Roger Martínez, el silencioso delantero que puso a gritar a Colombia

Foto: Carlos Ortega / Enviado especial de EL TIEMPO

De bajo perfil, sin hacer ruido, llegó a la Copa América y anotó el primer gol contra Argentina. 

Por: Pablo Romero

EL TIEMPO

Roger Martínez corría como un niño emocionado. Su compañero Luis Fernando Muriel acababa de abandonar la cancha cojeando, con dolor, cuando Queiroz pegó el grito, “Roger, Roger”, y Roger, que estaba en un costado haciendo el calentamiento de emergencia, fue hacia él, se quitó el peto de afán –su equipo estaba con 10 jugadores, no había tiempo que perder–, recibió las instrucciones y entró para ser el héroe, para meterle un golazo a Argentina, para gestar el segundo, para encaminar el primer triunfo de Colombia en la Copa América. Roger no se esperaba esa imprevista oportunidad, pero no la desaprovechó.

Solo esperó 14 minutos en el banco de suplentes. Cuando Muriel cayó y empezó a quejarse de dolor, él ya sabía que era su turno, es el cambio natural, los dos peleaban el puesto en el ataque antes del arranque de la Copa.

Esperó hasta el minuto 25 del segundo tiempo para impactar esa pelota, luego fue a celebrar, y otra vez corría como niño, feliz, dichoso, eufórico, era su primer gol en una competición oficial con la Selección mayor.

“Era algo que pensaba antes del partido, anotar un gol. Enganché y saqué el zapatazo y se metió. Es algo que produce mucha felicidad”, dijo Roger al ser asediado por la prensa. 

Roger Martínez es uno de los nuevos atacantes de la Selección. Nuevo porque aunque ya ha estado, desde el 2016, no se ha consolidado. Ha hecho la fila detrás de Falcao, de Bacca (en su momento), ahora de Duván Zapata y le pisaba los talones a Muriel. El de este sábado fue su primer gran partido con el equipo: gol, dinámica, potencia, desequilibrio, premio al mejor jugador del partido para la organización de la Copa América… Le faltó salir en hombros, pero es que hasta ahora va un partido. Queda mucho camino, pero él se ganó el puesto, no solo porque ya no está Muriel, quien quedó afuera del torneo por su lesión, sino por todo lo que demostró. Al final del juego, su nombre se mencionaba en los pasillos del Arena Fonte Nova, en la sala de prensa, en los alrededores. Roger, Roger, Roger.

–¿Pero cómo juega ese pibe? –decía un periodista argentino– ¿Dónde jugó en Colombia?

–Arrancó en Racing, no jugó en Colombia –le respondió uno colombiano–.
Roger tiene 24 años, es cartagenero, un muchacho introvertido en las ruedas de prensa, muy serio. Su carrera empezó en argentina, efectivamente fue en Racing de Avellaneda, donde tuvo su debut y su explosión. Luego jugó en Santamarina y en Aldosivi, antes de regresar a Racing, ya con más experiencia. Pero ahí no se demoró, ya tenía mercado. 

–Ah, ¿es el mismo pibe que se fue para China?, pero si tenía todo para brillar en Europa –decía el argentino–. Es un jugador bárbaro.

–Se habló de 9 millones de euros, ¿cómo no se iba a ir?

Roger aceptó la propuesta del Jiangsu Suning, del fútbol chino. Y si en Colombia aún no sonaba, menos lo iba a hacer jugando en China. Sin embargo, fue convocado para la Selección Colombia que disputó los Juegos Olímpicos de Río 2016, entonces su nombre empezó a ser más conocido. Jugó tres partidos en la Copa América Centenario, tres partidos en la eliminatoria al Mundial de Rusia. Anotó un gol en el 2016, en un amistoso contra Haití. Iba dando sus pasos. Luego se fue a Europa, al Villareal español, con 8 partidos de Liga, y actualmente en América de México, donde lleva 34 partidos y 10 goles. Su mejor momento coincidió con la llegada de Queiroz a Colombia. Entró en su radar de inmediato.

Casi que no va a la Copa

Roger Martínez no era uno fijo para la Copa América. No estuvo en la primera convocatoria de Queiroz, para los amistosos en Asia contra Japón y Corea. Apareció entre los 40 preseleccionados, sin despertar muchas expectativas. “He ganado experiencia y madurez en México. Por eso digo que el llamado se me da en un buen momento. Cuando uno hace las cosas bien, las cosas llegan”, dijo en ese momento, como para defender su llamado.

Finalmente, quedó entre los 23 elegidos. Pero antes del amistoso contra Perú surgió un problema inesperado, estalló un escándalo que lo involucró. Un tema personal, una demanda por alimentos, prohibición para salir del país. Hasta último momento su viaje a Lima para el amistoso estuvo en veremos. 

Pero viajó, jugó un tiempo en el amistoso en Lima y llegó a Brasil como una alternativa de ataque. No era carta fija para la titular. Ahí estaba Muriel, de más experiencia y rodaje en el equipo. Pero Roger estaba listo, esperaba su momento, por eso cuando entró a la cancha estaba conectado. Como dijo el propio Queiroz: “Roger estaba preparado para asumir las responsabilidades de su función”.

14 minutos separaron a Roger Martínez del banco de suplentes a la gloria. Su golazo contra Argentina es su carta de presentación para todos los que aún se preguntan ‘¿De dónde salió este pibe?’.

PABLO ROMERO
Enviado especial de EL TIEMPO
Salvador, de Bahía


Tomado del portal del diario EL TIEMPO