Tenemos nueva Beata Colombiana

Este 29 de octubre en la Catedral Metropolitana de Medellín, el cardenal Marcelo Semeraro, enviado desde Roma por el papa Francisco incluyó a María Berenice dentro de los beatos de la Iglesia Católica.

En una solemne Eucaristía que contó con la presencia de miles de fieles se llevó a cabo el rito, en el que fue descubierto el óleo oficial,  una imagen de la religiosa, sosteniendo un crucifijo contra el pecho y sonriendo. Un momento emotivo en el que el público prorrumpió en un aplauso.

La madre Berenice nació en Salamina, Caldas, eje cafetero de Colombia, el 14 de agosto de 1898, con el nombre de Ana Julia.

Fue la mayor de 18 hermanos. Sus padres, Antonio José Duque Botero y Ana Berenice Hencker Richter, quienes eran muy creyentes. De hecho, no fue la única religiosa en su familia, su hermano Antonio Elías se ordenó sacerdote y sus hermanas Concepción María, Tulia y Lucila ingresaron a comunidades religiosas.

En 1917 ingresó a la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Presentación y adoptó el nombre religioso de María Berenice. Se dedicó a buscar mejores condiciones de vida y a evangelizar a los más pobres y necesitados de Medellín, en especial, de jóvenes discriminadas.

En 1943 funda las Hermanitas de la Anunciación, una comunidad dirigida a jóvenes que no eran admitidas en comunidades religiosas bien sea por falta de estudios, posición social incluso color de piel.

Contó con el aval de Joaquín García Benítez, arzobispo de Medellín de entonces, y, por supuesto, con el apoyo de la superiora de las Hermanas de la Presentación. Finalmente logra la aprobación de la Santa Sede.

Por supuesto, como fundadora de esta congregación tuvo que a la postre dedicarse de lleno y renuncia a las Hermanas de la presentación para entregar su vida a la obra, como bien escribió en su testamento: “Quiero ser hostia, ser víctima, gastar la vida como los cirios en el altar y consumirme, gota a gota, en el amor”.

Obra en la Arquidiócesis de Ibagué

La congregación tiene en la ciudad el “Hogar Sagrado Corazón de Jesús” en el que acogen mujeres embarazadas vulnerables. Ubicado en el Barrio Gaitán ha sido casa de jóvenes que encuentran un refugio para continuar sus embarazos y acoger la vida.

Damos gracias a Dios por la obra de la Madre Berenice y encomendamos a su intercesión pidiendo al Buen Dios que pronto sea canonizada.