Estas son las tres hipótesis de la masacre que conmueve a Samaniego

Foto: Cortesía / EL TIEMPO

Este lunes, una multitud acompañó las honras fúnebres de los ocho jóvenes asesinados. 

Tras la masacre de ocho jóvenes el pasado sábado en Samaniego, Nariño, las autoridades empezaron a perfilar las primeras hipótesis de la tragedia que sacude a este poblado del sur del país.

De hecho, Martha Mancera, vicefiscal general de la Nación, llegó este lunes a Samaniego para corroborar los avances investigativos que buscan esclarecer el múltiple homicidioEn el proceso ya se han realizado labores de inspección del lugar del homicidio y entrevistas.

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Precisamente, a través de los relatos de los sobrevivientes, se estableció que los perpetradores son cuatro hombres encapuchados que llegaron a una finca de la vereda Santa Catalina, lugar donde en la noche del sábado departían unos 50 jóvenes con música y cerveza.

Una de las versiones indica que los encapuchados empezaron a disparar contra las personas que estaban allí. Se evalúa la hipótesis de que grupos armados, sobre todo el Eln, habrían estado repartiendo panfletos en Samaniego, en los cuales se amenazó a la comunidad de que serían “destruidas” las personas que encontraran consumiendo licor en fiestas clandestinas.

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No obstante, se conoció un comunicado del Eln en el cual señalan que no son los responsables de la masacre, hecho que es materia de análisis por las autoridades.

Hárold Montufar, coordinador del Pacto Local de Paz de Samaniego, señaló que en el municipio hay grupos armados que quieren imponer una hegemonía territorial.

“Si hay estas masacres es porque el territorio está en disputa”, señaló, teniendo en cuenta que en la zona delinque una docena de bandas que pelean por el narcotráfico, como ‘los Contadores’ o ‘los Atún’.

Las autoridades también estudian si alguna de estas bandas habría cometido la acción criminal para mostrar su poderío y ganarse el respeto de la población.

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De hecho, se mantiene la versión de que minutos antes de la masacre, una banda que no se ha identificado advirtió que no se podía estar en fiesta.

La reciente masacre es una de las 33 que este año ha documentado la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que elevó su preocupación por la violencia que sacude a Colombia. Para evaluar la situación de Nariño, el presidente Iván Duque envió a Nancy Patricia Gutiérrez, consejera para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales.

El general Jorge Luis Vargas, director de Seguridad Ciudadana en la Policía Nacional, explicó que las entrevistas también apuntan a que los armados, antes de disparar indiscriminadamente, habrían preguntado por tres personas que estarían en la celebración.

El alto oficial añadió que los nombres de las ocho asesinados no estarían entre las personas que buscaban los encapuchados. De esta manera, las autoridades anotaron que las víctimas no serían el blanco directo de la matanza.

“Luego de preguntar por esas personas se produjeron los homicidios”, señaló Vargas. Se habla, además, de que el grupo portaba fusiles y armas de corto alcance. Tras disparar, los hombres huyeron en motos.

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De momento, se conoció que una de las claves de la investigación se centra en establecer la identidad de las personas a quienes, supuestamente, estaban buscando los encapuchados.

Este lunes, la comunidad despidió en una misa campal a las víctimas de la masacre. Una multitud recorrió las calles del municipio para acompañar a los familiares de los jóvenes asesinados y rechazar los actos violentos en sus municipios.

También se llevaron a cabo las honras fúnebres de Yésica Zúñiga, joven asesinada horas antes del ataque en la fiesta. La Fiscalía busca establecer si el crimen tiene relación con el múltiple homicidio.

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En tanto, Johana Benavides, hermana de Elian Benavides, un joven de 19 años despedido ayer por una multitud, dijo que la gran pasión de su familiar era el fútbol. Incluso, estaba seleccionado para probarse en México.

“Este año iba a terminar el bachillerato. Él quería dedicar todo su tiempo a prepararse para ser un gran futbolista”, contó.

La pasión por el fútbol la compartía con Sebastián Quintero, de 23 años, a quien sus familiares describieron como “un joven sano que no se metía con nadie”.

La jóvenes asesinados en Samaniego eran en su mayoría estudiantes universitarios que pasaban sus días en el poblado por la cuarentena. Laura Melo Riascos, de 19 años, era estudiante de Medicina; Byron Patiño, de 25 años, estaba a punto de convertirse en un contador.

Por su parte, Óscar Obando estudiaba en la Escuela del Deporte del Valle, mientras que Brayan Cuaran, de 25 años, era egresado de la Universidad de Nariño.

Las otras dos víctimas fueron identificadas como Rubén Darío Ibarra, de 20 años, y Daniel Steven Vargas, 22 de años, quien realizaba sus estudios universitarios en Pereira.

La Policía manifestó que, durante operativos en el municipio, se capturó a dos personas por porte ilegal de armas, estos elementos son objeto de análisis balísticos para establecer si tienen relación con el crimen.


Tomado del diairo EL TIEMPO