es lo que quisiéramos. No es lo mismo la virtualidad que la presencialidad. El Congreso tiene un origen y una naturaleza de congregación, de reunión, de estar juntos en un mismo recinto. Pero la excepcionalidad de la pandemia del covid-19 y las condiciones de distancia, el no haber tránsito aéreo y muchas condiciones restrictivas han hecho que, como alternativa para que el Congreso no cese en sus funciones, se use la virtualidad.

Para usted, ¿Cómo ha funcionado el trabajo virtual del Congreso?

Yo considero que ha sido exitoso, en medio de tanta dificultad y tanta carencia. El Congreso ha dado lo mejor durante este tiempo de pandemia. Pero este tiempo ha servido también para desnudar algunas falencias o carencias, como el atraso tecnológico tan grande en que se venía desenvolviendo la actividad normal del Congreso y la actividad legislativa en particular. Creo que hay que dar un gran salto hacia adelante para llegar a la modernidad en materia de métodos de trabajo. El Congreso está listo para responder a las exigencias de estos nuevos tiempos.

Por lo demás tengo que dejar constancia del extraordinario trabajo de todos los congresistas. Tuvimos una muy buena asistencia, los legisladores desde los más apartados rincones hicieron un excelente trabajo. Hicieron control político, examinaron las proyectos y se tramitaron con mucha responsabilidad.

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¿Es decir que los congresistas tienen vocación y decisión de entrar en este mundo de la virtualidad?

Como en pocos países, los congresistas de Colombia están tecnológicamente al día y eso permite que el trabajo legislativo funcione con el nivel que requiere la elaboración de leyes. Aquí hay personas muy bien preparadas. Y no dudo que otras instituciones del Estado seguirán este ejemplo, modernizándose en las próximas semanas o meses. En un nuevo libro que estoy escribiendo, analizo la urgencia de que todas las instituciones colombianas sintonicen con esta nueva realidad, que es esencialmente virtual. No podemos seguir atados a la ilusión de que podremos volver al pasado, porque el mundo ya cambió, y es hora de ponernos a tono.

Como experto en temas jurídicos, ¿cree que las entidades del Estado deberían adoptar estos mecanismos tecnológicos para modernizarse?

Ya la gran mayoría de ramas del poder público vienen adelantándose a eso. La Rama Ejecutiva en sus diferentes manifestaciones lo viene haciendo con éxito relativo. La Rama Judicial, también. Los organismos de control, lo mismo. Ya hay entidades que hablan de big data, es decir de grandes cantidades de información. Estamos en el Congreso en una especie de atraso de la tecnología que afecta negativamente el buen funcionamiento, el ahorro, la eficiencia.. Tenemos que hacer las cosas con mejor posibilidad de revisarlas y además haciéndolo en más corto plazo para que los términos no se nos venzan. De tal manera que nosotros en el Congreso debemos ponernos a tono con las facilidades que el mundo de la virtualidad y el mundo de la digitalización ofrecen hoy, que es a nivel universal y no es una cosa tampoco muy costosa. Pero el balance de lo que hemos realizado en el Congreso, en estos tiempos de tantas dudas en todo el mundo, ha sido excelente.


Tomado del diario EL TIEMPO