¡Que florezca la alegría de donar!

Foto: CEC

Es la invitación de la Iglesia Católica en Colombia al unirse a la Jornada Mundial de la Caridad del Papa o Colecta del Óbolo de San Pedro, que en el país se llevará a cabo el domingo 30 de junio, en el contexto de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

Por: Diana Álvarez

CEC

Durante la rueda de prensa de presentación de la campaña, el 6 de junio, en la sede del episcopado colombiano, Mons. Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, tras referirse a la historia de la colecta, explicó que los donativos son destinados, especialmente, a obras de caridad con los más necesitados, acciones humanitarias y de promoción social en el mundo entero.

El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también por las necesidades materiales de las Diócesis pobres que existen en el mundo, por los institutos religiosos y por los fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de la guerra, prófugos y emigrantes). Asimismo, parte de este dinero se dirige al acompañamiento ante desastres naturales y al apoyo a la educación católica en lugares que no cuentan con los recursos suficientes para tal fin.

La campaña, promovida en Colombia por la Nunciatura Apostólica con el Apoyo de la Conferencia Episcopal, “expresa la comunión con el Papa y la solicitud de los cristianos por las necesidades de los hermanos”.

De esta manera, se invita a las personas de buena voluntad a sumarse a la propuesta que tiene como canales de recaudo:

Las parroquias: Entregar las donaciones en el templo parroquial el domingo 30 de junio o días antes en el despacho parroquial.

Consignación bancaria: Cuenta de ahorros Davivienda 014542872, a nombre de la Nunciatura Apostólica.

*Consignación en líneawww.zonapagos.com/t_nunciatura

En las redes sociales la campaña se moverá con los Hashtag (#):  #ÓbolodeSanPedro y #DonaConAlegría

¿Cómo surge la colecta? 

Desde la primitiva comunidad cristiana, existen testimonios de la solicitud fraterna de unos por otros a través de la ayuda espiritual y material, particularmente a los más pobres. (cf. Hch 4,34; 11,29). Esto corresponde a la tradición que tiene origen en el Evangelio (cf. Lc 10,7; 30-35) y a las enseñanzas de los Apóstoles (cf. 1 Co 9, 11-12) . Posteriormente, la colecta del Óbolo se fue consolidando cuando los anglosajones, tras su conversión, a finales del siglo VIII, se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron enviar de manera estable una contribución anual al Santo Padre. Así nació el “Denarius Sancti Petri” (Limosna al San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos.

Desde esa época hasta 1534, fue una contribución aportada por Inglaterra para la Santa Sede, pero bajo el Pontificado del Papa Pío IX, en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871), se amplía su sentido y queda estipulado que es una contribución voluntaria de los fieles católicos del mundo al Papa.

 “La Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor” (Deus Caritas Est n. 29).


Tomado de la Conferencia Episcopal de Colombia