Puja por la jefatura de Cambio Radical

Foto: Archivo Particular

El pulso entre la casa Char y Germán Vargas Lleras en el interior de la colectividad está al rojo vivo. Los primeros quieren apoyar al gobierno Duque, mientras los alfiles del exvicepresidente buscan la independencia.

Cuando se leyeron los resultados de las elecciones legislativas de 2018, nadie dudó en afirmar que el partido victorioso había sido Cambio Radical. No porque tuviera la bancada más grande en el Congreso, que es la del Centro Democrático, sino porque duplicó el número de sus curules en el Senado. Además planteó una alianza con el Partido Liberal para actuar en conjunto desde su posición de partidos independientes. Sin embargo, los devenires políticos han expuesto un pulso interno entre los dos polos fuertes de la colectividad: Germán Vargas Lleras y la casa Char.

Un episodio ocurrido el viernes de la semana pasada hizo evidente la fractura en el interior de la colectividad. Y es que mientras el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical, criticaba el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el senador Luis Eduardo Díazgranados le salvó el cuórum al Gobierno y, con ello, el primer debate de la carta de navegación de Duque en sus cuatro años de mandato. En círculos privados se dice que Vargas Lleras montó en cólera y le reclamó al parlamentario costeño. Sin embargo, Díazgranados obedecía directrices de su mentor y jefe político, el empresario barranquillero Fuad Char.

“Quieren sacar a sombrerazos a Germán Vargas Lleras de su partido por cuenta de la aspiración presidencial de Alejandro Char para 2022. Y en realidad el ambiente interno está muy difícil. Hay una clara división, de votofinish. Y en verdad, es legítimo, porque en un partido político también se tienen que producir cambios generacionales y cualquier persona que hace política tiene por vocación llegar al poder”, relató un congresista de la colectividad.

Desde la perspectiva de la casa Char, luego de las elecciones presidenciales quedó claro que Vargas Lleras no está en posición de poner las condiciones y se necesitan nuevas figuras. No obstante, la instrucción desde Barranquilla ha sido mantener la calma y, en lo posible, buscar puntos de encuentro, pues saben que a nadie le conviene una pelea en año electoral. Pero lo que se expresa hoy en trinos que parecen aislados en las redes sociales es un pulso entre dos pesos pesados de la política en el país.

“Nuestra posición es no romper el partido, y creo que en gran parte los roces se deben a malentendidos y problemas de comunicación interna, porque en la reunión que se realizó en Paipa nunca se definió que la decisión de bancada era no apoyar el Plan Nacional de Desarrollo, y ahora resulta que Germán Vargas se eriza con Luis Eduardo (Díazgranados) por haber ido a votar un proyecto que en su última convicción favorece al Caribe”, expresó un legislador del ala Char.

Además del incidente del PND, las diferencias de criterio entre los Char y Vargas Lleras han girado en torno a la relación con el gobierno Duque. La bancada costeña ha querido que el partido se declare oficialista y respalde sus principales proyectos, mientras en la línea del exvicepresidente se estudian con cierta distancia las iniciativas del Ejecutivo y se ha preferido buscar un puente con el Partido Liberal para mantener la independencia.

El primer incidente que produjo la fractura fue el resultado de las elecciones presidenciales, pues en la región Caribe los resultados que obtuvo el partido distaron por miles de votos de los conseguidos por Vargas Lleras y en voz baja se dijo que la casa Char apoyó a Duque en la primera vuelta. El segundo incidente que profundizó las diferencias fue con respecto a la Ley de Financiamiento. Vargas se opuso rotundamente a esta reforma tributaria, a tal punto que ayer radicó la prometida demanda en su contra por vicios de forma. En esa ocasión, entrados en las fiestas decembrinas, fueron parlamentarios de Cambio Radical los que le salvaron el semestre al Gobierno y apoyaron la reforma. Ahora, la tensión que profundiza las brechas corre por cuenta del PND, que Vargas Lleras critica con dureza, y las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).

En blanco y negro, y aclarando que algunos parlamentarios pueden tener matices y apostar en los dos bandos, las cuentas en el Senado están así: de la casa Char son Arturo Char, Luis Eduardo Díazgranados, Dídier Lobo, Carlos Fernando Motoa, Daira Galvis, Ana María Castañeda, Antonio Zabaraín, Édgar Jesús Díaz y Fabián Gerardo Castillo. Mientras en el grupo de Vargas Lleras aparecen Carlos Abraham Jiménez, Claudia Rodríguez, Temístocles Ortega, Rodrigo Lara, Germán Varón, Richard Aguilar y José Luis Pérez.

Una pugna de pesos pesados que tiene fijado un round definitivo. Este jueves, las bancadas de Cambio Radical de Senado y Cámara se reunirán para definir sus posturas alrededor del Plan de Desarrollo y la JEP, pero sobre todo para decidir, con urna de por medio, quién será el candidato, entre César Lorduy o Carlos Cuenca, a la presidencia de la Cámara de Representantes en la próxima legislatura. Al primero lo apoyan los Char y por el segundo votará unida la tendencia Vargas. Pero en estas divisiones suelen surgir tercerías ganadoras. Ya se habla de la candidatura de Betty Zorro, una decisión que, más allá de la importancia del nombre de quien será presidente en la Cámara baja, aclarará el panorama sobre quién tiene las riendas del partido.


Tomado del portal del diario El Espectador