Octavio Arbeláez recibe la Orden de las Artes y las Letras de Francia

Foto: Lania Lex

Al director del Festival de Manizales le impondrán este reconocimiento en el grado de comendador.

Por: Yhonatan Loaiza Grisales

El Tiempo

Octavio Arbeláez es un lector cotidiano: en su mesa de noche siempre habrá dos o tres libros; tiene cinefilia profunda, de hecho en su juventud se dedicaba exhibir películas, un oficio al que se refiere con el romántico título del ‘cineclubismo’. La música también es su alimento periódico, siempre va a cuanto concierto puede, y el teatro es su pasión: ve con deleite cualquier puesta en escena e incluso, si no tiene una calidad desbordante, trata de encontrar algún gesto que le interese.

Fue en su adolescencia cuando comenzó a alimentar esas arterías culturales que le bombean la vida. Paralelo al ‘cineclubismo’, Arbeláez era cercano a un grupo de teatro de su ciudad natal, Manizales, y ahí fue donde inició su carrera como gestor. “Yo veía que era bueno en la acción y no tanto en la actuación y en procesos más de creación artística, entonces me puse al frente de esos modelos”, recuerda.

Esos modelos crecieron a tal punto que hoy Arbeláez lleva 35 años como director del Festival de Teatro de Manizales y también está al frente de mercados culturales como Circulart, que se realiza cada año en Medellín, y Mapas, que tiene como sede la isla de Tenerife, en España.

Por esa labor cultural, Arbeláez ha recibido varios reconocimientos, el año pasado, por ejemplo le fue otorgado el premio ‘Glommnet’, en la categoría ‘Reconocimiento a toda una vida’ por parte de la Red Mundial de Mercados de la Música, con sede en Seúl, y además recibió la Orden del Congreso de la República de Colombia en el grado de Caballero.

Mañana, ese palmarés crecerá con la Orden de las Artes y las Letras en el grado de Comendador, que otorga el Ministerio de Cultura de Francia y que le será impuesta por Gautier Mignot, embajador del país europeo en Colombia.

Para Arbeláez, que como un reconocimiento a su equipo de trabajo siempre se refiere a sus logros en plural, este galardón reconoce el trabajo que se ha construido a partir de la relación entre Latinoamérica y Europa.

“Puedo decir que es un orgullo, porque en el fondo está representando los modelos de gestión que hemos preconizado desde el trabajo en red y desde las plataformas colaborativas que tienden fuentes entre países y continentes, buscando las simetrías en los desarrollos de las culturas de ambos espacios geográficos. Generar esos espacios comunes ha sido como una obsesión para nosotros y el que se reconozcan y se validen significan que estamos en el camino correcto”, asegura.

El gestor ha estado detrás del nacimiento de entramados de gestores culturales como Redelae, que aúna programadores y de directores de festivales de Latinoamérica y el Caribe.

Todo empezó cuando Arbeláez asumió, a la corta edad de 25 años, la dirección del Festival teatral de la capital de Caldas, que venía de una ausencia de diez años.

Volviendo a ese momento del renacimiento de un festival que era un paradigma de los encuentros teatrales del continente, el director asegura que decidió asumir ese riesgo desde la perspectiva del desarrollo cultural de la ciudad y de la región.

“Cuando comenzamos la labor Manizales era una ciudad un poco quieta, adormecida, a pesar de su carácter de ciudad universitaria. Entonces valorábamos asumirnos como ciudad joven y cultural y desde esa perspectiva pensábamos que el festival podía liderar esa ventana al mundo y ese asomarse a los colores de la vida en una ciudad un poco gris”, recuerda.

Durante la gestión de Arbeláez, la huella digital del el Festival de Manizales ha sido convertirse en una vitrina de las nuevas tendencias de la escena Iberoamericana. Por allí han pasado promesas que luego se convirtieron en referentes y Arbeláez es consciente que son apuestas de alto riesgo, que pueden resultar o no, pero son fundamentales para que el festival se mantenga joven.

“Por ejemplo, nuestra apuesta permanente por Uruguay, que era la sorpresa mejor guardada de Latinoamérica, hace que se revelen una serie de dramaturgos como Gabriel Calderón, Santiago Sanguinetti y Sergio Blanco, que hoy son figuras mundiales. También la renovación de la escena mexicana y la aparición de zonas silenciosas como la centroamericana o la caribeña. En general ha sido maravilloso generar el encuentro y potenciar las perspectivas de crecimiento de las dramaturgias regionales y locales, lo que ha resultado en un festival que se renueva en su interés”, añade.

Otro de sus hijos en esta maratón cultural es Circulart, el mercado musical latinoamericano que este año celebra su primera década. Aquí, la apuesta inicial fue el desarrollo de la escena colombiana, a partir de procesos de capacitación y de iniciación en mercados de este tipo.

“Nosotros veníamos de trabajar en Brasil y en México, con esa experiencia acumulada construimos un discurso de mercado y de plataforma y de saberse vender en el mundo para las artistas musicales. Al trabajar esas dimensiones generamos procesos que fueron detonando la escena colombiana”.

Ese modelo ha trascendido con eventos como Mapas, que este año llegó a su tercera edición con un crecimiento exponencial, pues para se inscribieron propuestas 874 de 74 países (35 de ellos africanos). Aquí la apuesta de conexión es tricontinental, pues Tenerife se plantea como el puente en el que confluyen las artes escénicas de Latinoamérica, Europa del Sur y África, continente que es una especie de mina de piedras preciosas culturales.

“Como dice un famoso programa de radio español: ‘África no es un país’… Hay mucha diversidad, muchas sutilezas y asimetrías en el desarrollo cultural. Cuando comenzamos éramos conscientes de las dificultades como y las bondades que tenía asomarnos a territorios que eran difíciles, pero que al mismo tiempo nos llenaban de satisfacción. Creíamos que esto podía tener un plazo largo de consolidación, pero para sorpresa nuestra arribamos a la tercera edición con una presencia muy grande en el continente africano y una demanda muy alta de programadores y artistas del mundo entero”, añade.

Así como ha hecho en Manizales, Arbeláez sigue apostando por el riesgo para seguir tejiendo esas redes culturales.

Los antecedentes de la Orden

La Orden de las Artes y las Letras se instituyó en 1957 y es otorgada por un comité compuesto por representantes de las más altas instancias culturales del gobierno francés, y por diez personalidades destacadas de las letras y las artes del país europeo.

Ees un reconocimiento a personas que se han distinguido por sus creaciones en el dominio artístico o literario o por su contribución y aporte al esplendor de las artes y las letras en Francia y el mundo.

El grado de Comendador es el más alto –también están los de Oficial y Caballero– y se le ha otorgado a figuras del mundo artístico como Jorge Luis Borges, Mercedes Sosa, Mario Vargas Llosa, Bob Dylan y David Bowie; además de los colombianos Carlos Vives, Shakira, Yuri Buenaventura, Germán Espinosa y Silvia Tcherassi.


Tomado del diario El Tiempo