“Rechazamos la estigmatización de la que ha sido objeto la minga”: departamentos de Antropología del país

Foto: Tatiana Ramírez

A través de un comunicado público, y de la mano de la Asociación Colombiana de Antropología y la Escuela de Género de la Universidad Nacional, los docentes de los departamentos de Antropología del país manifestaron su apoyo a la minga indígena y campesina, que ya cumple más de veinticinco días de protesta.

La minga indígena y campesina en el suroccidente del país cumplió más de veinticinco días de protesta. Ante la férrea negativa del presidente Iván Duque de dialogar con los indígenas en el territorio y después de que la ministra del Interior, Nancy Patricia Pedraza, se retirara de la mesa de diálogo, la indignación popular se ha exacerbado. Según Giovanny Yule, coordinador político del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), este fin de semana la minga pasará de 20.000 a 25.000 manifestantes en más de seis departamentos, con particular intensidad en Cauca, Nariño, Caldas, Huila, Antioquia y Valle del Cauca.

La presión que ha generado el bloqueo de la vía Panamericana ha hecho que el gobierno anunciara este lunes la instalación de una nueva mesa de negociación en Mondomo, Cauca. No obstante, a pesar de que las conversaciones se adelantan, los indígenas aseguran que no hay avances e insisten en exigir la presencia de Duque para un diálogo directo sobre las razones que detonaron esta protesta: el incumplimiento de acuerdos pactados con gobiernos anteriores, la defensa y el reconocimiento de los derechos ancestrales al territorio, las inefectivas medidas de protección de líderes sociales y territoriales y los presupuestos del capítulo indígena del Plan Nacional de Desarrollo, entre otras.

Esta semana, un sector de la academia decidió pronunciarse para manifestar su apoyo a la minga y sus preocupaciones frente a las maneras como se ha dado la discusión pública en torno la protesta. Impulsados por Alhena Caicedo, presidenta de la Asociación Colombiana de Antropología (ACANT), los departamentos de Antropología del país suscribieron un comunicado del departamento de Antropología de la Universidad de los Andes a través del cual expresan su rechazo a “la estigmatización de la que ha sido objeto la minga, así como el uso de formas violentas de represión”. Para Caicedo, “las formas como ha circulado el debate en redes sociales y las claves con que se comunica la noticia en medios, que han implican un fuerte racismo y que vuelve a poner a los indígenas en las narrativas de ‘los salvajes’, ‘lo que obstruye al desarrollo’, no han tenido un efecto contundente de rechazo”.

Por eso, de la mano del departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes y la Escuela de Género de la Universidad Nacional, la ACANT redactó una carta abierta para “aportar una voz crítica” con las razones sociales e históricas que, en palabras de la filósofa de la Universidad de los Andes Laura Quintana, han vuelto “la defensa del territorio como un espacio de vida que también interseca preocupaciones culturales y no solo una instancia de intervención territorial”.

ARCADIA reproduce el contenido completo del pronunciamiento, publicado originalmente por el departamento de Antropología de la Universidad de los Andes.

PRONUNCIAMIENTO ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA

La minga indígena y campesina del suroccidente por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz, que inició el pasado 10 de marzo en los departamentos del Cauca y el Huila impulsada por el CRIC, se ha convertido hoy en la minga nacional por la vida, incluyendo —de manera amplia y plural— a sectores y colectivos populares, afrodescendientes y campesinos, estudiantes y ambientalistas en distintos departamentos de nuestro país. La minga ha puesto en el centro del debate político nacional el problema de los reiterados incumplimientos a los acuerdos pactados por los pueblos indígenas con el Estado colombiano. Estos incumplimientos están relacionados con la prioridad que se le ha dado a un modelo de desarrollo centrado en grandes emprendimientos extractivos y agroindustriales que deja de lado a las comunidades locales y aumenta la brecha de la desigualdad social, especialmente en el campo. A casi 30 años de la consagración de la Constitución de 1991, que reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, los pueblos indígenas, afro y campesinos han tenido impactos especialmente críticos derivados de la guerra interna que se libró en décadas recientes en Colombia, el asesinato de sus líderes sociales, espirituales y políticos, los desplazamientos forzados de población, así como la violación de sus derechos humanos, territoriales y culturales y de su autonomía.

Como colectivo de profesionales y educadores de disciplinas y quehaceres profesionales para los que las historias, memorias y luchas de estos pueblos y colectivos tienen un papel fundamental en la comprensión de las complejas realidades de nuestro país, rechazamos la estigmatización de la que ha sido objeto la minga, así como el uso de formas violentas de represión. También rechazamos las expresiones de estereotipia y racismo que evidencian ignorancia y desinformación frente a una historia de reivindicaciones culturales, políticas y territoriales, cuyos logros son resultado de ingentes esfuerzos colectivos y altos costos humanos.

La minga es una práctica histórica de trabajo colectivo y organizados y de protesta que por más de medio siglo han puesto en marcha los pueblos indígenas del suroccidente colombiano. Hoy se ha convertido en una práctica icónica de resistencia, movilización y exigencia para el cumplimiento de derechos, compromisos y acuerdos de paz, que se vean reflejados de manera efectiva en políticas y programas, en la aplicación de acuerdos sobre derechos territoriales, formas de desarrollo económico y posibilidades de permanencia cultural y vital. La minga, además, expresa una protesta clara respecto al asesinato sistemático de líderes entre 2016 y 2019, 50% de los cuales perteneces a pueblos indígenas y afrodescendientes.

La tolerancia y el respeto mutuo son la base para la convivencia pacífica y la democracia. Como profesionales y educadores para quienes la paz es un norte esencial en el camino hacia la reconstrucción económica, social y cultural de nuestra sociedad, al igual que lo es la valoración de nuestra diversidad cultural, el respeto a la diferencia y las garantías para el pleno goce de los derechos humanos otorgados por la Constitución, esperamos que prevalezca el diálogo y la mediación respecto a los reclamos de estos conciudadanos. Refrendamos el valor político, cultural y humanos de sus modos de existencia.

Bogotá, 3 de abril de 2019

Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes

Departamentos de Antropología del país

Asociación Colombiana de Antropología

Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes

Escuela de Género de la Universidad Nacional


Tomado del portal de la revista Arcadia