15 novelas negras para empezar 2020 y disfrutar de BCNegra

El inicio de año es un buen momento para el género. De entre todas las novedades, recopilamos clásicos, grandes autores y alguna sorpresa

Por: Juan Carlos Galindo

EL PAÍS (ES)

El inicio del año es una época un tanto curiosa para el mundo editorial. Con las grandes novedades a la espera de tiempos mejores tras el derroche navideño, el género negro se erige como el gran protagonista. Ayudado por la presencia de BCNegra como escenario de agitación y encuentro (este año del 30 de enero al 9 de febrero) las editoriales publican títulos notables de autores destacados, muchos de ellos presentes en Barcelona desde este jueves. Por eso hemos elegido entre el mar de novedades y hemos rescatado algunos libros publicados el año pasado con un doble objetivo: proponer lecturas diversas e interesantes y, para aquellos que puedan, ofrecer una guía de lectura, no exhaustiva, para BCNegra. Pasen y lean.

Bajo las llamas, Hervé Le Corre (Reservoir Books, traducción de Teresa Clavel). Desde la primera línea se nota el latido de Los miserables en esta novela inmensa que, con una sabia mezcla de géneros, retrata la lucha final de la Comuna de París e inserta en ella un crimen que ha de investigar un policía amateur, antiguo encuadernador, elegido para el cargo por el pueblo. Llena de personajes memorables (un cochero misterioso que busca la redención, un psicópata oportunista, una maravillosa luchadora por la libertad recién descubierta) Bajo las llamas es una de las muestras de por qué Le Corre es un clásico vivo del género en Francia. Aquí se sabe desde el principio a quién se persigue y por qué pero no importa. Los diálogos de los revolucionarios con el mundo derrumbándose a sus pies son antológicos. El empeño de ese policía circunstancial por llegar a la verdad conmueve. El conjunto es uno de los libros del año.

Cometierra, Dolores Reyes (Sigilo). Elegido libro de la semana por Babelia en septiembre de 2019, Cometierra es una historia desde el margen, una novela negra cuya resolución está en manos de una joven vidente, que, en efecto, come tierra para poder buscar a los desaparecidos, resolver crímenes, acercarse a la verdad. Un presupuesto fantástico que adquiere toda la verosimilitud que necesita gracias a la voz con la que Reyes dota a la protagonista en un relato construido por la fuerza del lenguaje de una autora que debutó en la novela con esta historia lírica y sobrecogedora, una aproximación radical a la violencia machista. Cometierra vive con su hermano “el Walter”, sabe que su padre mató a su madre, que su profe Ana, desaparecida, está muerta. Busca convertir el don en algo más que una condena. Busca un nombre, un sentido a la vida.

Si tienen más curiosidad, pueden leer esta entrevista con la autora

Mandíbula, Mónica Ojeda (Candaya). Dice la autora ecuatoriana que en las buenas creepypastas no importa el qué sino el cómo. Pero lo cierto es que ella ha construido una novela en la que estos dos elementos se elevan gracias a un lenguaje poderoso para construir un universo obsesivo y perturbador en el que el lector se siente atrapado. Una chica de un colegio pijo es secuestrada por su profesora, a la que ella y sus amigas han estado acosando durante meses. Esto es lo que sabe el lector en las primeras páginas de esta novela tan especial. Lo que no se imagina, lo que no se puede imaginar, es todo lo que viene después. Olvídense de sorpresas tipo thriller o de giros espectaculares, aquí el motor de la obsesión, de las obsesiones, del miedo, de lo no dicho, de eso que hicimos y no queremos contar, es lo que mueve todo. El libro es de 2018, cierto, pero no dejen de buscar a esta autora si están por BCNegra.

Aquí les dejo la crítica de Carlos Pardo en Babelia.

Sombras de Reikiavik, Anthony Adeane (RBA, traducción de Pablo Álvarez). En 1974 dos personas desparecieron en pocos meses en Islandia. Allí las desapariciones en las zonas rurales son más habituales por el clima y la noche que se instala durante meses. Los crímenes, en cambio, son algo inusual y este doble suceso revolucionó la sociedad islandesa. Adeane, periodista de la BBC y buen conocedor del país, se adentra obsesivamente en un caso en el que se ve cómo la policía no sabe investigar porque no tiene práctica, donde se revelan algunas de las miserias ocultas de una sociedad avanzada y muy particular. El conjunto es un notable true crime. El libro es de 2019, pero todavía se puede encontrar sin problema.

Si quieren leer más sobre este género tan en auge, aquí les dejo el reportaje que hice en su día

Polvo y sombra, Antonio Manzini (Black Salamandra, traducción de Irene Oliva). Vuelve Rocco Schiavone, tan genial como siempre, con su sarcasmo, su melancolía, su marihuana para salir del tedio diario, su escala de “Tocada de cojones” para medir lo que le molesta, sus Clarks (va por el décimosexto par en 10 meses en Aosta, lejos de su Roma querida, caído en desgracia). La trama empieza con el asesinato de un transexual pero se despliega casi sin querer, sin que el lector se dé cuenta, hasta llegar a las altas esferas, a la corrupción eterna del poder. Los agentes mentecatos y provincianos que forman el equipo del subjefe (no comisario) Schiavone, el amor imposible por Caterina o su vecino Gabriele, un adolescente desastroso para el que Rocco es una figura paterna, forman un conjunto entrañable. El humor, tan necesario, y la oda a la amistad verdadera se compaginan sin problemas con historias violentas en las que nuestro héroe suele llevar las de perder. Fan de las series de detectives como soy, puedo decir que es complicado alcanzar en la sexta entrega el mejor nivel. Manzini lo ha conseguido.

Aquí les dejo mi homenaje a un personaje genial.

En BCNegra, el autor italiano iba a estar con Alicia Giménez Bartlett, que finalmente no puede asistir. No tiene ninguna novela nueva, pero creó a Petra Delicado, una agente de la Policía Nacional en Barcelona cuando todavía existía la peseta, un personaje que sigue tan vivo y contemporáneo como si hubiera sido escrito ayer. Por si les entra la curiosidad

El último beso, James Crumley (Salamandra Black, traducción de Enrique de Hériz). Crumley no va a estar en Barcelona, murió en 2008, pero el comisario Carlos Zanón ha preparado un homenaje que coincide con la reedición en español del mejor libro de un autor único y original. El protagonista es C.W. Sughrue, veterano del Vietnam, investigador privado, alcohólico, visceral y honesto, con cierta tendencia a encariñarse y enamorarse de la gente a la que persigue acompañado de un bulldog alcoholizado. La excusa, la búsqueda de un escritor con tendencia a las escapadas, argumento que da pie a una road movie y a un despliegue de ironía, sabiduría y estilo pocas veces vistos en el género. Y encima está traducido por el añorado Enrique de Hériz.

La deshonra de Sarah Ikker, Yasmina Khadra (Alianza, traducción de Wenceslao- Carlos Lozano). Si quieren estar cómodos leyendo una novela de género se han equivocado de ventanilla. Khadra vuelve a presentarnos un relato con elementos clásicos para desmontar las miserias de una sociedad, en este caso la de Tánger, clasista, machista y corrupta. Hay en esta novela en la que seguimos los pasos del teniente Idriss Ikker tras la pista del violador de su mujer una serie de personajes, sobre todo los dos principales, que huyen de todo tópico, que incomodan o indignan al lector, algo en lo que el exmilitar argelino es un experto (lean si no, por ejemplo, Khalil, también en Alianza). En Francia algunos críticos resaltaron la historia de amor que, aseguraban, encierra esta novela. A mí me pone los pelos de punta y no sé si es amor o algo mucho más oscuro.

Cruz, Nicolás Ferraro, (Delito). Ahora que esta novela negra está editada en España (ay, el mercado editorial en español, qué bonito laberinto) es un buen momento para recomendarla. Amante del género como pocos, lector excelso y gran conversador, Ferraro sabe lo que se hace y desde el primer momento ofrece un libro con estos ingredientes: violencia, lealtades cruzadas, conflictos interiores y buenas dosis de acción. Tomás es un Cruz. Los Cruz, en su mayor parte, son unos cabrones violentos y metidos en las drogas a un lado y otro del negocio. Pero Tomás no es así.  Ahora, cuando su hermano se mete en un lío y molesta a quien no debe en el triángulo fatídico que forma la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, Tomás se lo replantea todo. El libro, finalista del Dashiell Hammett en 2017, tiene acción, mucha; violencia, no poca, y literatura. Si tienen ganas de emociones fuertes, ábranlo.

1793, Nicklas Natt och Dag (Salamandra, traducción de Patricia Antón de Vez). Este señor de apellido tan sonoro es un aristócrata de una de las familias más importantes de Suecia y, también, el responsable de este híbrido entre novela negra e histórica que, como ocurre con Le Corre, sabe tomar lo mejor de ambos. Como contaba Carles Geli en su reportaje desde Estocolmo, se trata de la primera parte de una trilogía que será traducida en una treintena de países y de la que se han vendido más de 300.000 ejemplares sólo en Suecia. Una barbaridad. El protagonista es el abogado Cecil Winge, un tipo cartesiano, un espíritu adelantado a su tiempo. La trama recurre al clásico cuerpo mutilado encontrado en el río sin elementos para identificarlo que obliga a Winge (un hombre al borde de la muerte, uno de los mejores personajes con los que me he topado últimamente) y a su ayudante (un exmilitar manco que nada tiene que ver con Winge) a buscar la identidad del asesino y del asesinado. Un juego detectivesco del que el autor se sirve para mostrarnos el Estocolmo de la época, sus tensiones y sus sueños revolucionarios.

Enero sangriento, Alan Parks (Tusquets, traducción de Juan Trejo). Aquí le dejo el testigo a LAURA FERNÁNDEZ:  “Harry McCoy es un tipo duro, o, al menos, eso es lo que parece. Creció en un orfanato, y, aunque su trabajo como detective debería impedírselo, anda siempre jugueteando con lo que no debería hacerse. Pero ¿qué ocurre cuando un tipo duro debe enfrentarse al más abominable de los casos imaginables? ¿Al clásico caso que marca un antes y un después no solo en la vida de un detective sino en la historia de una ciudad? Que nada de lo que haga le parecerá suficiente hasta que el culpable esté entre rejas. Pero ¿qué es lo que ha ocurrido? Han encontrado seis cadáveres en una semana. ¿El lugar? Glasgow. ¿El momento? 1973, el año en el que la heroína empieza a planear sobre la ciudad y a descartar a los más débiles. McCoy tira del hilo del par de primeros cuerpos – el de una chica a la que un casi adolescente ha disparado en una calle del centro un momento antes de suicidarse – y acaba ante el timbre de la casa de la familia más rica de Glasgow: los Dunlop. Para los Dunlop, nada es imposible. Exprimen, con su dinero, a los de abajo, porque los de abajo les traen sin cuidado. He aquí el inicio de una nueva serie, el nacimiento de un nuevo viejo detective instintivo, canalla, cabezota y escocés”.

Siete tumbas, un invierno, Christoffer Petersen (RBA, traducción de Cristina Martín). Antes de que llegue el frío, los sepultureros de una zona apartada de Groelandia cavan siete tumbas para los muertos futuros. Sin embargo, en este caso no saben si van a ser suficientes. La llegada a la zona de Matse, un policía prejubilado y con problemas de salud tras haber sufrido las torturas de un criminal en su último caso, coincide con la desaparición de una joven, hija de la primera ministra de la isla más grande del mundo. El contexto sirve al autor, que vivió siete años allí, para repasar las tensiones étnicas y lingüísticas que se viven, la complicada relación con Dinamarca y cómo lo utilizan políticos de uno y otro signo. Esto es lo más interesante de una novela que, en el aspecto puramente criminal, es más corriente.

Oro negro, Dominique Manotti (Off Versátil, traducción de Albertina Rodríguez). Théo Danquin es un investigador brillante y precoz, un poco Dupin, que deja el Líbano en 1973 para convertirse en comisario en Marsella, ciudad apasionante y escenario criminal perfecto. También es homosexual, algo que nunca ha sido fácil pero menos en aquellos tiempos y en la policía. Tengo la impresión de que nadie va a retratarla nunca como Jean Claude Izzo en su trilogía de Fabio Montale, pero Manotti sabe lo que se hace. Con estas claves, una de las grandes autoras del género en Francia despliega todo su oficio, pone en evidencia las tramas que hay detrás de todo poder establecido y utiliza el poder de denuncia en el mejor sentido. Si no han leído nada de ella, este es un principio tan bueno como cualquier otro. Como dice el comisario Zanón, que está un poco por todas partes, en el propio libro: “Si te gusta la novela negra y no has leído a Manotti estás de enhorabuena: leyéndola te va a gustar mucho más).

El último Hammett, Juan Sasturain (Navona). Diría que este libro que a Sasturain le llevó varias décadas de idas y venidas es una carta de amor al autor de El halcón maltés, al género negro y a la literatura. Con ella ganó el último premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón (ex aequo con Carlos Bassas). O, como dice Carlos Zanón en el prólogo de la edición española de la obra: “Sasturain ha escrito un soberbio libro con luz crepuscular y destellos luminosos de luz de estrellas ya apagadas, en ese punto de vista de final de trayecto vital y literario de uno de los padres de lo que acabó siendo el género negro”.

Érase un río y Vertedero Americano, Bonnie Jo Campbell (Dirtyworks, traducción de Tomás Cobos). Aquí incluimos a pares, aunque en español una sea de 2018 y la otra de 2019, con reciente reedición, los dos libros traducidos de esta autora radical en su lenguaje, constructora de grandes personajes (Margo, la joven de Érase una vez… es un ejemplo de cómo se crea una protagonista que es y se siente libre, con todo lo que eso tiene de bueno y de malo para ella). Amante de un EE UU profundo en el que, además, vive, es, sin duda, una de las grandes citas de BCNegra.

Coda. Juan Madrid. El premio Pepe Carvalho suele acertar en sus decisiones y este año ha vuelto a hacerlo. Reconocer a Juan Madrid es reconocer a uno de los padres de la novela negra contemporánea en España, un autor que hunde las raíces de su obra en una visión crítica y contestataria de una realidad que no le gusta. Creador de Toni Romano, cuyas novelas está reeditando Alianza en su colección 20/13, auténtico cronista de la transición y el desencanto, el autor de Días contados demostró que sigue en forma, después de unos serios problemas de salud, con la publicación de Perros que duermen (Alianza).

Para quienes no lo hayan leído o lo quieran releer, aquí va un análisis de lo mejor del autor.


Tomado del diario EL PAÍS (ES)