Donaciones al Papa, disminuyeron en 2021

Foto: Basílica de San Pedro en el Vaticano. Daniel Ibáñez / ACI Prensa

La colecta del Óbolo de San Pedro se realiza cada año, con el ánimo que todos los católicos del mundo contribuyan a las obras lideradas por el Papa. El Vaticano informó que hubo un descenso considerable en lo recaudado el año pasado.

El prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede, P. Juan Antonio Guerrero Alves SJ, indicó este 28 de enero que si bien siguen llegando de algunos países donaciones para la colecta del Óbolo de San Pedro existe un marcado descenso en comparación con 2020.

“Para responder más exactamente a su pregunta debemos esperar a cuando presente las cuentas del Óbolo, que aún no están cerradas, cerraremos a final de febrero, aún nos están llegando los donativos de la colecta de 2021 de algunos países a través de las nunciaturas”, indicó el sacerdote jesuita en una entrevista concedida a Vatican News.

En esta línea, P. Guerrero Alves describió que “en 2021 se ha vuelto a experimentar un descenso respecto al año anterior que me atrevo a cuantificar en no menor del 15%”.

“Si en 2020 la colecta total del Óbolo fue de 44M€ [49 millones de dólares aproximadamente], en 2021 no creo que supere los 37M€ [41 millones de dólares aproximadamente]. La disminución de 2021 se suma a la que hubo entre 2015 y 2019, del 23%, y del 18% de 2020, primer año de pandemia”, dijo.

El Óbolo de San Pedro, explica el sitio web del Vaticano, es “una ayuda económica” que los fieles ofrecen al Santo Padre “como una expresión de apoyo” para las necesidades de la Iglesia en el mundo y las obras de caridad que esta realiza.

La Santa Sede señala que el origen de esta práctica data de fines del siglo VIII luego de la conversión de los anglosajones, quienes “se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron de manera estable una contribución anual al Santo Padre”.

La colecta se llamó “Denarius Sancti Petri” (Limosna a San Pedro) y se difundió en el resto de países europeos. El 5 de agosto de 1871 el Papa Pío IX la regularizó a través de la encíclica “Saepe Venerabilis”.

Con el dinero recaudado se han llevado a cabo proyectos en distintos lugares del mundo como Albania, Ecuador, México, Mozambique, República Centroafricana, Nepal, India, Indonesia, Bangladesh, entre otros.

Par conocer más los proyectos de ayuda que se realizan a través del Óbolo de San Pedro haga click AQUÍ.

Asimismo, el prefecto de la Secretaría para la Economía reconoció que necesitan “buscar modos de atraer más donaciones” y añadió que “el primer requisito es la transparencia y el dar cuenta con limpieza, en lo que creo que hemos dado muchos pasos”.

En esta línea, P. Guerrero describió que “aparte de dar cuenta cada año por este medio del presupuesto y del balance, este año esperamos dar cuenta de las entradas y salidas del Óbolo y enviar a las Conferencias Episcopales para su conocimiento las cuentas de la Santa Sede”.

“Tenemos que hacer más conscientes a las iglesias locales de las necesidades de la Santa Sede, la curia está al servicio de ellas y debe estar en gran medida mantenida por ellas. Hay una gran diferencia en el compromiso de las diversas Iglesias en el sostenimiento de la curia Romana. Y también atraer la ayuda de los fieles, que quieran apoyar al Papa en su misión de unidad en la caridad, que es al fin y al cabo lo que hace la curia Romana”, señaló.

Luego, el religioso español se refirió a la controversial compra del edificio en Sloane Avenue de Londres, que es el núcleo del reciente escándalo financiero por el que se está llevando a cabo un juicio vaticano.

“Ha sido una operación realizada con toda trasparencia y según las nuevas reglas de contratos vaticanos. Se contrató un bróker en Londres y una firma de abogados, ambos en un concurso restringido, además de una persona de confianza en Londres para acompañar el proceso y representar nuestros intereses, y el proceso ha sido acompañado por un equipo de la Santa Sede con alguna ayuda profesional externa desde Roma”, afirmó.

Después, el P. Guerrero dijo que “se recibieron 16 ofertas, se seleccionaron cuatro, después de una segunda ronda de ofertas se seleccionó la mejor. Ya está firmado el contrato de venta, hemos recibido el 10% de las arras y se concluirá en junio de 2022”.

De este modo, el sacerdote afirmó que “la pérdida por la presunta estafa, de la que tanto se ha hablado y sobre la que ahora juzgan los tribunales vaticanos, ya estaba considerada en balance. El edificio ha sido vendido por encima de la valoración que teníamos en balance y de la valoración que hicieron las instituciones especializadas… Hemos aprendido mucho unos de otros y hemos encontrado un método de trabajo de equipo que no era muy practicado en la Santa Sede y que ayuda”.


Fuente: Aciprensa