Lo que dijo el cura de caso de los ‘12 Apóstoles’, fallecido el sábado

Foto: Esta es una de las pocas fotos que se conocen del sacerdote Gonzalo Palacio (q. e. p. d.). Archivo particular

Juicio contra Santiago Uribe se reanuda el 9 de noviembre. Al cura Gonzalo Palacio le precluyeron.

Parte del clero paisa está de luto por la muerte del sacerdote Gonzalo Palacio, este fin de semana, a los 87 años.

Sus compañeros lo recuerdan como un cura recio, intachable y discreto. Sin embargo, Palacio salió del anonimato cuando terminó vinculado formalmente a la investigación por la conformación del grupo paramilitar ‘los 12 Apóstoles’, que hoy tiene llamado a juicio al ganadero Santiago Uribe Vélez.

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De hecho, el próximo 9 de noviembre se reanuda la audiencia de juzgamiento para escuchar los alegatos finales de su abogado, Jaime Granados, antes de que se dicte sentencia.

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En medio de ese proceso incluso salió a relucir el sacerdote, que nunca negó que desde el púlpito alertaba a los jóvenes sobre la presencia en la zona de guerrilla y el peligro para ganaderos y pobladores.

Lo último que se supo del sacerdote es que, en 2010, aún daba misas en la parroquia de San Joaquín, en Medellín, donde periodistas hacían guardia para fotografiarlo.

Alternaba la eucaristía y confesiones con las citaciones de la Fiscalía.

Acciones desde el púlpito

Palacio, entonces párroco de Yarumal, fue señalado por testigos de comandar el grupo paramilitar y de inspirar su nombre. Testigos narraron cómo el cura era el supuesto informante del grupo, escondía los fusiles que miembros de la Policía supuestamente prestaban y desde el púlpito atacaba a supuestos auxiliadores de la guerrilla.

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Uno de los testigos del caso llegó, incluso, a jurar que el sacerdote coordinaba las actividades ilícitas, impartía órdenes y hasta señalaba a las víctimas cuando patrullaba usando un pasamontañas.

“No tengo nada que decir, vayan a la Fiscalía”, le dijo a EL TIEMPO después de una de sus misas. Y a los investigadores les aseguró que las acusaciones en su contra eran venganzas. De hecho, logró ser desvinculado de la investigación. “Estoy en este caso por calumnias y por la claridad en la predicación de enfrentar el delito”, aseguró en una de las indagatorias a las que fue sometido.

Una de las testigos en su contra fue la expersonera de Yarumal Lilian Soto, hoy fiscal de Medellín.

Soto fue quien inició las denuncias sobre las muertes en serie, que más tarde salpicaron a varias personas, entre ellas al cura y a varios comerciantes y ganaderos, incluido Santiago Uribe, hermano del expresidente Uribe Vélez.

En 1993, Soto hizo pormenorizados informes sobre las muertes, que también implicaban a uniformados. Y cuando el tema estaba bajo investigación recibió una llamada en la que le dijeron que dejara de investigar o sería asesinada.

Los hallazgos fueron suficientes para que, el 22 de diciembre de 1995, la Fiscalía ordenara la captura del padre y lo escuchara en descargos.
Sin embargo, el 2 de enero de 1996 se abstuvo de imponerle medida de aseguramiento.

Sus declaraciones nunca trascendieron. Pero en el expediente en contra del ganadero Santiago Uribe reza la versión que rindió el sacerdote ante las autoridades, en compañía de su abogado de confianza.

Empezó por negar la existencia de cualquier vínculo entre su actividad pastoral y personal de sacerdote y el grupo sicarial de ‘los 12 Apóstoles’, pero agregó que en el supuesto caso de que dicho grupo efectivamente hubiera existido, le parecía que la prueba testimonial que lo incriminaba carecía de valor por tratarse de testimonios con reserva y fundados en simples rumores callejeros.

Además, dijo que afirmaciones como la de que era “el guía espiritual de la banda de matones” obedecían a deducciones de los investigadores, sin que existiera apoyo probatorio.

Sobre otras declaraciones, el sacerdote y su defensa señalaron que estaban cimentadas en rumores públicos y que los declarantes actuaban movidos por resentimientos.

En 2001, luego de que al menos un testigo se retractó, la Fiscalía decidió abrirles investigación a varias personas por su militancia en ‘los 12 Apóstoles’, pero precluir el caso a favor del sacerdote, “porque las pruebas eran insuficientes” para establecer un nexo con los actos delictivos que se le endilgaban.

Defensa de Santiago Uribe

De hecho, el caso del cura fue usado por la defensa de Santiago Uribe para advertir que las pruebas practicadas en esos procesos son demostrativas de la inocencia del ganadero.

Insisten en que la acusación contra Santiago Uribe es una creación de los enemigos políticos del expresidente Álvaro Uribe.

Además, que incluso acudieron a una persona que sufre esquizofrenia para realizar lo que consideran un montaje luego de que la administración de Montealegre revocó un auto inhibitorio.

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“Santiago Uribe es inocente, y así esperamos que lo declare la justicia. Ya en el juicio relatamos y demostramos cómo fue preparado el llamado testigo estrella de la Fiscalía y quiénes lo hicieron”, le dijo a EL TIEMPO el penalista Jesús Albeiro Yepes, vocero de Santiago Uribe.

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En todo caso, la Fiscalía cree que sí hay elementos probatorios de fondo en contra del ganadero y que su defensa presentó falsos testigos.


Tomado del portal del diario EL TIEMPO