Vienen cambios bruscos en el fútbol tras la pandemia

Foto: EFE

Mientras en Colombia Dimayor pide ayuda al Gobierno, en el mundo tratan de adaptarse. Análisis.

Por: José Orlando Ascencio

EL TIEMPO

Cada día que pasa sin fútbol es una cadena de inconvenientes para todas las partes que lo integran, y aún no se sabe por dónde se va a romper. La pandemia del coronavirus ha puesto a pensar a todo el mundo del fútbol sobre si el negocio, tal y como lo conocíamos hasta ahora, es algo viable.

Cada día que pasa sin fútbol es una cadena de inconvenientes para todas las partes que lo integran, y aún no se sabe por dónde se va a romper. La pandemia del coronavirus ha puesto a pensar a todo el mundo del fútbol sobre si el negocio, tal y como lo conocíamos hasta ahora, es algo viable.

Jorge Valdano, que pasó por todos los campos (fue jugador campeón del mundo, fue entrenador, fue dirigente y ahora también escribe), lo resumió así el domingo, en un columna en el diario El País de España.

“El fútbol se creyó importante hasta que el coronavirus le contó la verdad: es solo una simulación de la realidad. Lo diré destacando su grandeza cultural: una gloriosa simulación de la realidad. El coronavirus le arrebató la atención, la preocupación y los héroes”, escribió Valdano, y agregó:

Hay dos preocupaciones. La primera, cómo cumplir con todos los compromisos que están pendientes. El primero, el deportivo, aunque reacomodar los calendarios es hoy un problema de difícil solución, pues aún no se sabe cómo ni cuándo se acabarán las cuarentenas y el coronavirus baje su nivel de amenaza.

Pero algunos insisten en el tema. Como la Uefa, que mañana llevará a cabo una reunión virtual en la que estudiarán cómo se van a reprogramar los campeonatos.

Ya el domingo, en una entrevista con el diario italiano La República, el presidente de la Uefa, Aleksander Ceferin, daba algunas pistas al respecto: “Nadie sabe cuándo terminará la pandemia. Hay un plan A, B o C. Podemos comenzar de nuevo a mediados de mayo, en junio o a finales de junio. Si no podemos hacerlo en ninguna de estas tres fechas, probablemente la temporada no podrá acabar”, dijo.

Mientras algunos se preocupan por el corto plazo, otros intentan pensar en el futuro. Y ahí salió a la palestra el presidente de la Fifa, Gianni Infantino, con una propuesta polémica.

“Podemos tener menos competiciones y diferentes formatos, pero más interesantes, y quizá menos equipos, pero más igualados, y menos partidos, pero más competitivos, para así preservar la salud de los jugadores. No es ciencia ficción, hablemos de ello”, dijo Infantino, en una entrevista con La Gazzetta dello Sport.

La propuesta no cayó del todo bien. O por lo menos algunos le respondieron a Infantino con la pierna arriba: “Inoportunas declaraciones de Infantino, pero tiene razón, empecemos por eliminar fechas Fifa donde hay partidos sin interés, partidos de mundiales sin interés, mundial de clubes sin interés. Pretende destruir el fútbol que ha construido la historia”, escribió en su cuenta de Twitter Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional de España.

Ya mucho más cerca, en Suramérica, la preocupación crece. La Conmebol decidió adelantarles a los clubes que compiten en las copas Libertadores y Suramericana algo del dinero que les corresponde por su participación este año, y también giró a las federaciones que la integran un millón de dólares a cada una como anticipo de lo que iban a recibir por la Copa América que se aplazó para 2021. Pero a largo plazo, el panorama no se ve fácil.

“Con los dirigentes estamos muy preocupados, pero concentrados en lo social. No tengo dudas de que el fútbol va a tener que cambiar y va a necesitar mucho de la capacidad de los directivos para sobrellevar esta crisis”, dijo el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, en una entrevista con el Canal 26, de su país.

“La economía de los clubes es difícil de sostener, va a ser muy difícil salir de esto. No es el momento para sacar ventaja sobre los demás, hay que pensar en ayudar y que los clubes tengan predisposición”, añadió Tapia.

El caso local

La tendencia, en muchos lugares, es a la acción de choque: recorte o suspensión de sueldos. En Colombia, el tema está complicado. En diciembre, el presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez, respondió con algo de soberbia cuando se enteró de que en un proyecto de ley se iba a incluir que un juego del fútbol profesional colombiano debería ir por señal abierta, justo cuando la entidad comenzaba a promocionar su canal prémium.

“No hay problema, a dónde le mando la factura. Si el Gobierno quiere asumir lo de los colombianos, les mando la factura. Pero gratis no puede ser. Si el Gobierno quiere sacar de su presupuesto, pues les vendemos”, dijo entonces Vélez. Ahora se arrepiente.

El domingo por la noche, en un horario inusual, la Dimayor publicó un comunicado en el que anuncian que le pidieron ayuda al Gobierno. Dicen que parar el fútbol les traerá pérdidas, en tres meses, de 80.000 millones de pesos.

Vélez le explicó a EL TIEMPO los alcances del pedido: “No estamos pidiendo plata, no sería lógico ni coherente, el país tiene otras necesidades. Estamos pidiendo políticas, no excepcionales, sino de las que ya fueron trazadas por el Gobierno”.

Un club Jaguares suspendió unilateralmente los contratos de los jugadores. Otros, como Santa Fe, hicieron una encuesta con los hinchas para bajar sueldos. Y en Millonarios suspendieron parte de los sueldos para pagarlos cuando las condiciones mejoren.

La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), que ya había denunciado que eso es ilegal, se sorprendió cuando vio la petición colectiva de Dimayor al Gobierno: “Para pedirle dinero al presidente Duque en nombre de los clubes, Dimayor actúa como gremio (organización de empleadores), pero para la negociación colectiva no tiene facultades”, dijo el secretario de Acolfutpro, Luis Alberto García.

El fútbol vive su para obligada. Falta ver si esto ayuda a ponerlo en términos más aterrizados.

José Orlando Ascencio

Subeditor de Deportes


Tomado del diario EL TIEMPO