¿Qué pasó con el dinero del Live Aid de 1985?

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Hace 35 años que se celebró el gran festival solidario que reunió a Queen, Led Zeppelin, U2, Eric Clapton y muchas otras estrellas, pero… ¿dónde fue a parar la recaudación?

Por: Nacho Serrano

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Hace exactamente 35 años, el 13 de julio de 1985, se celebraron dos conciertos de forma simultánea en el Estadio Wembley de Londres (Inglaterra) y en el John F. Kennedy Stadium de Filadelfia (Estados Unidos), para recaudar fondos para paliar las terribles hambrunas que sufrían Etiopía y Somalia. Fue organizado por el empresario y cantante Bob Geldof y su amigo Midge Ure, cofundador de la fundación Band Aid Trust, y cantante de Ultravox, que ya habían dado un primer paso formando el banda Band Aid, un grupo de estrellas del Reino Unido que incluyó a Bono, Phil Collins, George Michael y muchos otros en el single de 1984 «Do They Know It’s Christmas?», cuyas ganancias se destinaron a aliviar el hambre de las poblaciones más pobres de Etiopía.

El concierto fue planteado como algo irrepetible, reuniendo a un elenco prácticamente inigualable: Queen, Status Quo, Led Zeppelin, David Gilmour, Keith Richards y Mick Jagger, Bo Diddley, Black Sabbath, Ozzy Osbourne, Neil Young, The Who, INXS, Lionel Richie, Bryan Adams, The Beach Boys o David Bowie subieron a uno de los dos escenarios para oner su granito de arena contra el hambre. Igual que The Pretenders, Paul McCartney, Madonna, Simple Minds, Dire Straits, Elton John, Eric Clapton, Mark Knopfler, B.B King, Crosby, Stills & Nash, Santana, Judas Priest, Duran Duran, Joan Baez, Tina Turner, Bob Dylan… se diría que aquel día no faltó ni una sola deidad del pop y el rock. Ese mismo año, muchos de ellos habían grabado «We Are the World», la famosa canción coral que también pretendía recaudar fondos con el mismo objetivo.

En el concierto pasaron cosas increíbles. como el duelo vocal de Freddie Mercury con el público, el momento en que Bono bajó a la pista para ayudar a una mujer del público a subir al escenario para bailar con ella, o el esperadísimo concierto de reunión de Led Zeppelin, que resultó un desastre al no dar la talla Phil Collins como sustituto de John Bonham a la batería, y al terrible estado de ebriedad del guitarrista Jimmy Page.

https://youtu.be/ngf1KF2_kPI

Los dos eventos fueron transmitidos a más de 100 países de todo el mundo y más de 1.500 millones de personas lo vieron. El objetivo era originalmente recaudar 1 millón de libras, y al final la cantidad que realmente se alcanzó fue de 150 millones de libras. Pero hubo algo que no se vio, y que fue muy, muy feo. Lo que finalmente pasó con todo ese dinero, o con casi todo, fue que se gastó nada menos que en armas. Las mismas armas que poco después acabarían matando a miles de los supuestos beneficiarios de la acción benéfica.

La revista Spin aseguró que parte de lo donado fue a parar al etíope Mangistu Haile Mariam, que era el presidente del Consejo Militar Provisional. Apoyado por Cuba y la URSS, se gastó lo que le entregaron en comprar armas a los rusos para aplastar a quienes buscaban independizarse en Eritrea. Spin descubrió también que varias ONGs habían advertido a Geldof de que Mengistu ejecutaba terribles matanzas con inocentes. Pero el escándalo sería aún mayor cuando la cadena británica BBC desveló en un programa de radio que gran parte de los ingresos de aquellos macroconciertos organizados por Geldof se dirigieron a los fondos de la guerrilla etíope, debido a la nefasta gestión que se hizo con el dinero en cuanto acabó el show.

Sendos mandos del Frente de Liberación Popular de Tigrayan (conocido como Woyane), una organización maoísta y secesionista que estaba en guerra con el gobierno de Etiopía, admitieron a la BBC lo ocurrido. Aregawi Berhe, jefe militar del Woyane en esos años, confesó que no les costó demasiado robar todo el dinero. Según su testimonio, los guerrilleros se disfrazaron de mercaderes árabes y vendieron sacos llenos de arena a las ONGs occidentales a las que se entregó el dinero, que creían estar comprando granos. Médicos Sin Fronteras pidió al mismo Geldof que no entregara la recaudación hasta que existieran las infraestructuras que garantizaran un reparto seguro y equitativo, pero al parecer él no quiso esperar.

Veinte años después, Geldof intentó hacerlo mejor convocando los conciertos Live 8, con los que consiguió que los países industrializados se comprometieran a incrementar la ayuda a África en 25.000 millones de dólares. «Ese fue el final de esa era política de cooperación y consenso y compromiso», dice el empresario en una entrevista reciente sobre sus acciones solidarias. «¿Sucedería eso hoy? No», asegura Geldof. «Sólo tienes que ver a los payasos que gobiernan el planeta para entender que eso no podrá pasar de nuevo». Para él también tuvo un coste, artístico y personal. «Odiaba ser famoso por eso. Se volvió imposible. No me permitieron volver a mi trabajo. Soy un cantante pop, así es literalmente como hago dinero. Y no podía. Nadie estaba interesado ya. El Santo Bob, como me llamaban, no podía seguir haciendo eso porque era algo insignificante y carente de significado», dice Geldof. «Por un tiempo estuve desorientado. No tenía mucho dinero en ese entonces. Afectó por completo mi vida privada. Probablemente terminó costándome mi matrimonio».


Tomado de portal abc.es