Cardenal colombiano advierte sobre el peligro del clericalismo

Foto: CEC

La eucaristía presidida por el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, marcó el inicio del tercer día de sesión de los obispos reunidos en Asamblea Plenaria.

Iluminado por las lecturas del día, el prelado advirtió cómo las personas siguen sacando a Dios de sus vidas a consecuencia de la incredulidad, hecho que hace unos años no era normal. “En Colombia, era inimaginable el indiferentismo, el ateísmo, el rechazo claro y patente de Dios, en cambio hoy en día se hace normal, especialmente entre los jóvenes”.

Al respecto señaló que la Iglesia debe tomar conciencia de lo que está pasando y hacerse un examen de conciencia profundo, planteando nuevos retos y desafíos en la tarea evangelizadora.

Refiriéndose a David en la lectura del libro de Samuel, en la que queda expuesto que su problema fue la soberbia, pues después de todas las victorias sobre sus enemigos, después que Dios le había dado la paz, él cree que todo lo ha logrado por su fuerza, sus capacidades y poder, el cardenal advirtió que esta realidad también toca a la Iglesia actual con el nombre de clericalismo, del cual el Papa Francisco ha pedido comprender y atender.

“El clericalismo no es simplemente problema de que los sacerdotes tengan una gran responsabilidad al interior de la Iglesia, ¡no!, es una mentalidad de poder, que contamina un poquito toda la vida de la Iglesia –continúa- esta realidad ha contribuido en gran parte a crear ese rechazo por la Iglesia”.

Ante esta realidad, invitó a hacer un examen de conciencia, donde se dé una conversión profunda y sincera, que parte del reconocimiento de ser pecadores. “Tenemos que convertirnos de corazón y el primer paso para la conversión es indudablemente aceptar que hemos pecado (…) Esto nos ayudará a descubrir el amor y la misericordia de Dios, a ponernos totalmente en las manos del Señor, a cambiar nuestra actitud. Hoy en día ese cambio de actitud se traduce fundamentalmente en asumir el servicio a los demás”.


Tomado del portal de la Conferencia Episcopal de Colombia