Venezuela se toma la agenda de Iván Duque en visita a EE. UU.

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La crisis humanitaria, entre los temas centrales en su visita oficial. Se reunirá con Trump.

Por: Sergio Gómez Meseri

El Tiempo

De una agenda narcotizada a una ‘venezolanizada’. Es la perspectiva que este miércoles enfrenta Colombia en sus relaciones bilaterales con Washington y que probablemente quedará expuesta durante el viaje a la capital estadounidense que inicia el presidente Iván Duque.

Aunque no hay duda de que el propósito es mucho más amplio, y pasa por el fortalecimiento de la relación estratégica, la crisis venezolana será con seguridad el eje de su encuentro con el presidente Donald Trump y de sus reuniones en este país. La cita entre los dos mandatarios será este miércoles a mediodía, cuando compartirán un almuerzo privado.

En una rueda de prensa, el embajador Francisco Santos fue muy frentero al admitir que el tema de Venezuela probablemente dominará el ciclo noticioso durante los cuatro días que Duque estará de gira.

“Venezuela, entre todo, será central porque es un problema en el que hemos sido líderes y nos afecta de manera directa”, dijo Santos.

De acuerdo analistas consultados por este diario se trata, como dice el embajador, de una nueva realidad que tiene ventajas y desventajas.

Cynthia Aronson, directora del programa para América Latina en el Woodrow Wilson Center (donde Duque tiene un evento este jueves), cree que si bien Venezuela le hará sombra a la agenda más global que pretende Duque, puede ser una coyuntura ventajosa pues eleva el perfil del presidente dado el liderazgo que ha mostrado en la actual estrategia para aislar a Nicolás Maduro.

En ese mismo contexto, Duque cuenta con margen de maniobra para pedir un incremento en la ayuda que EE. UU. le está suministrando para atender la crisis de los refugiados venezolanos y para el combate contra las drogas.

De paso, y aunque la presión de la administración Trump para que su gobierno produzca mejores resultados en la erradicación de cultivos ilícitos no desaparecerá, el énfasis en Venezuela y la necesidad que tiene EE. UU. de contar con el liderazgo de Duque en ese frente sí reduce las expectativas. Al menos temporalmente.

Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, coincide con los argumentos de Aronson, pero resalta que el momento del viaje no es el mejor.

“La agenda entre Colombia y EE. UU., que es muy amplia, queda reducida a un solo tema: Venezuela. Eso puede ser positivo en el momento, pero deja por fuera muchos otros temas que son esenciales para Colombia y para los que no habrá tiempo”, sostiene el analista.

Shifter añade, además, que Trump probablemente estará “distraído” pues esta misma semana debe decidir si vuelve a cerrar el gobierno federal si fracasan las negociaciones entre republicanos y demócratas en torno al muro que quiere construir este mandatario en la frontera con México.

Roger Noriega, exsubsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental y muy cercano a la actual administración republicana, cree que Venezuela, efectivamente, se “tragará” la agenda de Duque y que el presidente debe llegar preparado para contestar las preguntas de Trump sobre la evolución de la crisis.

Si bien el subsecretario confirma que en Washington no hay apetito para intervenciones militares, Trump podría presionar a Colombia para que lidere otras alternativas, como el establecimiento de un corredor humanitario para distribuir la ayuda en Venezuela.

Algo que implicaría el uso preventivo de la fuerza para proteger los cargamentos y la penetración en otro país.

Aronson cree, en este sentido, que Duque tendrá que maniobrar con mucho cuidado pues acompañar a Trump en soluciones más agresivas podría hacerle perder el respaldo con el que hoy cuenta.

“Para Duque las apuestas son altas y enfrenta un acto de equilibrio entre ser el líder de una alianza regional y pegarse demasiado a Trump”, afirma esta experta.

Así mismo, y en la medida que la administración siga insistiendo en que “todas las opciones están sobre la mesa”, Duque se expone a perder el favor de los demócratas, que rechazan la idea de una intervención militar. Este es un apoyo clave pues ahora controlan la poderosa Cámara de Representantes.

“Todos entienden que es una ventaja tener al gobierno de EE. UU. como un aliado. Pero Trump y esta administración han mostrados ser erráticos y Duque debe estar listo parta tomar distancia cuando sea necesario”, aseguró Shifter.

La ‘venezolanización’ de la agenda con EE. UU., en el corto y medio plazo, no solo es un hecho indiscutible sino que viene también cargada con sus riesgos y vicisitudes.

​Sergio Gómez Maseri

Corresponsal EL TIEMPO

Washington


Tomado del diario EL Tiempo