¿Puede el fútbol femenino equilibrase con el masculino? 5 puntos clave

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Le contamos los aspectos fundamentales para que su crecimiento siga en alza y se proyecte.

Para hablar del fútbol femenino lo ideal no es compararlo con el masculino porque se terminará cayendo en comparaciones desproporcionadas. En ese mismo sentido, le contaremos los 5 puntos claves que debe mejorar, mantener y omitir, para poder recortar la brecha tanto en lo deportivo como en lo económico respecto al balompié de los hombres.

  1. El recorrido, cuestión de tiempo

El auge del fútbol femenino ha tenido un crecimiento vertiginoso en la última década, pero sus orígenes son tan profundos, casi, como los del masculino. Se registra que el primer partido oficial se disputó el 23 de marzo de 1895. El periódico ‘The Guardian’ publicó que alrededor de 10.000 personas empezaron a presenciar los primeros encuentros disputados en Londres, Inglaterra. A medida que pasaron los años, el balompié femenino ha acumulado recorrido, pero fue a partir de 1991 que empezó su historia en los mundiales. Hoy se puede decir que se han disputado 8 copas del mundo y el último de estos, en Francia de 2019, fue un nivel alto.

Así que el recorrido, con calidad, se ésta demostrando como lo hizo Alex Morgan, Marta o Morgan Rapinoe en el pasado Mundial. Será cuestión de tiempo para que los torneos, mundiales y goles destacados le sigan trazando el camino al fútbol femenino, porque talento de sobra se está demostrando.

  1. Inversión, más que necesaria

La realidad en este aspecto no es la mejor. Solo el 28 por ciento de los clubes que tienen equipo masculino y femenino dan el mismo apoyo a ambos, según los datos recolectados por la Asociación Europea de Clubes (ECA), que sitúa en un 52% los que dan prominencia al masculino y en un 4% los que se las dan al femenino. Diferencia que está más marcada en el balompié suramericano.

Los hechos los demuestran y los títulos lo afirman. Solo por citar un ejemplo en el fútbol colombiano, en la primera Liga femenina que se realizó -2017- la final entre Santa Fe y Atlético Huila asistieron 33.327 hinchas, tan solo 7.873 menos que en la final del Mundial femenino en 2015. Y no se puede dejar de mencionar que Atlético Huila, con pocos recursos, quedó campeón de la Copa Libertadores femenina en el segundo semestre de 2018.

¿Se imaginan si se invirtiera más? Téngalo por seguro que los resultados llegarían y en esa línea van los equipos tradicionales del fútbol colombiano como Millonarios, Independiente Medellín, Once Caldas y Deportivo Cali, que decidieron asumir el desafío y participar con sus equipos femeninos en la tercera Liga femenina que se realizará en Colombia.

  1. Machismo 

Esa idea del machismo, que existe, no hay que negarlo, hay que dejarlo atrás. El paso adelante se tiene que dar con talento, juego y goles; muchos goles. En la Copa América de Chile 2018, una de las premisas que se manejó en los seleccionados participantes fue romper con esa barrera del discurso machista que muchas veces crea ese complejo de inferioridad en el fútbol femenino.

“El pensamiento machista nos complica un montón y es nuestro gran rival a vencer. Sacarse los prejuicios y entender que estamos haciendo un deporte y no haciendo algo de hombres o mujeres”, declaró Estefanía Banini, la 10 del equipo argentino.

Claro que se puede exigir igualdad de condiciones frente al fútbol masculino, se está en libertad de hacerlo. Pero es el momento que esos discursos de equilibrio económico se respalden con resultados y espectáculo. Ese es el camino y es lo que vende. La selección femenina de Estados Unidos demandó a su federación por la diferencia de salario con respecto al equipo masculino, pero eso no se quedó en un alegato judicial. Respondieron con su cuarto título en mundiales.

  1. Regularidad

En este punto se debe tener un trabajo mancomunado entre federaciones, equipos, jugadores, patrocinadores y los canales de televisión. Si los cinco elementos no trabajan de forma alineada no se podrá tener mejor nivel futbolístico, no se podrá cautivar a más patrocinadores y la remuneración salarial no podrá ser superior.

Los torneos tienen que ser mínimo dos por semestre o por qué no hacer el experimento de adaptarse al calendario europeo y que por año solo se dé un campeón. Se gana regularidad, nivel y competitividad frente al fútbol femenino del viejo continente.

  1. Transmisiones por televisión

El Mundial Femenina 2019 registró cifras récord de audiencia. Esto significa que las ligas y clubes de mujeres de todo el mundo buscarán formas de aprovechar esto para cautivar a mayor cantidad de patrocinadores. Casi seis millones de personas fue la audiencia que en Francia vieron el domingo pasado la final entre Estados Unidos y Holanda. El pico de rating fue de 7.6 millones de televidentes.

¡El aficionado futbolero está viendo fútbol femenino! La competición registró en general audiencias elevadas, con un récord absoluto para el fútbol femenino para el partido disputado el 23 de junio entre Francia y Brasil, con 12 millones de televidentes. En comparación, la final del Mundial de fútbol masculino fue seguida por 20,3 millones de telespectadores en julio de 2018. La brecha se acorta a pasos agigantados.

La consulta Brand Finance valora “el potencial total de patrocinio en el fútbol femenino a nivel mundial en más de 1.000 millones de dólares (893 millones de euros)” tras el impacto de la última Copa del Mundo, disputada entre el 7 de junio y el 7 de julio en Francia.

Es el momento que los canales deportivos se la jueguen más por el fútbol femenino. Solo en las cifras de la Fifa se estima que 13,36 millones de niñas y mujeres juegan al fútbol de forma organizada en sus federaciones. Los registros corresponden a una encuesta en la que han participado 198 de las 211 federaciones miembro de la Fifa, que indica que Estados Unidos es el país con más jugadoras registradas -1.600.000-, seguido de Canadá -290.087-, Alemania -197.575- y Suecia -196.907-.

También vale la pena resaltar que actualmente hay 4.343 mujeres que trabajan en la administración del fútbol (28%) y 196 (25%) desempeñan cargos de presidente, secretaria general o responsable de departamento. ¿Sí imaginan si tan solo se transmitiera la mitad de los encuentros que se juegan en cada liga? La ecuación es simple: Talento más visibilidad da como resultado mejores números –en todos los aspectos- para el fútbol femenino.


Tomado del portal del diario EL TIEMPO