Hoy celebramos a San Luis de Francia; gobernante sabio, justo y prudente

Foto: ACI Prensa

San Luis de Francia (1214-1270) o Luis IX de Francia, conocido también como Ludovico, se distinguió por su espíritu de penitencia y oración, y por su amor por los pobres y débiles. Fue un gobernante sabio, justo y prudente.

Nació en Poissy, cerca de París, el 25 de abril en el año 1214. Era hijo de Luis VIII de Francia y de Blanca de Castilla. Fue contemporáneo de Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura.

Coronado a los 22 años, contrajo nupcias con Margarita de Provenza en 1227, con la que tuvo once hijos. Fue un esposo y padre ejemplar.

Luis IX se destacó por su amor a la Iglesia y el deseo de protegerla y extenderla. Fue así que decidió apoyar la construcción de monasterios y fortalecer las órdenes religiosas dentro de su reino.

Balduino II, último emperador latino de Constantinopla, se vio obligado a vender la “Corona de Espinas” -la que los soldados romanos habrían puesto en la cabeza de Jesús antes de la crucifixión-. La reliquia pasó por distintas manos hasta que fue recuperada por San Luis. El santo entonces mandó derribar la capilla de San Nicolás y construyó la “Saint Chapelle” en París para preservarla allí, junto a otras reliquias.

San Luis de Francia perteneció a la Orden Terciaria Franciscana. Fundó varios monasterios, entre ellos el de Royaumont, el convento de Maubuisson (con ayuda de su madre) y el hospital de ciegos Quinze-Vingts, más conocido como Los Trescientos.

Participó en dos cruzadas, cuyo objetivo era recuperar el Santo Sepulcro y frenar las invasiones musulmanas en la zona, pero estas no tuvieron éxito. Sin embargo, fue considerado como uno de los caballeros más valientes de la época.

En la primera cruzada cayó prisionero en Egipto pero fue liberado. Como no se pudo lograr el objetivo de recuperar los lugares santos, se organizó una segunda cruzada, durante la cual, Luis de Francia se enfermó de disentería, cerca de Cartago (norte de África), falleciendo el 25 de agosto de 1270, un día después de haber recibido los últimos sacramentos. Tenía 55 años.

Sus restos fueron trasladados a Francia y depositados en la iglesia de Saint- Denis, donde permanecieron hasta que fueron profanados durante la Revolución Francesa. Fue canonizado en 1297.

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