Otoniel se declara no culpable en Estados Unidos

Luego de ser extraditado por el gobierno de Colombia a Estados Unidos, el capo Dairo Antonio Úsuga, más conocido por el alias de ‘Otoniel’, se declaró “no culpable” de los delitos de narcotráfico ante el tribunal del Nueva York.

Ante la jueza federal Vera M. Scalon, en el tribunal federal de Brooklyn, el capo colombiano no aceptó los cargos. Ahora su caso pasa a juicio, donde definirán la condena por los delitos que se le imputan.

La magistrada le informó de sus derechos y le leyó los cargos de narcotráfico que pesan en su contra: “empresa criminal continuada” y “conspirar para manufacturar y distribuir cocaína”.

Un tercer cargo, uso de armas para el tráfico de droga, fue desechado debido a que no está incluido en los términos de su extradición. Si es hallado culpable por el jurado que le juzgará, puede ser condenado a cadena perpetua.

En el prontuario de alias Otoniel esta “ser líder de una empresa criminal continuada”, y de haber introducido más de “10 toneladas” de cocaína a Estados Unidos como jefe del Clan del Golfo.

En horas de la mañana, el fiscal federal Breon Peace anunció el recibimiento de Úsuga por parte de la justicia norteamericana “Estamos aquí para anunciar la extradición de uno de los más peligrosos criminales”.

Peace agregó que  el narco colombiano “Creía que era intocable, hasta ahora”, dijo Peace, que advirtió que “nadie está por encima de la ley”.

Del mismo modo, el Fiscal agregó que EE. UU esta “comprometido a cooperar con nuestros socios internacionales para desmantelar las organizaciones criminales transnacionales” y “frenar la marea de destrucción causada por su producto letal y sus métodos violentos para llevar a cabo sus negocios”.

Dada la peligrosidad del capo y el riesgo “significante” de que pueda huir, el gobierno estadounidense ha pedido a la justicia que siga encarcelado hasta el juicio.

Captura de Otoniel

El capo más buscado, después de Pablo Escobar, también era conocido bajo los alias de “Mao”, “Gallo” o “Mauricio Gallo” y fue detenido en octubre de 2021, tras una intensa persecución de meses por las selvas cercanas a Panamá, en el noroeste de Colombia.

Hasta entonces, comandaba el Clan del Golfo y se le acusa de ser el responsable del 30% (unas 300 toneladas) de las exportaciones de cocaína.

Estados Unidos acusa al cártel de haber introducido al menos 73 toneladas de cocaína al país entre 2003 y 2012.

Con más de 6.000 miembros, -“más que la policía de Boston”, según el fiscal-, el Clan del Golfo ejerce “control militar sobre cantidades de territorio” en la región de Urabá en Antioquia, “una de las zonas narcotraficantes que genera más ganancias dentro de Colombia”, dijo el fiscal.

“Regresará”

La justicia colombiana también lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narco más buscado de Colombia.

Las víctimas habían solicitado la “suspensión” de la extradición, alegando su derecho a conocer la verdad y a ser reparadas. Pero la justicia colombiana dio luz verde a su traslado el miércoles, según informó la defensa de Úsuga a la AFP.

Para el gobierno, la captura y posterior extradición de Otoniel es el golpe más contundente que ha recibido el narcotráfico desde la muerte de Escobar.

Nacido en una familia campesina del noroeste de Colombia, Úsuga ha sido señalado por las autoridades de abusar de niñas y adolescentes en sus zonas de injerencia.

En 2017 había anunciado su intención de llegar a un acuerdo para someterse a la justicia, pero el gobierno contestó con una feroz persecución.

El Clan ha sido diezmado por una serie de golpes de las autoridades contra el círculo cercano de Otoniel. Tras su captura, Duque proclamó el principio del fin de la que es considerada la mayor banda narco del país.

Sus integrantes aún realizan ataques esporádicos contra la fuerza pública. El más reciente mató a seis soldados en uno de sus fortines.

Otoniel pasó a encabezar el grupo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, “Giovanni”, en enfrentamientos con la policía en 2012. Se inició en las armas como guerrillero del Ejército Popular de Liberación, una guerrilla marxista desmovilizada en 1991.

Tras entregar las armas, combatió en grupos paramilitares de extrema derecha que sembraron terror en los años noventa con masacres y atrocidades cometidas en su lucha contra las guerrillas de izquierda radical.

El grueso de estos grupos de autodefensas se desmovilizaron en 2006 tras acordar con el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). Pero Otoniel decidió mantenerse en la ilegalidad.


Fuente: El Nuevo Siglo