El misterio pascual nos recuerda que cada momento de la historia humana es momento de salvación

Foto: CEC

Así lo señaló el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez al presidir la Misa Crismal en la arquidiócesis de Bogotá, el 28 de mayo.

Durante la solemne eucaristía, el prelado señaló que “la Iglesia nos regala cada año la oportunidad de detenernos a contemplar la obra de salvación que Dios realiza en medio de nosotros (…) Esto lo hace de una manera especial con la celebración solemne de la Pascua, de la muerte y la resurrección de Cristo nuestro Señor (…) A partir de ese acontecimiento, todo momento de la historia humana es un momento de salvación, es un hoy de salvación”, enfatizó.

Retomando las lecturas y el evangelio del día, agregó que “desde el primer momento en el que Dios creó el mundo y puso en él al ser humano, hasta el último momento de la historia, cuando el Señor llevará a plenitud su obra de salvación, estamos viviendo un hoy permanente, maravilloso de salvación”.

Un hoy, precisó, en el cual se cumplen las promesas de Dios; un hoy en el cual todos los anhelos del ser humano son satisfechos; “un hoy en el cual todas las angustias, todos los dolores de la humanidad, son escuchados y transformados en fuente de vida y de salvación”.

¿Qué significa el hoy de salvación?

En primer lugar, explicó: “significa que el momento que se está viviendo en el mundo entero con la pandemia, con todas las secuelas de dolor, de angustia, de sufrimiento, de muerte, de empobrecimiento, de verdadera angustia existencial, es asumido por el Dios que nos ama, por el  Dios que nos cuida, por el  Dios que en Jesucristo nos muestra su rostro de misericordia”.

En este hoy, aseguró, “el Señor se acerca a nosotros y nos brinda su amor, su consuelo, su luz, su fuerza, su misericordia, su gracia”.

Para ayudar a experimentar esta realidad, continuó, “el Señor Jesucristo ha instituido su Iglesia (…) como pueblo de Dios, la Iglesia como cuerpo de Cristo, la Iglesia como convocada para anunciar al mundo esa presencia salvadora de Dios”.

En este sentido, animó a renovar los compromisos sacerdotales, “es decir, a hacer posible que, una vez más, en nuestro propio corazón se escuchen las palabras del Señor que nos llama a seguirlo”.

Finalmente, señaló que en la Misa Crismal resuena con toda fuerza “ese hoy de salvación (…) Es una misa en la cual al consagrarse el Santo Crisma y bendecirse los Óleos, tomamos conciencia de cómo la muerte y la resurrección del Señor son una fuente permanente de vida y de salvación para todo el que cree en Él”.


Tomado del portal de la Conferencia Episcopal de Colombia