Evangelio del día: jueves 5 de agosto de 2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: -«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: -«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: -«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: -«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: -«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Meditación:
Pedro es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,16); Pedro el amigo entrañable de Cristo que se arrepiente de haber negado a su maestro, el hombre impetuoso y generoso que reconoce al Dios hecho hombre, al Mesías prometido: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”(cf. Mt 16,16).

El Papa Francisco señala que “La liturgia de hoy nos ofrece tres palabras fundamentales para la vida del apóstol: confesión, persecución, oración. La confesión es la de Pedro en el Evangelio, cuando el Señor pregunta, ya no de manera general, sino particular. Jesús, en efecto, pregunta primero: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?» (Mt 16,13)”.
Jesús nos hace también hoy esta pregunta esencial. Él nos mira hoy a los ojos y nos pregunta: ‘¿Quién soy yo para ti?’ Quien confiesa a Jesús se comporta como Pedro, lo sigue hasta el final; no hasta un cierto punto sino hasta el final, y lo sigue en el camino de la vida nueva, de la alegría y de la resurrección, el camino que pasa también por la cruz y la persecución.

“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. En estas palabras, sencillas pero profundas, tengo un resumen del mensaje contenido en el Evangelio. Ya lo decía el Papa Benedicto XVI: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.» (Deus Caritas est, 1).

Al meditar este pasaje del Evangelio podemos confirmar la fe en y con la iglesia que fue y permanece edificada sobre “el fundamento de los Apóstoles” (Ef. 2, 20; Hch. 21, 14). Ella guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo, el buen depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles; y sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral (Cfr. Catecismo 857).

P. John Jaime Ramírez Feria