El Papa Francisco pide una mejor distribución de las tierras agrícolas y salarios justos

El pontífice pidió mayores garantías en la distribución de tierras y participación en la toma de decisiones para los campesinos

En un mensaje dirigido a los participantes del encuentro de la Asociación Rural Católica Internacional (ICRA), para debatir sobre los problemas del mundo rural, el Papa Francisco pidió una mejor distribución de tierras, mejoras salariales entre el campesinado y una mayor implicación de los pequeños agricultores en la toma de decisiones que ayude a mejorar la vida  en el campo.

El Santo Padre denunció que “mirando hoy al mundo rural vemos cómo la dimensión del mercado orienta las acciones y las decisiones”. El santo padre critico el interés que se tiene de solo hacer negocios y no el de velar por los intereses de los demás.

Francisco recordó “Los negocios ante todo, aun a costa de sacrificar los ritmos de la vida agrícola, con sus momentos de trabajo y su tiempo libre, de descanso semanal y de cuidado de la familia”. “Para todos los que viven la realidad rural, esto significa constatar que el desarrollo no es igual para todos, como si la vida de la comunidad del campo tuviese un valor inferior.

El santo padre señalo, “Para los pequeños agricultores, la participación en las decisiones que les afectan sigue siendo algo lejano debido a la ausencia de instituciones locales y a la falta de reglas claras que reconozcan valores como la honestidad, la justicia y la lealtad”.

El Santo Padre explicó que “vivimos la paradoja de una agricultura que ya no está considerada como sector primario de la economía, pero que mantiene una evidente relevancia en las políticas de desarrollo, en los equilibrios de la seguridad alimentaria y en la vida comunitaria rural”.

“De hecho, en algunas zonas geográficas, el desarrollo agrícola sigue siendo la principal respuesta posible a la pobreza y a la escasez de alimentos”.

Por último el Papa se preguntó cómo se puede trabajar en favor del campo. Para él, “la historia del ICRA demuestra que es posible combinar el ser cristiano con la acción cristiana en la realidad del mundo agrícola, donde el significado de la persona humana, la dimensión familiar y social, y el sentido de la solidaridad son valores esenciales, también en aquellas situaciones de mayor subdesarrollo y pobreza”.


Redacción: Verónica Palacio