Juanes, 20 años de un sueño que comenzó con ‘Fíjate Bien’

El artista había dejado su grupo y pasaba dificultades hasta que llegó esté álbum.

Por: Liliana Martínez Polo

EL TIEMPO

Fíjate bien marcó el antes y después de Juanes en la música. Antes, era un exmiembro de una banda de rock que se había mudado a Los Ángeles, en busca de forjar una carrera artística sólida. Algunos sabían su nombre, pero para muchos era “el cantante de Ekhymosis”. Después de Fíjate Bien, no solo Colombia sino el mundo musical supo quien era Juanes.

Pasaron 20 años, se cumplen este 17 de octubre, desde el día cero que marcó la salida del álbum, en el 2000. Para llegar a ese día, Juanes había tenido que vivir por duros cambios de vida, crear música en el momento que él de fine como “más oscuro” y buscar una manera de llegar a Gustavo Santaolalla, el productor argentino que intervino en su sonido durante los siguientes 10 años.

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Después, vinieron los reconocimientos. Fíjate bien fue el álbum que le valió múltiples nominaciones al Grammy Latino, siete, que lo catapultaron a la fama. El que le dio el boleto para presentarse como invitado estelar en la ceremonia fallida del 11 de septiembre del 2001 (que no se dio por el atentado de las Torres Gemelas) y el que inclinó al otrora roquero ortodoxo hacia el pop.

Fue el álbum de las canciones Podemos hacernos daño, Fíjate bien, Para ser eterno y Nada, el que resaltó también su trabajo como cantautor. Después siguieron otras producciones y otros éxitos, como el alucinante hit de La camisa negra, años después. Pero Juanes es Juanes desde ahí y pensaba celebrarlo en grande durante el 2020.

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Tenía listo el concierto de aniversario en el Movistar Arena el 14 de marzo pasado. Pero menos de tres días antes, la pandemia llevó a cancelarlo. Otra celebración fallida, que no le impide ni al artista ni a sus seguidores celebrar su obra. Por eso, Juanes quiso recordar en charla con EL TIEMPO, las circunstancias que rodearon ese trabajo y cómo este iluminó su posterior carrera.

La celebración de los 20 años de Fíjate bien iba a unirse en un concierto con la presentación en vivo de su álbum Más futuro que pasado y quedó en el aire. ¿Cómo vivió esto?

Obviamente, me quedé con las ganas de hacer el concierto. Tenía mucha ilusión de tocar en vivo, estaba sold out (vendido) la sala. Fue difícil, pero ocurrió en un momento en el que todos estábamos en lo mismo y teníamos que tener la paciencia para esperar el momento de reencontrarnos de una forma segura.

También una coyuntura mundial aplazó la que pudo ser su primera presentación en los Grammy Latinos…

Me ha pasado eso varias veces. Es muy loco, porque cuando el álbum (Fíjate bien) estaba nominado pasó lo de las torres gemelas. Al ver que yo estaba triste, diciendo que se había perdido la oportunidad más importante que había tenido, mi mamá me dijo: “Piense que ese era el día más importante hasta este momento. Pero de aquí en adelante van a venir muchos días más importantes”. Es algo que tiene sentido hoy  más que nunca, con situaciones como la actual, en la que no se pueden hacer planes a muy largo plazo.

Al recordar Fíjate bien y el entorno en el que se creó, ha hablado de momentos oscuros vividos. ¿Cuáles fueron y cómo se tradujeron en este álbum?

Están en toda la temática del disco. Por ahí, desde Fíjate bien hasta Nada. Hay una canción que se llama Para ser eterno, que le escribí a mi papá, que había fallecido. Estaba saliendo de la oscuridad, había salido del grupo, terminado con mi novia, me había ido del país. No era el más feliz, por así decirlo. Pero estaba como en esa lucha. Eso quedó plasmado ahí. También me gusta porque creo que el dolor y la tristeza son formas de crecimiento muy importantes, no solo la alegría. De eso se trata la vida también.

¿Fue ese entonces su álbum más oscuro? Un día normal, de donde salió A Dios le pido,y los siguientes fueron más festivos…

Sí, ese álbum de A Dios le pido fue más alegre. Conocía a Karen, me enamoré, me casé, empezamos a tener a nuestros hijos, cambiaron las cosas.

Veinte años atrás había salido de Ekhymosis. ¿A lo mejor habría sido más cómodo seguir ahí en ese momento?

El momento que vivíamos como grupo como que no tenía más alcance. Cada uno jalaba para un lado. Fue como una muerte natural, aunque ellos siguen tocando, con sus músicos. Pero de pronto era un cansancio.

Y vino la decisión de irse del país. Aún ahora suena como una locura…

Lo que hice fue una locura. Pero Dios ha sido grande conmigo: haberme ido así, sin contrato, sin dinero, como a la guerra, a buscar lo que viniera. Pero me encontré en el camino con ángeles que me han cuidado y vivo demasiado agradecido hasta hoy. Pero, eso me ayudó a crecer. Fue difícil. Hoy en día, siento yo que ya no es tan necesario que te tengas que ir. La conectividad y la tecnología han cambiado tanto las cosas, pero en ese momento de mi carrera era un lo tomo o lo dejo.

Y se encontró para ese primer álbum como solista con un productor como Gustavo Santaolalla. ¿Cómo llegaron a trabajar juntos?

Yo solamente quería trabajar con Gustavo Santaolalla. No tenía plan B en 1999. Finalmente, Gustavo escuchó los demos e hicimos conexión en Los Ángeles para comenzar a trabajar las canciones. Pero porque en antes, en el 97 o 98, no recuerdo, nos habíamos visto ya en Rock Al Parque.

Del encuentro, recuerdo que estaba viviendo en un motel. Cerraba las cortinas y me ponía a tocar guitarra, a componer, a practicar. Y sonó el teléfono. Recuerdo que era un teléfono rojo y era Gustavo en la línea diciéndome que estaba feliz, que había mirado lo demos y le encantaban. Me puse a llorar de emoción. No lo podía creer. Había sido tan difícil estar allá y cuando algo como eso llega, es como que… ¡Dios mío! ¡Esto es un sueño! De ahí en adelante, todo cambió para siempre.

Y trabajaron juntos mucho tiempo más…

Diez años, hicimos cinco discos.

¿Qué enseñanza sacó de esa historia, de ese primer álbum?

Me dejó las mejores enseñanzas, además de lo acertada que estuvo la producción. En ese momento el pop y el rock no se acercaban tanto, todo estaba dividido. O eras  muy roquero o muy pop, pero no había nada en el medio. O sí, pero no era tan popular. No sé, fue bonito, fue el momento de una partidura. Iba entre mundos: rock, pop y folclor, porque hay también elementos de la música popular en las canciones.

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Sí era más notoria esa división, en la que a un roquero no le gustaba que le dijeran que su música era pop…

Son cosas que pasan. Hoy eso no es tan fuerte. En muchos lugares, Europa, Estados Unidos, es común que bandas de rock alternen, por ejemplo, con artistas de hip hop. Hoy todo el mundo se conecta con todo el mundo y no hay tanta barrera. Eso me permitió en gran parte tocar en Rock Al Parque el año pasado. Estuve también en el festival de rock de México.

Tenemos tantas divisiones entre todos como para tener otra más. Con la música, y en todo, no hay que tener prejuicios.  Yo fui muy radical en mi momento. Es una manera de pertenecer a algo.

¿Cómo era ese Juanes  “radical” de antes?

Me hacía matar por Metallica, peleaba con mis amigos cuando me hablaban de Metallica. Me vestía solo de negro con camisetas del grupo y no podía escuchar nada más. Después caí en cuenta de que había crecido en Medellín, escuchando música popular y que me gustaba mucho. Vi que no podía tapar el sol con la mano y decir: ‘Soy solo esto’. Me di cuenta de que no podía serlo, tenía que ser un poco de todo lo que me gusta y por eso me gusta el rock, pero también puedo  disfrutar de una buena canción de cualquier género, urbano o de lo que sea.

Está por presentar un álbum de covers, versiones nuevas de canciones clásicas. ¿Cuál es la historia de este trabajo?

Venía hace rato con la idea de un álbum de covers, volviendo con el tema de Metallica, ellos también hicieron un cover de las bandas que les gustaban. Pensé en hacer eso mismo, canciones de Gardel, de Fito Páez, de Charly García, Joaquín Sabina. Grabamos versiones de 13 canciones en un formato muy orgánico. Me gustó mucho hacerlo, para reconectarme con esa esencia de lo que yo era cuando tenía 11, 12, 14 años.

¿Qué momentos destaca de su carrera a partir de Fíjate bien?

Este momento actual es muy grande para mí, porque me siento en un lugar en el que puedo confiar más en mí, tomar decisiones a todo nivel. Aunque me gustaba ese primer momento de incertidumbre, de sueños, de ganas de lucha.

Creo que otro momento, aunque no haya sido el más agradable, porque además fue muy duro, fue hace como 10 años. Porque me enseñó a entender quién era y para dónde tenía que irme, también en la vida. Esos momentos son claves.

¿Se podría decir que un momento alucinante fue el de La Camisa Negra, sonaba en todos lados, lo hizo estrella mundial?

Esa puede ser una percepción inmediata de las cosas. Pero no necesariamente estar en un lugar como ese significa estar bien o feliz. Es muy extraño, que a veces la felicidad no esté en algún lugar. Definitivamente, es claro que ese momento era un sueño hecho realidad, desde el punto de vista de artista era impresionante porque era la primera vez que algo como eso ocurría.

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¿Qué sueños tiene ahora?

Demasiados. Parezco un loco. He estado trabajando mucho en proyectos distintos. Además del álbum de covers hay otro de canciones originales.

Y, ¿ha hecho reflexiones en este año?

Han ocurrido cosas increíbles y muy fuertes para todos. Ha sido un momento de repensarnos en muchos aspectos y al mismo tiempo darnos cuenta de que somos demasiado frágiles y que no podemos dar todo por hecho.


Tomado del portal del diairo EL TIEMPO