Iglesias en Bolivia y Colombia llaman a la esperanza y la solidaridad

Foto: Vatican News

Siguen llamando a la esperanza e invitando a la solidaridad los obispos de las Iglesias de América Latina. En Bolivia, Mons. Galeota anima a no tener miedo en este momento de confusión causado por la pandemi. Mons. Ochoa desde Cúcuta, en Colombia, habla de la extraordinaria labor solidaria desplegada por laicos, sacerdotes y religiosos, para ayudar a los más necesitados, y expresa gratitud por la solidaridad de los benefactoress.

Ciudad del Vaticano

La solidaridad y la esperenza son una constante de las Iglesias en América Latina. Por ejemplo, un mensaje de esperanza y de aliento a no tener miedo en este momento de dificultad causado por la propagación de la pandemia de coronavirus llega del Obispo del Vicariato Apostólico de Camiri, Monseñor Jesús Galeote, que en un vídeo publicado ayer en la página web de la Conferencia Episcopal Boliviana recuerda a los fieles que la muerte forma parte de la existencia y que nuestra condición humana está llamada a afrontarla.

En este tiempo de cuarentena nacional, Monseñor Galeote invita a todos a ser solidarios con los demás y agradece a las instituciones por los muchos gestos de solidaridad que han hecho posible que no falten alimentos, atención espiritual, atención sanitaria en las familias más pobres. También anima a todos a unirse en la oración, dirigiéndose a la Reina del Cielo para acompañar y proteger al pueblo de Dios, y reitera su invitación a permanecer en la fe, en la serenidad, en la alegría, seguros de que “con Dios superaremos la pandemia del coronavirus, que dará frutos de esperanza” y de que viviremos más humanamente, en el compartir y la solidaridad. “Que el Cristo resucitado – expresa – aliente la esperanza y la fe en todos”.

En Colombia, la Iglesia en Cúcuta sigue en primera línea en la cercanía hacia los pobres, necesitados y migrantes. La gran labor de los laicos, sacerdotes y religiosos permitió que se entregaran más de 250 toneladas de alimentos a las parroquias de Cúcuta y sus zonas metropolitanas y rurales. Todo ello se hizo adoptando, para el personal y los voluntarios, las medidas de seguridad sanitaria establecidas por el Instituto Nacional de Salud y con la asistencia de la Policía Nacional y el Ejército de Colombia.

Los alimentos y productos de primera necesidad distribuidos provienen de benefactores y de los propios recursos. La diócesis ha logrado entregar alimentos y productos que se utilizan para la limpieza en grandes cantidades, y con la ayuda del Banco Diocesano de Alimentos y la Orden de Malta, se han entregado 30 toneladas de arroz vitaminado a zonas muy pobres de la ciudad. Las contribuiciones llegaron también de empresas del Norte de Santander: otras 30 toneladas de arroz, y alimentos como patatas, verduras y pollo.

Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, en la página web del Episcopado, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”.


Tomado del portal Vatican News