Las doce mejores canciones del punk español

Foto: Montaje: Blanca López-Solorzano

La exitosa gira de regreso de La Polla Records nos ha recordado que en nuestro país existió un movimiento hijo de un tiempo conflictivo y con unas características propias que no se dieron en otras partes. Dieciocho especialistas musicales eligen los temas más relevantes de aquella época

Si hay una diferencia que salta a la vista entre el punk español y el punk británico es la auténtica olla a presión en la que surge el primero. No es lo mismo coincidir con las bodas de plata del reinado de tu monarca (la reina Isabel II) que con las primeras elecciones democráticas tras casi 40 años de franquismo. Lo que en otras partes del mundo sería un movimiento contestatario tuvo aquí una réplica especialmente cruda y violenta. También trágica.

En 1977, Sex Pistols publican Never Mind the Bollocks, su primer y único álbum y el causante de que el punk se convirtiese en un movimiento global. España acababa de dejar atrás la dictadura, y la nueva libertad de expresión adquirida trajo consigo un estallido cultural en diversos frentes. La Movida madrileña, vista a veces como una corriente amable, despolitizada e incluso apoyada mediática e institucionalmente, tuvo su contrapunto en el norte. Por un lado, en Galicia nació una versión mucho más irónica, desenfadada y delirante con la Movida viguesa, que tuvo a Siniestro Total como grupo hegemónico. Años antes, en Barcelona, los primeros en agitar la bandera del descontento habían sido La Banda Trapera del Río.

Mientras tanto, el País Vasco fue donde el punk proliferó de una manera más notable, alimentado por la enorme conflictividad social y política. Y por la propagación de la heroína. La coctelera perfecta para un malditismo que, definitivamente, hace palidecer bastante el mito de los Sex Pistols. Después de todo, estos se formaron en una tienda de moda de un barrio bueno de Londres.

Evaristo Páramos, líder de La Polla Records, lo rememoraba en recientes declaraciones a Icon: “Nos metieron todo tipo de juguetes, incluidas las drogas, con los que nos mandaron a la mierda”. Entre los caídos en combate: Iosu Expósito y Juanma Suárez, de Eskorbuto, o todos los integrantes de Cicatriz. De estos últimos, Ivar Muñoz-Rojas, periodista cultural y guitarrista del grupo punk madrileño Muletrain, recalca: “No se me ocurre otro grupo formado en un centro de desintoxicación y con todos los miembros muertos por sobredosis o sida”. Los cadáveres del punk estatal no son solo del País Vasco: otro de los grandes mitos, aunque por causas distintas, lo representa el muy llorado Eduardo Benavente, líder de Parálisis Permanente, desaparecido con tan solo 20 años en un accidente de tráfico.

La siguiente selección (realizada con los votos de músicos del género y periodistas especializados), por las fechas de las que datan todas las canciones, es la foto de una época. Doce temas idiosincrásicos de cada uno de sus grupos –en el caso de Eskorbuto, por partida doble– que hablan del momento histórico, pero que han conseguido volverse atemporales.

En parte, porque hoy no podrían existir por dos motivos: las circunstancias que vivieron son consustanciales a ellos, y la todavía vigente Ley Mordaza hace difícil imaginar que en la actualidad pudiera lanzarse algunas canciones. Y también porque la rabia y la frustración que en muchos casos reflejan son inagotables. Nuevamente, en palabras de Evaristo Páramos: “El odio no es un delito, es un sentimiento”.

La lista ha sido elaborada con la participación de los siguientes especialistas: Morfi Grei, cantante de La Banda Trapera del Río; Carlos Marcos, periodista cultural; Claus Groten, cantante y bajista de Vómito; David Álvarez, director del documental Lo que hicimos fue secreto; Diego R.J., presentador de El Sótano de Radio 3; Ángela y Carolina Álvarez, del grupo Estrogenuinas; Indio, gerente de la sala Gruta 77 (Madrid); Íñigo López Palacios, periodista cultural; Ivar Muñoz-Rojas, periodista cultural y guitarrista de Muletrain; Jaime Lorite, periodista cultural y cantante de Ateo va al Parque; John Tones, periodista cultural y batería de Mejunje y Pacto de Perdedores; Jorge Navarro, bajista de Biznaga; Kikol Grau, director de documentales sobre punk catalán y vasco como Los demenciales chicos acelerados o Inadaptados; Laura Pardo, periodista cultural y cantante de Aerobitch; Miguel Alférez, batería de Decibelios; Tomás González Lezana, autor del libro Punk, ¿pero qué punk? y administrador de La Fonoteca; y Xavi Sancho, periodista cultural. Cada uno de ellos facilitó a Icon una selección de sus 10 canciones favoritas, de entre las que se eligieron las 12 más votadas.

Las canciones están colocadas en orden inverso…

  1. RIP, ‘Odio a mi patria’ (1987)

Quiénes eran. “Radicales”, “muy afilados, tanto que se te meten dentro”, “cañeros”, “consecuentes”, “una de las bandas más grandes del punk internacional”. Esto es lo que dicen de ellos en el documental RIP. 25 años. Historia viva del punk. De Mondragón, los Clash eran su ejemplo, pero supieron dar a su música una personalidad gracias a unos conciertos opresivos y a unas letras que eran directamente vísceras lanzadas a la cara de la gente.

Por qué ‘Odio a mi patria’ es tan buena. La producción discográfica de R.I.P. es más bien escasa. Está aquel mítico disco que editó el sello Spansuls (fundamental en la difusión del punk español en los ochenta), Zona Especial Norte, compartido con Eskorbuto, y un larga duración, No te muevas, donde se incluye este torpedo llamado Odio a mi patria. No, no les gustaban mucho las metáforas a R.I.P.: los títulos de sus canciones y los mensajes son claros, escuetos y directos, como enseñaban en la Facultad de Periodismo cómo debían ser un titular cuando solo existía el papel. La canción no tiene ningún secreto, y ese es el secreto: un grito nihilista contra el poder. Como curiosidad, ese punteo de guitarra haciendo la melodía del himno de España. Si esta canción se edita hoy, es carne de debate en el Congreso.

Dónde están ahora. Lo dejaron a finales de los ochenta, cansados de no hacer dinero para vivir. Volvieron de forma intermitente. Hasta que en 2003 su carismático cantante, Karlos Mahoma Agirreurreta, falleció extrañamente: fue encontrado muerto en el baño de su casa sin determinarse las causas. Tenía 44 años y, por aquel entonces, trabajaba de conductor de autobuses en Bilbao. Texto Carlos Marcos

Escucha la canción pinchando aquí.

  1. Los Nikis, ‘Diez años en Sing-Sing’ (1986)

Quiénes son. Los Ramones de Algete (norte de Madrid) surgieron en plena movida madrileña y pronto se entendió que lo que hacían ellos tenía poco o nada que ver con los niños de colores que jugaban a ser malos y europeos por las calles del centro de Madrid. Irónicos, multirreferenciales -lo mismo te citaban Tras la puerta verde que a los Ultrasur- y festivos, jamás parecieron preocuparse por muchas cosas, incluido el propio grupo. Aun hoy, su debut en largo, Marines a pleno sol (1986), se mantiene como uno de los mejores discos de punk pop español.

Por qué ‘Diez años en Sing-Sing’ es tan buena. La cuarta canción de la cara A de Marines a pleno sol es la triste historia de un exjugador del equipo de los Tigres de Detroit. Lleva una década encerrado en la mítica cárcel de Sing Sing, tras haber sufrido un dramático cúmulo de traiciones. El ídolo caído le promete a su amada Margaret que va a escapar de la prisión si le manda “una lima en un bocata”. Podrán volver a estar juntos y se mudarán a una granja en Colorado que él construirá con sus propias manos. Luego tocará el banjo. El tema es un poco como los Ramones interpretando una letra escrita por alguien que le tiene mucha manía a Bruce Springsteen.

Dónde están ellos ahora. Cesaron su actividad en 1998. A partir de entonces, dieron algún que otro concierto, hasta que a principios de 2019 editaron un EP titulado Menos de lo mismo. Es una de las bandas más añoradas del panorama musical de los ochenta y noventa. Pero para quienes echamos de menos poder volver a verles en directo nos quedan Carolina Durante, acaso sus mejores herederos. En un concierto de estos en la madrileña Sala But a finales 2018, Joaquín Rodríguez, bajista de Los Nikis y piloto de Iberia, se unió a los Durante para, vestido de reo, interpretar juntos este Diez años en Sing Sing. Y no, Los Nikis no son fachas. Texto: Xavi Sancho

Escucha ‘Diez años en Sing-Sing’ pinchando aquí.

  1. Commando 9mm, ‘Amor frenopático’ (1986)

Quiénes son. Aunque el norte siempre tuvo un papel protagonista en el punk peninsular de los ochenta, en Madrid también hubo una escena y Commando 9mm fue una de las bandas más destacadas. Nacida de las cenizas de La UVI y Larsen –otros dos grupos seminales del género en la capital–, la formación se distinguía por una apuesta bastante lúdica, cercana al estilo ligero de Ramones o al punk canónico del Reino Unido, frecuentemente con melodías marcadas y una instrumentación cuidada.

Por qué ‘Amor frenopático’ es tan buena. Porque es una de las composiciones románticas más retorcidas y desquiciadas que ha dado el punk en España. La canción, como anuncia el título, se ambienta en un hospital psiquiátrico y narra el calvario de un interno perdidamente obsesionado con una de las trabajadoras del centro. Pese a la temática, la música no es estridente y tiene la forma de una declaración de amor singular y extrema, si bien algunas líneas de la letra (“pronto te sacaré de este infierno/ La muerte te traerá para siempre junto a mí”) hoy dan un poco de repelús.

Dónde están ellos ahora. Manolo Uvi (bajista y cantante) y José Luis Rodríguez El Pollo (guitarrista) compaginaron durante un tiempo proyectos paralelos, como ser banda de acompañamiento de Ana Curra, el regreso de La UVI o una incursión de El Pollo en el boxeo profesional. Desde 2004, Manolo asume el liderazgo de la banda en solitario. El Pollo, por su parte, puso en marcha otra serie de grupos: el último, Peligro 66, acaba de publicar disco. Texto: Jaime Lorite

Escucha ‘Amor frenopático’ pinchando aquí.

  1. Siniestro Total, ‘Ayatollah!’ (1982)

Quiénes son. Una de las mejores y más longevas bandas de la historia del rock patrio. Su nombre lo sacaron de un accidente de tráfico que sufrieron en Vigo y sus primeros discos, dios les bendiga, sonaban exactamente como el nombre del grupo. Tras la marcha de Germán Coppini (que muchos años más tarde, en 2013, falleció), Miguel Costas se puso al frente de la formación en su época comercialmente y creativamente más brillante. Luego tomó el relevo Julián Hernández; y, como pasa con mucho de lo que empezó punk, la cosa terminó hard rock y blues.

Por qué ‘Ayatollah!’ es tan buena. La tentación de decir que ahora no podría editarse este tema es enorme, pero como el periodismo de señoros lo dejamos para otros, simplemente diremos que Ayatollah! es una pequeña, básica y descacharrada maravilla que incluye frases tan memorables como esta: “Solo vine a comprar pan y me enseñasteis el Corán”. Inspirada en la Revolución de los Ayatolas que años antes tuvo lugar en Irán, la canción es ejemplo de un tipo de aproximación en la letra que con el tiempo se hizo marca de la casa: narración en primera persona de las insospechadas desventuras de un simpático desgraciado. Un par de años más tarde de su edición, ya con Coppini fuera de la banda y al frente de Golpes Bajos, Siniestro Total volvieron a grabar el tema inspirados en el Revolution 9 de los Beatles e incluyendo mofas al cantante fugado. Entre 1982 y 1989 fueron invencibles. Este es solo un ejemplo de un tiempo y un grupo fascinantes.

Dónde están ellos ahora. Liderados por Julián Hernández, la banda es hoy una mezcla de todas estas cosas que le gustan a la izquierda torrezno: trajes oscuros, sombreros borsalino, blues, country, algo de grunge y humor un pelín cafre y hasta algo político, si se entiende, claro, la política como algo que sucede en la barra de un bar. Caiga quien caiga meets Mongolia. Podrían haber envejecido mejor, pero también podían haberlo hecho mucho peor, que es lo que le ha sucedido al 99% de sus coetáneos. Texto: Xavi Sancho

Escucha ‘Ayatollah!’ pinchando aquí.

  1. Kortatu, ‘Mierda de ciudad’ (1985)

Quienes eran. En 1984 lideraban la banda los hermanos Muguruza: Fermin, voz y guitarra, que tenía 21 años, e Iñigo, bajo y coros, de 20. Les escoltaba Javier Treku Armendariz, a la batería. Chavales crecidos en la conflictiva y fronteriza ciudad guipuzcoana de Irún que llevaban años flipando con el punk revolucionario de The Clash, el ska punk británico de los grupos del sello Two Tone y una ideología mezcla de internacionalismo, nacionalismo vasco de izquierdas y el anarquismo antisistema del punk. Solo duraron cuatro años, de 1984 a 1988, pero vaya cuatro años. Eran más que un grupo, eran un fenómeno.

Por qué ‘Mierda de ciudad’ es tan buena. Si hubieran cobrado por cada vez que su primera maqueta fue copiada en casete, estarían forrados. En ella estaba esta versión de Drinking and driving, de The Business, un desconocido grupo británico de punk. Fue un éxito inmediato. Kortatu eran el eslabón perdido entre The Clash y Hertzainak con un espíritu mucho más juvenil y acelerado. Fue una de las tres canciones que incluyeron en el conocido como Disco de los cuatro, con otros dos hitazos del grupo (El último ska de Manolo Rastamán y Nicaragua sandinista, nada menos). Ninguna otra banda del rock radical vasco creció tan rápido. No ha perdido un ápice de vigor con los años. Sigue siendo tan contagiosa como entonces.

Donde están ahora. A Iñigo Muguruza, que después de Kortatu sería parte de Negu Gorriak y fundaría Joxe Ripiau, entre otras muchas cosas, le diagnosticaron en 2015 esclerosis múltiple, la enfermedad que se lo llevó el 5 de septiembre de 2019. La noticia la conocimos la mayoría de manos de su hermano Fermin, convertido con el tiempo en la figura imprescindible del rock radical vasco. Fermín sigue haciendo discos, filmando documentales, tocando… Texto: Iñigo López Palacios

Escucha ‘Mierda de ciudad’ pinchando aquí. 

  1. Eskorbuto, ‘Mucha policía, poca diversión’ (1983)

Quiénes eran. La única banda que repite en esta lista. Caóticos, malditos, cabreados con el mundo, peligrosos, ingobernables. En una palabra: auténticos. Mil veces más que Johnny Rotten. Criados en las calles más chungas de Santurce. Y allí, en los duros años ochenta, no era nada fácil vivir.

Por qué ‘Mucha policía, poca diversión’ es tan buena. Porque no es una canción, es un himno. Porque es una actitud. Porque estas frases no se le ocurren a uno en un despacho ante un equipo de marketing: surgen en las aceras problemáticas. La frase se convirtió en la favorita de las comparsas de Bilbao en las fiestas. Y es absolutamente autobiográfica. La compuso el trío porque la policía tenía fijación con ellos. Los detenían solo por su aspecto físico, desaliñado y punk. Recordemos: estamos a principios de los ochenta. Incluso los policías se dirigían a ellos por el nombre: “Iosu, Juanma. A comisaría”. Según se cuenta en el libro Eskorbuto. Historia triste, de Diego Cerdán, un policía le llegó a decir a Iosu, guitarra y cantante: “La gente de la calle se pone de nuestro lado al deteneros, ya que con esas pintas les dais miedo, aunque no hayáis hecho nada”.

Dónde están ahora. Iosu Expósito, guitarrista y voz, y Juanma Suárez, bajista y voz, muertos por su adicción a la heroína. El batería, Pako Galán, vivo. Más información en la canción 2 de esta lista. Texto: Carlos Marcos

  1. La Banda Trapera del Río, ‘Ciutat podrida’ (1979)

Quiénes son. La expresión punk del sentir del cinturón industrial barcelonés entre finales de los setenta y principios de los ochenta. Desde Cornellá hasta su cloaca preferida, La Trapera, curriquis de barrio -cuando eso tenía un sentido unívoco-, fue uno de los combos que más rápido metabolizó a este lado de los Pirineos el espíritu del punk.

Por qué ‘Ciutat podrida’ es tan buena. Editada en 1979, Ciutat podrida fue la incursión de los de Cornellá en la canción en catalán y el segundo tema que grabaron. Morfi Grei, el líder y vocalista, había nacido en Melilla y crecido al lado de un cuartel de la legión de aquella plaza africana. Se mudó con sus padres -él, mecánico- a Cataluña. Primero a L’Hospitalet, luego a Cornellá, donde unos hippies le pusieron el apodo. Ciutat podrida tiene letra de Esther Vallés, compañera de trabajo del Morfi, y contiene versos tan inquietantemente actuales como este: “Ciudad podrida/ nos traes la noche y el miedo, ahora que estás dormida/ las calles están llenas de fuego”. Arranca con un redoble y el grito de “¡Ciutat podrida!”, que recuerda una barbaridad al arranque del London’s burning, de The Clash. Luego se adentra en el lado más rock del punk, entre Dr. Feelgood y los propios Clash. Sencilla, directa, cabreada y sin halo de esperanza, es exactamente lo que se supone que debía ser el punk, justo cuando ser punk era lo único que tenía algo de sentido.

Dónde están ellos ahora. En 2019, con Morfi ya recuperado de ciertos achaques, editaron Quemando el futuro. Tras más de una década parados, habían vuelto al directo en 2009, justo el día en que ingresaban al batería Raf Pulido, quien moriría un año más tarde. Se tuvo que esperar hasta 2017 para volver a verlos sobre un escenario, esta vez en varios conciertos, entre ellos una fiesta del sindicato anarquista CNT en Barcelona. Su disco en concierto se titula Directo a los cojones. Jamás han sido demasiado sutiles, pero siempre han sido necesarios. Texto: Xavi Sancho

Escucha ‘Ciutat podrida’ pinchando aquí.

  1. Cicatriz – ‘Enemigo público’ (1984)

Quiénes eran. Cicatriz En La Matriz, primero; Cicatriz, después; y “Los Zica”, como les llamaban popularmente en los bares y la calle fueron la versión vitoriana de Eskorbuto. En los ochenta, el Hospital Psiquiátrico de Vitoria, un gigantesco edificio neogótico inaugurado en 1907, se había contagiado de los nuevos aires democráticos y “el manicomio de Las Nieves”, como se lo conocía en la ciudad, se había convertido en un extraño punto de reunión. En su cafetería los internos se mezclaban con estudiantes haciendo pellas, parados y yonquis, que acudían a los tratamientos de desintoxicación. A uno de los doctores que habían transformado la vetusta institución se le ocurrió habilitar una habitación como sala de ensayo para retener a los pacientes más jóvenes. Consiguió los instrumentos vendiéndolo como “terapia de grupo”. En esa habitación se produce la génesis de Cicatriz en 1983. Punkis de los que daban miedo, liderados por Natxo Etxebarrieta, sobrino del primer militante de ETA abatido por la policía. Un punki joven, carismático y con una capacidad sobrehumana para atraer sobre él todos los desastres.

Por qué ‘Enemigo público’ es tan buena. La RAE define el viejo concepto marxista de lumpenproletariado como “la capa social más baja y sin conciencia de clase”. Es de lo que trata esta canción, que comienza diciendo: “Enemigo público número uno porque no aguantas que te joda ninguno./ Sin encontrar un puto oficio porque eres carne de presidio”. Es un himno punk, propulsado por la voz rabiosa de Natxo, con un intervalo reggae y un final frenético. Y todo en 2 minutos y 38 segundos. Estaba incluida en el mítico Disco de los Cuatro, que compartieron con Jotakie, Kontuz Hi! y Kortatu en 1984, y en su debut, Inadaptados, del mismo año. Un disco que suena igual de bien hoy que hace 35 años (35, madre mía) quizás gracias a la mano de los productores, Josu Zabala, guitarrista de Hertzainak, y Jean Phocas, de Potato.

Donde están ellos ahora. Cuando una década después de debutar publicaron su cuarto disco, un directo, solo Natxo quedaba en el grupo. Se movía con muletas desde que tuvo en 1988 un accidente de moto. Cuando en 1996, con 32 años, murió de sida, Pako (bajo), Pedrito (batería) y Pepín (guitarra) ya le habían precedido. Texto: Iñigo López Palacios

Escucha ‘Enemigo público’ pinchando aquí. 

  1. La Polla Records, ‘Ellos dicen mierda’ (1990)

Quiénes eran. Empezaron siendo unos punks de pueblo. De Salvatierra (Álava), concretamente. Después les incluyeron en el rock radical vasco. Contra su voluntad, aseguran. Se disolvieron en 2003 y han vuelto en 2019 convertidos en el Gran Grupo Punki en Español.

Por qué ‘Ellos dicen mierda’ es tan buena. La Polla siempre se sintió ideológicamente anarquista, lo que significaba que sus enemigos eran Dios, la patria y el rey en todas sus manifestaciones. Sus tres primeros discos son los más punks. Estaban grabados fatal y su encanto era el mismo que bailar un pogo en un sótano. Ir al barullo, a por todas, repartiendo codazos, recibiéndolos hasta salir dolorido, magullado, sudoroso y feliz. Pero llegado el cuarto álbum intentaron mejorar técnicamente y evolucionar. Ellos dicen mierda está incluida en Ellos dicen mierda, nosotros amén, su quinto álbum, de 1990. Tras 11 años de carrera ya eran más rock que punk. De hecho, Ellos dicen mierda es una canción muy poco punk musicalmente, pero cuenta con un arma secreta: Evaristo Páramos, su cantante y líder, es punk las 24 horas del día. Y todo lo que toca, lo convierte en punk. Hoy su panfletaria protesta antisistema (“mogollón de gente vive tristemente, y van a morir democráticamente. Y yo, y yo, y yo no quiero callarme”) sigue conectando con mucha gente y es todavía un gran himno de bar. Aunque solo sea por ese mítico: “Amén, amén, amén, a menudo llueve”.

Donde están ellos ahora. De vacaciones, tras petarlo en las fechas en España de su gira de regreso, Ni descanso ni paz. El 8 de febrero desembarcan en Argentina. El 16 de ese mismo mes terminan la gira latinoamericana en Santiago de Chile, donde algunos aseguran que esta canción ha sido uno de los himnos de las recientes revueltas. Y como les va tan bien en este su regreso, desde marzo y hasta pasado el verano de 2020 seguirán tocando por toda España. Texto: Iñigo López Palacios

Escucha ‘Ellos dicen mierda’ pinchando aquí.

  1. Vulpes, ‘Me gusta ser una zorra’ (1983)

Quiénes son. La primera banda punk española integrada por chicas (cuatro) que tuvo popularidad. Mamen (voz), Loles (guitarra), Lupe (batería) y Begoña (bajo), de Baracaldo. Cuatro mujeres empoderadas cuando esta palabra todavía no se utilizaba. ¿Su filosofía? Así lo explicaron en una entrevista en EL PAÍS en 1983: “Ser punki de verdad es ser inconformista a tope, antisocial a tope, saber que esto es una mierda y estar comprometido”. Y ya.

Por qué ‘Me gusta ser una zorra’ es tan buena. Si uno de los principios del punk es provocar al conservadurismo social, esta canción se lleva el premio gordo. El 18 de abril de 1983 el programa de TVE Caja de Ritmos emitía una actuación de un grupo en ese momento desconocido llamado Vulpes, que interpretaron un tema llamado Me gusta ser una zorra. Días después los periódicos conservadores dedicaron artículos a atacar a la televisión pública (el PSOE acababa de llegar al gobierno) por emitir esta actuación. Uno de ellos se tituló Ya basta, donde se podía leer: “El artículo 20 de la norma constitucional consagra la libertad de expresión y lo hace generosamente… Pues bien: esos límites constitucionales han sido ampliamente transgredidos por Televisión Española en el programa Caja de los ritmos, que ven especialmente los adolescentes y que se transmite tras un espacio infantil los sábados, día de vacación de los niños”. La presión fue tal que el Fiscal General del Estado presentó una querella por escándalo público. El caso es que esta pieza es una adaptación libre de I Wanna Be your Dog, de los Stooges, de Iggy Pop. La calidad musical queda en un segundo plano. Lo principal es la rabiosa interpretación y sobre todo una letra que presenta a cuatro chicas punkis diciendo a la sociedad lo mismo que señalaba aquel artículo conservador, pero con contrarias intenciones: ya basta. “Prefiero masturbarme yo sola en mi cama/ antes que acostarme con quien me hable del mañana”. Y así nació el primer himno feminista punk de la música española.

Dónde están ahora. Vulpes se separarían pronto, sepultadas por el escándalo de Me gusta ser una zorra y solo con un disco sencillo en el mercado y un puñado de actuaciones. Sus componentes lo intentaron con otras formaciones, pero sin demasiada suerte. En 1993 fallecía Lupe, la batería. Diez años después, en 2003, para conmemorar la desaparición de su compañera Vulpes, se reunieron para unos cuantos conciertos. Aprovecharon para publicar un disco, Me gusta ser, con 12 canciones. Ahí vuelven a grabar Me gusta ser una zorra. Este álbum es un broche a la breve carrera de una banda que hizo más con una canción que muchas con cien. Texto: Carlos Marcos

Escucha ‘Me gusta ser una zorra’ pinchando aquí.

  1. Eskorbuto, ‘Cuidado’ (1986)

Quiénes son. Según una crónica recuperada hace poco por Agente Provocador en un concierto en la cárcel de Basauri en 1983, uno de los presos comentó: “Llevan nuestra sangre”. Ubicados (contra su voluntad) dentro del llamado rock radikal vasco, Eskorbuto militaban en la marginalidad: ni compartían los ideales abertzales de contemporáneos como Kortatu, ni decían estar adscritos a ninguna corriente política, pese a que sus canciones hayan quedado como la crónica más descarnada de los bajos fondos en el País Vasco de los años de plomo, las revueltas callejeras y la reconversión industrial. Les habían escupido del sistema y eran antisistema.

Por qué ‘Cuidado’ es tan buena. Seguramente porque hay motivos para creérsela. Cuidado es una amenaza de cuatro minutos, bajo un pegadizo punteo de bajo de Juanma Suárez, dedicada a unos entes abstractos que han cogido “confianzas que nunca les dimos” y a quienes se recomienda cautela ante… bueno, la posibilidad de acabar mal. Cuenta la leyenda que esos entes eran La Polla Records, con quienes tenían una fuerte enemistad (Eskorbuto les robó una guitarra y, satisfechos, exhibieron el trofeo en una actuación en TVE), y que presuntamente en respuesta La Polla Records les dedicarían la también insultante El avestruz. Evaristo Páramos, líder de La Polla, nunca ha querido confirmar esta correspondencia artística, aunque, en una reciente entrevista en el programa Otra vuelta de Tuerka, dijo de Eskorbuto: “Eran peligrosos de verdad: no les invitarías a cenar a tu casa”.

Dónde están ahora. Iosu Expósito, guitarrista y voz, y Juanma Suárez, bajista y cantante principal, fueron dos destacadas víctimas de la masacre generacional que provocó la heroína en el País Vasco. Fallecidos en 1992 con pocos meses de diferencia (el primero el 31 de mayo, el segundo el 9 de octubre), a los 31 y 30 años de edad respectivamente, el grupo, sin embargo, siguió unos años más con el batería Pako Galán como único miembro original. En 2016, Galán volvió a salir de gira bajo el nombre de Eskorbuto. Texto: Jaime Lorite

Escucha ‘Cuidado’ pinchando aquí.

Y la mejor: 1. Parálisis Permanente, ‘Autosuficiencia’ (1982)

Quiénes son. Parálisis Permanente es la banda precursora del sonido siniestro y post-punk en España. Pese a firmar solo un par de sencillos y un álbum largo, lo rompedor de su propuesta entre el ambiente festivo y frívolo de la Movida madrileña y la oscuridad real de la época, además de su trabajada estética, llevaron al grupo a alcanzar un estatus de culto que aún mantiene.

Por qué ‘Autosuficiencia’ es tan buena. “Me miro en el espejo y soy feliz/ y no pienso nunca en nadie más que en mí”. Aunque la canción parezca una broma a costa del aislamiento voluntario de un joven arrogante y ensimismado –y el emblemático videoclip apunte en esa dirección paródica–, en el documental Autosuficientes (2016) se sugería que, en realidad, Eduardo Benavente, cantante y compositor de la canción, iba bastante en serio. Desde su particular sentido del humor, claro. Oda a la autoafirmación y a la resistencia frente al qué dirán, la canción es el perfecto himno juvenil con el que identificarse en esa etapa de la vida en la que uno se siente incomprendido y único. Aunque esa etapa, qué cosas, la pase todo el mundo.

Dónde están ahora. Eduardo Benavente falleció en un accidente de tráfico el 14 de mayo de 1983 a la edad de 20 años. En el vehículo viajaban también Ana Curra, teclista y pareja del cantante, y Toti Árboles, batería, que sobrevivieron. El suceso terminó de forjar su leyenda: Parálisis Permanente no eran tan famosos y, de hecho, las necrológicas de la época se refirieron a Benavente como “ex Pegamoide” por su pasado como batería en la banda de Alaska. Ana Curra desarrolló una carrera en solitario, se convirtió en profesora de piano en el conservatorio de El Escorial (Madrid) y en 2012, por primera vez, volvió a interpretar los temas de Parálisis Permanente por el 30º aniversario de su disco, El acto. Toti Árboles murió por un fallo cardíaco en 1992. Texto: Jaime Lorite.


Tomado del portal Icon del diario EL PAÍS (ES)