Los 10 desafíos de la economía colombiana, según la misión del FMI

Foto: Archivo Particular

Enfrentar la migración venezolana y los nubarrones internacionales y tramitar reformas tributaria, son las principales tareas que tiene el Gobierno.

La economía colombiana está creciendo a ritmos mejores de los que cualquier habría esperado, tanto así que este año el PIB del país lograría rozar la meta que espera el Gobierno de 3,6%.

Al anuncio hecho por el Dane hace unos días de que el PIB en el 2018 se expandió 2,7% lo siguieron las conclusiones de este año de la Misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que determinó que las perspectivas de este ente mejoraron considerablemente en solo un par de meses.

De hecho, el jefe de la misión, Hamid Faruquee, confirmó que “a Colombia le va parcialmente bien” y añadió que la recuperación de la economía va según lo proyectado.

En parte, la buena nota, fue el resultado de las acciones del Gobierno en la ley de financiamiento, que “será positiva para la inversión, pero puede producir unas disminuciones en los ingresos desde el 2020 y esto pone una presión adicional a los ajustes fiscales en el mediano plazo”, agregó el jefe de la Misión.

A continuación, se presentan los principales retos que tiene el país a corto y mediano plazo.

Desequilibrios externos: el crecimiento del déficit de cuenta corriente, que ya preocupaba al Banco de la República, prendió las alertas del FMI, sobre el cual indicaron que “se ha financiado con holgura, principalmente mediante una estable inversión extranjera directa y flujos importantes de inversiones de portafolio”. Para los expertos, será necesario que el país le ponga la cara a medidas adicionales en materia de políticas públicas, ya que la otra opción para mejorar en este frente es que los precios del petróleo aumenten.

La crisis de Venezuela: el choque que supone la migración de venezolanos ha sido bien afrontado por las autoridades colombianas, según la Misión del FMI. Este fenómeno tiene efectos mixtos para Colombia, ya que –por un lado– le representa un costo fiscal anual de unos $5 billones, pero –a mediano plazo– le daría un impulso adicional al crecimiento del PIB, que podría llegar incluso al 0,1%. Esto se vería reflejado en que el producto interno bruto del país aumente su potencial más allá del gobierno de Iván Duque.

Más riesgos internacionales: el menor crecimiento global que proyectan varias entidades, entre ellas el FMI, le podría pasar factura a la economía nacional, incluso si las potencias llegan a un acuerdo para congelar la guerra comercial entre EE. UU. y China.

Las exportaciones locales serían las más afectadas en un caso de que se concrete un ‘boom’ de medidas proteccionistas, sumado a que la recuperación de la inversión por parte de los empresarios nacionales podría tener un compás de espera más largo de lo esperado.

Política fiscal, neutra: la meta de déficit fiscal para el 2019, que es de 2,4%, es una inamovible para el Gobierno y para el FMI, y ambos creen que será cumplida a cabalidad. No obstante, para el fondo, el nubarrón está a partir del próximo año. Por eso, concluyó que si el Gobierno decide relajar la regla fiscal, “debería hacerlo de una forma bien definida, argumentando en términos de por qué hacerlo, qué tan larga puede ser la desviación, por cuánto tiempo será, y cómo se volvería al camino original”, dijo Faruqee.

Desafíos fiscales a la vuelta de la esquina: el trámite de una nueva reforma tributaria sería necesario para el país a partir del próximo año. Si bien la misión del FMI no lo dijo así, sí indicó que el Gobierno debería hacer “un esfuerzo constante para elevar el recaudo tributario estructural”, e incluso señaló que se deberían eliminar muchos regímenes preferenciales para las sociedades y ampliar la base de las personas naturales obligadas a declarar renta e IVA.

Además, señaló que es vital continuar mejorando la eficiencia del gasto público, lo cual se concretaría tramitando una reforma a los subsidios.

Reformas urgentes para Colombia: además de una posible reforma tributaria nueva el próximo año, el FMI indicó que es vital para el país tramitar una iniciativa para ajustar los gastos en subsidios en los que incurre cada año el Gobierno.

De igual forma, para la misión del FMI no pasó desapercibida la necesidad urgente de que se abra el debate legislativo en torno a una reforma pensional, “que mejore la progresividad y la cobertura, y al a vez garantice la sostenibilidad de los beneficios pensionales”.

El Gobierno anunció hace varios días que esta iniciativa sí va, pero solo se hará el próximo año.

Acumulación de reservas: el ‘colchón’ que está armando el Banco de la República, a través de la compra de reservas internacionales, también recibió el visto bueno por parte de la Misión del Fondo Monetario Internacional, que señaló que si bien actualmente están en niveles adecuados, “tendrán que aumentar con el tiempo, para que puedan amortiguar suficientemente las crecientes de financiación externa y los riesgos”. No obstante, el FMI no opinó si el país perdería o no la línea de crédito flexible que tiene con dicha entidad.

Mejoras al ciclo de crédito: uno de los puntos clave a nivel local que ve esta multilateral tiene que ver con que el país debe repuntar en cuanto al crédito, el cual debería recuperarse de forma paralela con mayores inversiones. A pesar de lo anterior, los analistas señalaron que la cartera en mora sigue aumentando en el país y esto debería ser suficiente para que la Superintendencia Financiera mantenga prendidas las alertas para “asegurar que los activos problemáticos continúen respaldados por provisiones adecuadas”.

Buena estabilidad financiera: la Superfinanciera presentó un nuevo cronograma para la aplicación de la ley de conglomerados y los estándares de capital de Basilea III, decisión que fue respaldada por la misión. Esta señaló que el plan de introducir gradualmente las reservas de capital adicionales durante cuatro años “es apropiado y debería evitar cuellos de botella en la oferta de créditos, aumentando a su vez la estabilidad financiera”. No obstante, dijo que “sería apropiado una vigilancia aún mayor por parte del ente supervisor”.

Política monetaria favorable: las buenas perspectivas de inflación que registra el país para este año (se prevé que cierre en 3,2%) serían garantía para que el Banco de la República adopte una posición “menos acomodaticia” durante el segundo semestre del año, es decir, que en ese momento vuelva a tocar las tasas de interés, que llevan varios meses en 4,25%.

Esto, no obstante, dependerán también de que los mercados crediticios y el PIB se fortalezcan acorde a lo esperado por los investigadores del FMI.


Tomado del portal del diario Portafolio